El primer día de Liga Schuster desveló que contaba con llegar a la 4ª jornada sin haber puntuado todavía. El baño de realidad sufrido por el club en verano y la teórica dureza del calendario (Mestalla, Barcelona y Pizjuán) eran sus motivos. Lo cierto es que casi acertó el pronóstico, pero aún así las sensaciones fueron más serias de lo esperado, pues el Málaga había controlado al Valencia y al Sevilla y pudo empatar perfectamente contra un Barça que, dicho quede, viajó sin Messi a la Costa del Sol. Los tres encuentros tuvieron un discurso similar: una muralla marítima adelantada que sujetaba al rival y contras en ventaja que acababan en nada por falta de categoría individual. Con Portillo, Eliseu y el debutante El Hamdaoui, evidentemente, subió el nivel.
El 1-0 fue como un resumenEn cualquier caso y aunque suene injusto, cuando el Rayo Vallecano juega un partido de fútbol el protagonista es el equipo de Jémez. El 1-0 es la razón. Willy de saque de puerta se la pasó al central izquierdo, quien en teoría debía estar cogido por Larrivey -ariete- o Seba -punta derecho-. Estaba libre. Fallo. Un fallo a 110 metros de la portería de Rubén. Eso para el Rayo ya es la muerte. Es tan ambicioso que no concibe el error pese a fallar a menudo. Como el resto marcaba fijo al hombre a quien sobre el papel le tocaba, Angeleri encontró un pasillo hasta la línea medular. Asustado y sin control, el Rayo hizo la del patio escolar: ir todos a por el balón en un achique exagerado que pareció convertir al modesto Angeleri en Magneto o incluso Leo Messi. Los espacios surgieron por doquier y el argentino se la echó larga a Antunes que entraba solo en pasillo libre. Centró y El Hamdaoui la empujó fácil. Y todo esto en 8 segundos tras un saque de portería. Muy bien el Málaga, claro que sí, pero solo al Rayo de Paco Jémez se le mete este gol en la Liga BBVA.
No se procura criticar con mala baba, sino recrear la circunstancia que permite al Málaga marcar 5 goles sin Cazorla, Isco, Joaquín o Baptista. Del mismo modo se puede decir que de la salida de balón del Rayo se puede aprender tanto o quizás más que de la del mismo Barcelona. El Rayo es así.
Larrivey superó la presión malaguista en algunos compases.
Antunes es un competidorEl Málaga de Schuster viene a ser lo opuesto. Es bastante más calculador, pretende tener una respuesta bis para cada pregunta. Para muestra, un detalle: allá por el 15, después de que los madrileños hubiesen perdido tres balones en campo propio, Larrivey se descolgó y empezó a recibir con eficacia juego directo, imponiéndose con margen a S. Sánchez y Angeleri -ninguno es central de verdad-. Seba dejó la banda para picar al espacio y generar amenaza, dejando el carril entero para Tito, que creó peligro. En pocos minutos, Schuster ordenó a Antunes marcar al hombre a Seba y a Eliseu trabajar hasta el fondo si Tito se lo exigía, y hasta allí el arrebato del bueno de Larrivey.
El Hamdaoui fue más allá del hat-trick y dio un curso de movilidad.
Al final 5-0 y no hay más problema que la irritación inmediata. El Rayo Vallecano sabe que su apuesta le condena a tres o cuatro noches de este tipo, y afronta el peaje con resignación porque piensa que le compensa y la experiencia más reciente le bendice. Sin duda, la pérdida de pólvora –Piti, Chori y Leo Baptistao– se lo pondrá más difícil este año, si bien no se aspira a otra cosa con el presupuesto más bajo de la categoría. En cuanto al Málaga del 4-1-4-1 de Tissone, que sabe defender ya ha quedado demostrado. Habrá que seguir su evolución cuando encuentre, si es que lo encuentra, el reto de llevar la iniciativa. Si el veleidoso El Hamdaoui conserva la energía y la ilusión que ayer mostró, partirá con ventaja con respecto a su competencia inicial, que no es otra que el grupo de modestos que aspiran a seguir en Primera.
Afroman 16 septiembre, 2013
Partidazo. Al principio parecía incluso más fuerte el Rayo, pero se equivocaron, les metieron un gol, y de ahí fueron de mal en peor hasta que ya no se pudo jugar más mal. El Hamdaoui jugó un partidazo también, realmente merecido su hatrick, man of the match, pero me gustó especialmente Antunes que fue una bestia, intratable.