En menor o en mayor medida, el cambio de año es un punto de inflexión para todos. El embriagador ambiente de la navidad y la renovación del calendario parecen la excusa perfecta para, una vez hemos hecho balance, encarar de forma positiva lo que está por llegar. Es cierto que primero se piensa en lo que hemos hecho y en lo que hemos dejado de hacer, pero la gran parte del tiempo la invertimos en lo queremos realizar, cambiar o recuperar. Al fin y al cabo, el universo también pone sus cuentas a cero y el karma no nos perseguirá otra vez. Año nuevo, vida nueva. O eso pensamos. En realidad, lo único cierto es que el esfuerzo genera las oportunidades y éstas, la posibilidad de lograr ser lo que queremos. Eso sí, no os voy a mentir, mejor tener la suerte de nuestro lado.
Colunga llegó al Getafe en 2010 procedente del Zaragoza.
Tras estar cedido en el Sporting de Gijón, el lugar habitual de Adrián Colunga en 2012 no era el césped. Desde el banquillo o la grada, el delanteroÁlvaro Vázquez y Paco Alcácer no han roto a jugar aún ovetense veía como Luis García confiaba en la juventud de Álvaro Vázquez y/o Paco Alcácer para ser la punta de lanza de su rocoso sistema. Desde luego, ambos tienen mucho potencial, pero, ya sea por falta de agresividad o de participación, su temporada es decepcionante. Seis goles y una asistencia saben a poco, a muy poco. Colunga, el tercer delantero en discordia, representa un perfil mixto, pero no contaba para el entrenador. Cambió el año y la cosa no fue diferente: Colunga no fue convocado ante el Rayo y su marcha parecía inminente. Él, sin embargo, siguió trabajando en los entrenamientos.
Cuando su futuro parecía debatirse entre Pucela y Granada, Lafita cayó lesionado. En un 4-4-2 atípico por las numerosas bajas (Abdel Barrada en la CAMAnte Granada y Sevilla, firmó su continuidad en el Getafe y Pedro León con los ligamentos tocados), Colunga tuvo su oportunidad, precisamente, ante el Granada. Y la aprovechó. Dos asistencias y un disparo al palo sumaron un punto a la clasificación y una nueva opción a la pizarra del mister. Frente al Sevilla, en el siguiente partido, la historia se repitió: un gol, un punto y una declaración. «Yo nunca he pedido que Adrián se marche. Tengo una relación muy sincera con él y, si está al nivel de los últimos partidos, puede aportarnos muchas cosas en la segunda vuelta. Quiero que se quede en el Getafe», sentenció Luis García al finalizar dicho partido.
En aquellos partidos, Colunga hacía pareja con Alcácer.
Y así fue. Volvió Abdel de la Copa África y, con él, el 4-4-1-1 tan característico del Getafe en el que sólo hay espacio para un delantero, pero el asturiano mantuvo su puesto en el once titular. Además de por aportar su característica agresividad y por estar muy acertado de cara a puerta, su movilidad ha resultado clave en esta decisión. El técnico madrileño busca que el punta también ocupe el carril izquierdo para compensar los movimientos interiores de Diego Castro, algo que lograba Álvaro a costa de pagar un peaje excesivo. Con Colunga no sólo mantiene arriba la mordiente propia de un delantero, sino que, además, cayendo al costado ha activado al mejor Diego Castro de las dos últimas temporadas. Así, ambos desarbolaron al Celta en el Coliseum (dos goles y una asistencia) y al Mallorca en el Iberostar (tres goles) para iniciar una racha de cuatro victorias y un empate con la que el Getafe retoma el sueño europeo. Colunga, con seis goles y tres asistencias en 2013, ya cumplió el suyo. Se pusiera o no el contador a cero el uno de enero, su trabajo ha tenido recompensa.
@alvarofrances9 24 marzo, 2013
Es tremendo lo de Adrián. Yo flipaba cuando veía que le dejaban fuera de las convocatorias. En Zaragoza hizo una segunda vuelta acojonante (con goles incluidos a RM y FCB) con Suazo y tal. Además, el perfil que es (rápido, explosivo y móvil) era ideal para el Getafe. Yo no comprendía y más aún viendo cuando Álvaro no daba la talla y Alcácer aún estaba verde.
Y es que está a un nivel bestial y abarcando una cantidad de campo que le hace muy indefendible con esas caídas a banda que comentas.
Ojo el peso de un Abdel que no para de crecer. Como el sistema cambia cuando se va y vuelve a su cauce cuando él regresa. Parece tontería pero habla mucho de su importancia en el equipo.