El presupuesto más bajo de la Primera División, en estos momentos, ocupa la sexta posición de la Liga BBVA. Se trata del Rayo Vallecano, un club de barrio. Su estancia en Primera División ya, per se, es un milagro. ¿Por qué? Por sus problemas económicos, institucionales y, sobre todo, porque hasta el último minuto del tiempo reglamentado de la temporada 2011/2012 era equipo de Segunda. Ese fue el último partido de Sandoval, que cedió el testigo a Paco Jémez. Con él, el Rayo Vallecano se ha convertido en un equipo aún más agresivo, aún más ofensivo y, a la postre, aún mejor. Del club, del técnico y de sus futbolistas conversamos con Carlos Sánchez Blas, la voz autorizada del Rayo en Onda Madrid.
– El Rayo Vallecano es un club, una institución, un barrio… muy especial, ¿no Carlos?
Sí, así es. Primero es especial porque es de Madrid y aquí, lógicamente, todo viene marcado por el Madrid y el Atleti. Y segundo porque el Rayo, para mí, ahora mismo en el fútbol español de élite, es el único club de barrio de verdad que queda. Antaño, en lo que era el fútbol modesto y de pueblo -que ahora los pueblos ya son ciudades-, cuando había realmente este fútbol sí que había muchos equipos de barrio. Pero que en el año 2013 haya un equipo de barrio en Primera me parece casi milagroso.
– Y que, además, es un barrio muy característico: es Vallekas con «k».
Es un barrio con mucha solera en Madrid, con mucha población, pero claro… Vallecas es muy grande y tiene muchos segmentos. Digamos que la ubicación del campo aglutina el Vallecas esencial, de Puente de Vallecas para arriba que es donde se respira el fútbol y donde se siente al club. Yo siempre digo lo mismo: cuando uno sube desde la M30 por la Avenida de la Albufera y gira de repente la cabeza para ver el campo, comprueba como es un estadio metido en un barrio. Quizás en Inglaterra esto lo puedes ver con más frecuencia, sobre todo en Londres que tienen el estadio al girar la esquina, como aquel que dice, pero en España es una rareza. Estadio de barrio y club de barrio, totalmente.
– Y que lo ha pasado mal, muy mal. Tenía un sinfín de deudas, el club cambió de manos, entró en proceso concursal, su siempre fiel afición veía cómo la institución viajaba sin rumbo… y, bueno, mismamente Javier Tebas dijo en su día a Rayo Herald que «estuvo a 24 horas de desaparecer».
A mí me duele mucho que la gente pierda el romanticismo en el fútbol porque, para mí, lo es todo. Sé que de romanticismo, de idealismo y de amor a unos colores no se puede vivir, pero para mí es lo esencial. Y me atrevo a decir de forma categórica que el Rayo, sin su afición, se hubiera ido al limbo, hubiera quedado enterrado. Creo que la masa social ha tenido un peso decisivo en el milagro de salvar a su equipo. El club todavía está muy fastidiado económicamente, en concursal y con muchas deudas, pero la hinchada del Rayo, no solamente por número, sino por carácter, corazón, medidas, viajes y sacrificarlo casi todo por el club, creo que ha salvado al Rayo de una desaparición segura.
– Lo llamativo es que todo lo que iba mal en lo institucional, salía bien en lo deportivo. Tras ocho años lejos de la élite, el Rayo volvía brillantemente a Primera bajo la dirección de José Ramón Sandoval. Quizás, lo que más destacaría del técnico madrileño era su carácter positivo y optimista. Imagino que era lo buscado: mirar hacia delante sin dudar era la única opción, porque atrás no quedaba nada bueno…
Sandoval, a ver, es un tipo muy peculiar. Él se plantó en el despacho de los Ruiz Mateos y le dijo a José María Ruiz Mateos, el que mandaba: «yo soy José Ramón Sandoval, no quiero cobrar nada si no subo al equipo y me lo juego todo a una carta. Si quiere confiar usted en mí, yo me hago cargo del equipo y lo subo a Primera». Ese fue su órdago tras subir al filial de Tercera a Segunda B, el club estaba en esa situación indefinida tras la destitución de Pepe Mel y el marrón que le cayó a Felipe Miñambres que ya no quería ser entrenador sino estar en el despacho, y cogió al equipo.
Como técnico es un motivador nato. Y yo diría que cortoplacista, porque es un entrenador que aglutina muchos sentimientos, muchos rifirrafes, todo o nada, carga mucho contra el jugador en el vestuario, les convence, fomenta los bandos porque los jugadores, al final, son muy especiales… y en el Rayo le salió todo de maravilla. Además, el milagro del «Tamudazo» le permitió dejar al equipo en Primera División.
– ¿Qué supuso realmente ese gol de Tamudo?
Yo creo que el club estaba más o menos atado desde el punto de vista económico… pero sí que es cierto que, para mí, que tengo 33 años y no he vivido toda la historia del Rayo, aunque sí he leído mucho pero que no es lo mismo que vivirlo en la grada o detrás de un micrófono, es el gol más importante de la historia del Rayo. Además, es un gol que lo define. Es decir, un gol en el minuto 93, un gol en el que el estadio temblaba, un gol en fuera de juego que todo el mundo sabía que, si el árbitro lo invalidaba, la gente hubiera invadido el campo para meterlo… vaya, resumiendo, fue la presión ambiental de todo un barrio marcando un gol. Yo recuerdo que, como tuve el privilegio de narrarlo en la radio, me salió un: «gol de Vallecas, gol de todos». Y es que lo creo así. Ese gol no lo marcó Tamudo, lo marcó el barrio, el equipo, los aficionados y esa inercia, esa montaña de nieve, que empuja al equipo desde que estaba hundido en el barro de la Segunda B.
– Ya en lo deportivo, esa es la temporada de Diego Costa y, sobre todo, de Michu. Uno llega libre tras no ser fijo en Vigo, y otro cedido del Atlético a mitad de temporada. Dos grandes ejemplos de los tiempos que corren en Vallecas y, además, del buen tino de Felipe Miñambres en los despachos.
Absolutamente. Y hay que decirlo así. También Sandoval tuvo mucho peso en los fichajes, incluso más que Felipe. En el caso de Michu, que estaba en Segunda con el Celta y había hecho una temporada monumental, sólo le llamaron los tres equipos que ese año ascendieron a Primera… para que nos demos cuenta de que, a veces, los directores deportivos están en otra onda. O sea, Michu, que ahora es un jugador estelar en el fútbol europeo, sólo fue llamado por los equipos que le vieron jugar cuando vestía la camiseta del Celta. Sandoval le llamó por teléfono, le dijo que en Vallecas sería capitán general y que se iba a salir. Así lo convenció Sandoval… y fíjate cómo fue Michu, aunque llegara un poquito deshinchado al final. Y con Diego Costa, más de lo mismo. El equipo necesitaba gol, convencieron a Diego Costa y, ahora, es un jugador importante en un club en un equipo muy importante de España y de Europa como es el Atlético de Madrid. Entonces, claro, ese Rayo sin Michu y sin Diego Costa, seguramente, no hubiera sumado ni quince puntos el año pasado.
– Y los dos se van. Michu por muy poquito (2,5M) y Diego Costa por nada, evidentemente. Toca reconstruir el equipo con muy pocos recursos, un límite salarial muy bajo y un vacío futbolístico muy grande.
El Rayo es un milagro absoluto, lo digo de verdad, con las siete letras que tiene la palabra milagro, desde la «m» hasta la «o», y con mayúsculas. El Rayo es el presupuesto más bajo de Primera… y no sólo eso, sino que el siguiente, que es el Real Valladolid y el Levante casi a la par, doblan el dinero que tiene el Rayo para nóminas. Y no pueden contratar jugadores, buscan cedidos. Si repasamos el once, ahora mismo, te salen cedidos y jugadores que venían de Segunda o Segunda B a un coste muy bajo. Insisto, el Rayo es un milagro. Felipe Miñambres y el resto de trabajadores tienen que trabajar a contrarreloj sabiendo que van a armar el equipo a dos o tres días para el cierre del mercado, si no el último día, con el objetivo siempre de sacar un equipo competitivo a corto plazo.
– Una de las primeras decisiones, o la primera más bien, de este verano fue no renovar a Sandoval para darle el banquillo a un Paco Jémez que había gustado mucho en el Córdoba. Un técnico que parece diferente en lo personal, pero con una propuesta de juego aún más ofensiva si cabe.
Sobre Sandoval me gustaría decir que, aunque no fue muy popular, fue una decisión necesaria. El proyecto Sandoval estaba agotado porque el propio técnico se había quemado a sí mismo y al resto del vestuario. Ya digo, me quito el sombrero en lo deportivo, pero quizás tenía el defecto de llevarlo todo al límite y a lo personal, algo que en un vestuario te impide aguantar más de dos o tres años.
En cuanto a la elección de Paco Jémez… creo que fue buena. Es un tipo peculiar, con un carácter difícil, pero es valiente. Lo veo más profesional que rayista, lógicamente, pero él apuesta por su manera de entender el fútbol. Y esa valentía, además de estar corroborándola a base de puntos y de un botín tremendo para un equipo humilde, casa muy bien con un barrio que es valiente, con un barrio que se agita, y con un barrio que sabe que su Rayo Vallecano va a dar la cara en cualquier campo.
– Y que no deja indiferente a nadie. Siempre habla muy claro, incluso en rueda de prensa. Aprovechando esto, te voy a ir lanzando alguna de sus declaraciones que, a mí modo de ver, engloban muy bien lo que está siendo una temporada del Rayo que comenzó bien pero, sobre todo, de forma sorprendente. Jémez dispuso muy pronto una defensa de tres (con un central y dos laterales) que, además, sólo estaba respaldada por Javi Fuego, pues los dos interiores (Trashorras y Adrián) y el resto de futbolistas eran ofensivos. Paco, a los meses, reflexionaba lo siguiente: «Desde un principio tuvimos muy claro que si no éramos valientes, osados y no arriesgábamos, no íbamos a tener oportunidades de competir con equipos que en teoría son más fuertes. Si eres un equipo humilde y sales acomplejado, no tienes ninguna opción».
Estoy de acuerdo. Mucha gente piensa que el fútbol son resultados, pero yo estoy totalmente en contra. No es sólo ganar y perder, sino que el fútbol también son sensaciones, estar con tu equipo en la derrota, irte a Segunda y renovar tu abono para jugar otra vez en la categoría de plata… por eso creo que hay que transmitir al aficionado a este bendito deporte que el fútbol es mucho más que ganar, mucho más. No es lo de menos, por supuesto, pero va más allá. Y en eso el Rayo ha acertado con Jémez. Es un tío valiente, quiere el balón, propone, algo que le ha costado que Madrid y Barça le meneen, pero me pareció una buena filosofía mantener sus formas, porque de todas maneras lo normal es que pierdas. Y al final, jugando con el balón, proponiendo en vez de esperando, el Rayo suma 31 puntos y ha completado la mejor primera vuelta de su historia. Por ello, me alegro de que los resultadistas no se puedan aferrar a éstos para criticar a un técnico valiente.
– En esta época de comienzo de temporada que, como digo, fue algo diferente, quizás sobresale el nombre de Lass Bangoura. No por lo positivo, más bien al contrario. Ahora que ha vuelto a la titularidad y que parece que está dando un paso adelante, toca volver a esos días en los que desquiciaba a su afición y a su técnico. Porque… ¿cómo ha sido esta relación Jémez-Lass?
A ver, Lass es un jugador que pasó directamente del juvenil al primer equipo porque lo metió Sandoval. Y fue la sensación. Lass es un tío que viene del África pobre, de Guinea-Conakri en concreto, que tiene una familia muy numerosa y que, además, no ha tenido una formación académica… ni tampoco futbolística. Es un tipo con unas cualidades innatas (velocidad, disparo, control…), pero tácticamente es -y era, sobre todo-, un auténtico desastre. Entonces, tanto Sandoval como Jémez están intentando pulirlo. Ahora está aprovechando la lesión de José Carlos, lo está haciendo bastante bien, y cuidado que un Lass motivado, activo y metido puede ser un jugador muy importante, ya no sólo para el Rayo, sino en un futuro para un equipo de más nivel.
– Sin embargo, las cosas se fueron torciendo en Liga: eran 4 puntos de 21 posibles antes de vencer en Málaga. Aun así, Jémez seguía sin dudar: «Nosotros tenemos que jugar así, para bien o para mal somos el Rayo y vamos a jugar de esta manera. No tenemos que estar cambiando nuestra forma de hacer las cosas en función de los resultados que vayamos teniendo. Tenemos que ser nosotros mismos porque, cuando realmente nos lo creemos y somos capaces de hacer esa propuesta, lo hacemos muy, muy bien».
Jémez ha tenido la habilidad de transmitirle el mensaje no sólo a la gente, que a lo mejor hay un entrenador que delante de un micrófono tiene muy buena oratoria y convence al oyente, sino al vestuario. Y eso es lo difícil: llegar, soltar tu discurso y, cada día con tus actos, demostrarle a tu gente que tú vas a muerte con ese proyecto. El Rayo sale al campo convencido de que esa es la mejor forma de agradar a la afición y de sacar puntos. En eso Jémez, que es un motivador nato, sólo hay que verle entrenar, pues está encima del futbolista y siempre va de cara, creo que ha calado muy bien en el vestuario y, por eso, ha conseguido grabar la mente de sus jugadores.
– En todo caso, pese a mantener la esencia y el estilo, sí que es cierto que hay un cambio. El Rayo pasa a defensa de cuatro, mantiene a Javi Fuego por delante y coloca cinco jugadores netamente ofensivos dejando al final un dibujo parecido a un 4-1-4-1 que funciona muy bien.
Es cierto que la defensa de tres sorprendió cuando la puso en el Benito Villamarín, que fue la primera vez, a lo que se unió la primera titularidad de Leo Baptistao, que para mí es un caso de absoluto mérito de entrenador. Pero sí, ha encontrado su sistema. Y creo que el éxito del 4-1-4-1 actual es que el primer «1» sea Javi Fuego y el segundo «1» sea el propio Leo Baptistao. Tú puedes jugar con muchos sistemas, pero tienes que tener jugadores que lo definan. Y en este 4-1-4-1, con una línea de cuatro arropadita, con un lateral izquierdo que se ha inventado como Nacho, con jugadores que ha tenido que ir acoplando por lesiones, pero sobre todo con estos dos jugadores como indiscutibles, van funcionando todos. Desde Piti hasta José Carlos, entra Trashorras, el «Mudo» cuando sale desde el banco… pero esos dos «1» a los que te has referido son los esenciales en este proyecto. Lo que pasa es que ninguno de los dos va a estar en el Rayo el año que viene…
– Es que en esta evolución táctica que estamos tratando hay dos movimientos finales que ya has ido comentando: Leo Baptistao sube a la posición de delantero centro y Trashorras vuelve al equipo para ser un poco ese nexo de unión entre Javi Fuego y el resto de atacantes. El primero la rompe, ya lo hemos dicho, pero es que la entrada de Roberto también ayuda mucho porque equilibra un poco más el equipo al ser otro jugador que, con frecuencia, está por detrás de la línea de la pelota.
Es lo que te decía del mensaje. A lo mejor tú metes a jugadores como Trashorras, Piti o Leo Baptistao en otro equipo y no rinden, pero es que aquí, cuando entra Roberto, el mensaje de Jémez es: yo quiero que toques el balón, que me combines en corto y me manejes un poco el mediocampo, eso es lo que quiero de ti… y no que corras detrás del balón, que ya lo harás porque eres un futbolista y te vas a meter en el partido. Ese mensaje le llega a un Trashorras que sabe que, si falla dos o tres pases, Jémez no se lo va a «fumigar». Trashorras ahora mismo es titular indiscutible. Y lo mismo con Leo, que es un jugador que destaca por su disparo, por su brutal zancada, que parece lento pero que tiene una zancada muy elegante, pero que también se asocia muy bien.
– El Rayo es un equipo de balón, asociativo, que combina bien… pero yo creo que el gran cambio, más allá de posiciones y jugadores, es que cuando pierden el balón todos están muy implicados, muerden mucho. El equipo rival, muchas veces, ni logra llegar a la defensa del Rayo cuando, por características del conjunto, sería lo lógico. La carga motivacional es total.
Sí, sí. Hay jugadores que han entendido muy bien eso. Luego añades a Javi Fuego, que es esencial, aunque ya verás como en las últimas siete u ocho jornadas llega frito porque, al final, lo juega todo y es un futbolista que se sacrifica mucho. Pero sí. Tiene laterales de perfil muy bajo, como por ejemplo Tito. Quizás no destaca mucho, pero después de estar a la sombra de Coke Andújar ha cogido la titularidad y también es todo sacrificio. Sube la banda, dobla, presiona, rasca cuando debe… es un jugador de ese perfil. Y ya jugadores con perfil más tocón, por decirlo así, incluso se meten en esa dinámica. Para mí el fútbol y los equipos son inercia. Por eso, cuando tienes confianza, ves a Trashorras correr detrás del balón y robar la pelota, pero al final Trashorras destaca porque es muy bueno jugando al fútbol… y eso Paco se lo ha dicho varias veces.
– De forma indirecta, Paco hacía alusión a este tema tras conseguir en San Mamés su cuarta victoria consecutiva con la que firmaba, como has dicho, la mejor primera vuelta del club: «En la primera parte he echado de menos un poco de locura. Para lo que somos habitualmente, hemos jugado un poco cómodos».
De nuevo, buen mensaje. Él no se casa con nadie, lo dice durante toda la semana y, para que la gente entienda la humildad de este equipo, el ejemplo es Delibasic. Él es un tío que estaba fuera con Sandoval, que no entraba a las convocatorias, que subió con el Hércules a Primera y lo primero que hicieron fue prescindir de él porque sabían que no tenía talento para la élite… Pues, en el partido de Granada, recorre 84 kilómetros, llega a la ducha con 62 moretones, se quita la ropa y ve que tiene 343 magulladuras… pero, sin embargo, no tiró a puerta. Y si tras ese partido es cambiado en Vallecas, se va con una ovación atronadora. La gente sabe que Delibasic da todo lo que tiene, y eso es lo que hay que pedirle a un futbolista del Rayo.
– Otro símbolo es Piti. Y no sólo por ser el capitán o uno de los jugadores que mejor está rindiendo con sus nueve goles, sino por su gran mejora en todos los aspectos respecto al pasado. Yo que llevo mucho tiempo viendo a Piti, no me esperaba este salto a estas alturas la verdad.
Yo por Piti siento debilidad en lo profesional y en lo personal. Es un tío canalla, en el buen sentido, es un tío canchero, un futbolista de barrio…
– Lo decías tú el otro día: Piti, aunque sea catalán, parece de Vallecas.
No sé ya si es un vallecano catalán o un catalán vallecano. Piti llegó rebotado del Hércules, yo le vi aquel primer partido con el Rayo y me dije: «joder que clase tiene este tío, cómo estará de la cabeza para no jugar en Primera División». Eso es lo primero que pensé. Tú ves a un jugador zurdo tocarla y… es que es un escándalo. Y Piti tiene una calidad en la zurda, para mí, a la altura de muy pocos futbolistas de Primera División. Otra cosa es que no haya tenido la continuidad, la confianza o el cariño que requiere su talento, pero él tiene una zurda escandalosa y este año está encontrando su camino.
Es capitán del Rayo Vallecano, sabe lo que significa eso, lleva el brazalete con orgullo y él, por ejemplo, acude a cualquier cita con las peñas. Sabe que se tiene que meter mucho en la vida del barrio porque un futbolista del Rayo no puede ir a entrenar, coger su deportivo e irse a su casa. Un jugador del Rayo debe ir a la sede más cutre, entre comillas, de la última peña para recibir un homenaje y una placa. Eso es el Rayo y eso deben saberlo los capitanes del Rayo, como lo sabe Piti.
– Con esta magnífica temporada, pese al pinchazo en Granada, no creo que sea una utopía mirar de verdad a Europa. Eso sí, ahora llega un bloque fuerte: Betis, Sevilla, Atlético y Madrid. ¿Cambiamos de objetivo definitivamente o mejor aguardamos por si el equipo se cae como el año pasado?
Yo aguardaría. Lo del año pasado fue tremendo. Cuando un equipo se bloquea puede estar siete u ocho jornada sin casi puntuar. La racha de 3 de 38 o 4 de 30 se puede ver perfectamente en el fútbol español. Yo aguardaría; lo que pasa es que todo se ha igualado un poco, más allá de Madrid, Barça y Atlético de Madrid este año. Quiero decir: ¿qué diferencia hay entre el Málaga y el Granada? Pues hay mucha, pero luego en la tabla no hay tanta. Es cuestión de tres o cuatro partidos. Creo que el Rayo tiene que enfocar todo a la permanencia y, de verdad, si el Rayo consigue meterse en Europa este año me parecería una de las mayores hazañas, y lo digo así, de la historia del fútbol español.
– Para ayudar a evitar esta caída ahora llega Jordi Figueras. El otro día en Onda Madrid te escuché decir que tu pareja de centrales ideal es la compuesta por Figueras y Gálvez, ¿no? Muy diferente a la de Labaka y Jordi Amat que, al principio, no sé si fue uno de los mayores puntos débiles del equipo.
Yo siempre digo que un central bueno es el central que hace mejor al que tiene al lado. Si pensamos en Puyol, sólo hay que ver cuando Mascherano juega con él o cuando juega con Piqué. Creo que hay jugadores que tienen la habilidad de hacer mejor a su pareja de baile, y en el Rayo pasa lo mismo. Jordi Amat es un buen proyecto, pertenece al Espanyol todavía, es aseado con el balón, es elegante, va bien al cruce… pero le cuesta mucho mandar en una defensa. Y ahí lo podía pasar mal el Rayo Vallecano. De ahí que, de cara al futuro, crea que la pareja de centrales puede ser Gálvez y Jordi Figueras. Primero porque este último, si se pone en forma, conoce bien al Rayo y lidera muy bien la línea de cuatro. Y, segundo, porque aún recuerdo sus meses con Arribas, en los que provocó que éste hiciera una temporada maravillosa hasta que Figueras se fuera al Brujas.
– Pase lo que pase, sabemos que llegado junio tocará volver a planificar la temporada con muchas bajas. Unos acaban contrato, otros ya parecen hechos por equipos punteros como Javi Fuego o Leo Baptistao… Y para suplirlos volverá a haber poco dinero, claro. Felipe Miñambres volverá a tener mucho trabajo.
Creo que es muy difícil aguantar con esta situación. Este año el Rayo no ha acertado tanto en los fichajes, lo que pasa es que Paco Jémez se ha sacado a Leo Baptistao de la chistera tras una lesión muy grave. Estamos hablando del «Mudo» Vázquez, de Arana, de Abu… jugadores que no han tenido mucho protagonismo, salvo Rubén el portero que es titular porque Cobeño fue expulsado y ya no volvió. Cuando tú tienes tan poco dinero y asumes tanto riesgo teniendo que fichar siempre siete u ocho futbolistas, la vas a pifiar. A medio plazo, es muy complicado mantenerse así en Primera División.
– Decía Jémez en una reciente entrevista en Marca que: «tras el esfuerzo que hace gente humilde por sacarse un abono, que pueda irse alegre a su casa es una recompensa grandísima». Y, en definitiva, Carlos, se consiga lo que se consiga y se vaya quien se vaya, esta es la verdadera razón de ser del Rayo.
Yo de verdad, lo he charlado muchas veces con sus aficionados y yo siempre les digo lo mismo: puede sonar a barbaridad, pero yo creo que hubiera sido mejor para el club refundarse y empezar en Preferente. Lo digo sinceramente. Era un club asolado por las deudas, que debía dinero hasta a la floristería de la esquina o por traspasos de la época de Horacio Ameli, y que todavía no tiene una estructura digna de un equipo de Primera División. Y yo estaba convencido de que la gente salvaría a este equipo. Un Rayo en Preferente o en Tercera arrastraría 2.000 aficionados por los campos de la Comunidad de Madrid.
Un ejemplo de lo que es el Rayo, ahora en esa pelea de algunos aficionados con el presidente, es la siguiente historia. Hay unos cuantos aficionados que se encargan de organizar todos los viajes, porque el Rayo siempre mete 400 o 500 personas mínimo en todos los campos de España, y en el partido Valencia – Rayo Vallecano hay un aficionado, que se llama Javi y está muy metido en estos temas, que se tuvo que ir a Valencia el día anterior, pagarse un AVE de su propio bolsillo e ir a recoger las entradas que él mismo tenía que abonar para conseguir un precio mejor. Luego tuvo que volver a Madrid en tren, repartir las entradas entre los aficionados y, al día siguiente, otra vez hacer el Madrid-Valencia y Valencia-Madrid para ver a su equipo. Eso es el Rayo. El Rayo Vallecano sin su afición estaría en el pozo y enterrado en la mayor mierda, si me permites la expresión, del fútbol español.
– Mientras te leía la frase de Jémez, Carlos, me daba cuenta de que esa intención de llevar alegría a la gente es la misma que tenéis en Onda Madrid. Por eso no podría despedirme sin decirte, lo primero, el placer que ha sido charlar contigo y, lo segundo, lo más importante además, lo mucho que todos agradecemos vuestra labor y trabajo por el deporte madrileño. Gracias por todo y mucho ánimo, Carlos.
Gracias a vosotros. Creo que es necesario que el periodismo busque hablar un poco de fútbol y salir del barro, pues se echan de menos charlas futboleras como esta. El placer ha sido mío, se lo transmito a todos los compañeros. Y sí me gustaría decir, para cerrar, que Onda Madrid es un poco como el Rayo, sí. Un equipo humilde, que no tiene dinero, que no tiene presupuesto, que siempre está por encima de lo que se espera porque intenta aglutinar muchas cosas y que, con corazón e ilusión, consigue jugar su Europa League particular. Creo que esa comparación Rayo-Onda Madrid, y me refiero a la redacción de deportes -la completa, la de todos, los que están fuera también-, es muy afortunada.
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Referencias:
twitter.com/blasondamadrid
El cautivo 25 enero, 2013
No soy mucho del elogio fácil, pero de verdad, que disfrute de entrevista. Para mi la mejor de las que le he leído a Quintana. Carlos consigue transmitir toda la idiosincracia del Rayo, su gente como el verdadero motor de la institución . y hace que recordemos la verdadera altura del club respecto a los transatlánticos con los que compite. En serio, me quito el sombrero.