Hoy se celebra un Clásico indefinido. Hacía tiempo que no teníamos menos pistas para elucubrar. El intenso enfrentamiento entre Guardiola y Mourinho fue evolucionando a medida que se sucedían los partidos, pero siempre mantuvo una máxima que definió el contexto táctico: a grandes rasgos el Barça quería estar junto y juntar al Madrid, y el Madrid quería separarse rápido y separar al Barça. Una mirada atrás y la emoción es el sentimiento; las ocurrencias de Josep y José son arte e historia, el renacimiento del duelo entre Fischer y Spassky en el Siglo XXI, por genialidad, carisma y simbología. El desdén de Mourinho a Villa y Pedro en Mestalla, el Alves extremo con defensa de 3 en el Bernabéu, el manejo de la carta Pepe, la inmolación de Alexis para dar a Messi tres segundos, el último movimiento de Özil… acontecimientos tácticos que han inspirado a la élite del fútbol y, por qué no decirlo, impulsado la formación y el crecimiento de la Comunidad de Ecos del Balón. Nosotros sí lo disfrutamos. El futuro a corto plazo no tiene por qué ser peor, aunque sí que será diferente. El FC Barcelona de Vilanova repite caras y estadísticas, pero no esencia. Hoy el culé también es un sistema que busca distanciar a sus piezas, crear espacios antes que triángulos asociativos, dando un paso decidido e importante en un cambio de plano que su antecesor ya comenzó a introducir con el fallido 3-4-3. La pequeña incoherencia entre táctica y estilo, aún no limada por el tiempo, se ha notado en sensaciones, pero no en resultados, así que cuesta adivinar si Tito reculará o echará un pulso. No cambiar es dar al Real lo que nunca hubiera soñado: un partido abierto en el Camp Nou. Hasta que el mundo vuelva a detenerse, hasta que el sagrado pitido borre la preocupación del planeta, el técnico culé será el único que conozca exactamente las reglas de la batalla. Él las escribe.
Sobre el papel no hay un equipo más preparado que el de Mourinho para jugar a campo abierto. Nadie lo administra como Pepe y Ramos; ningún zaguero corta al rival de la forma en que lo hace la diagonal de Marcelo; el rango de pase de los Alonso, Özil y Di María no tiene comparativa y correr como el propio Ángel o Cristiano Ronaldo es casi imposible. Sin embargo, Vilanova no giró el volante por capricho, sino porque quiso dar a Messi más espacio, tanto en el eje vertical -retrasando a un interior- como en el horizontal -abriendo a los extremos hasta la raya-. Entendió que era la forma más fácil de empezar ganando, y hasta hoy. Mejor o peor, lo innegable es que estamos viendo a un Leo omnipresente. Cada vez recibe más y antes. Atendiendo a lo vivido, una versión constante de Messi contra el Madrid está por encima del fútbol. Es algo que reduce al Real, a veces, hasta la nada. Si Tito calibra que Messi (jugador) es más que el Madrid (equipo), en el Camp Nou va a correr el viento.
Xavi recuperará el papel central que perdió en 2012, pero no se sabe si para bien o para mal culé.
Vayamos colocando piezas y paradas. El objeto que ordena a los veintidós es el balón, de ahí que sea la principal fuente de información. Más revelador que saber quién lo va a tener es señalar dónde estará. Ser, será deMessi tiene más espacio, pero también peores recepciones Xavi. Gran parte de los ajustes tácticos desarrollados por Vilanova han tenido por motivo volver a hacer del «6» el timón del equipo. Resumiendo, Xavi dejó de tener ritmo para crear líneas de pases y girar (proteger el balón) en zona de interiores, a lo que Guardiola respondió alejándole del juego y acercándole al gol. Vilanova, que a la vista está que no compartió la decisión, ha tomado el camino opuesto: «si no puede tenerlo como interior, al menos que lo tenga como mediocentro». De ahí el 4-2-2-2. Contra: Messi y el otro mediapunta reciben habitualmente de espaldas, si es que no bajan a recibir hasta la medular. Pro: Xavi ha recuperado su jerarquía, algo que para Tito era necesario. Lectura: Todo lo que ocurre en la frontal del área rival son paredes geniales y rápidas. Si el contrario no se repliega sobre su portería voluntariamente, el Barça no puede juntar a sus piezas arriba. La presión era consecuencia; no causa. El presente lo atestigua.
Con franqueza, la disposición sobre la pizarra es un caramelo para el Real Madrid. Los blancos no van a replegar hasta Iker voluntariamente, presionarán a toda cancha (improbable) o intensificarán suEl 4-2-2-2 culé, sobre el papel, debería ofrecer ventajas a Pepe y Ramos actividad sobre la divisoria (lo esperado), así que la jugada que se viene a la mente es el pase frontal (malo) de Xavi a un mediapunta, que Ramos y Pepe aprovecharían para comer espacio y dominar el partido como hicieron en el 1-2. Ante esta tesitura Vilanova tiene dos opciones: pasar al 1+3 o cambiar el ritmo. El 1+3 que expuso, por ejemplo, en los primeros 20 minutos contra el Sevilla FC aumenta las opciones ofensivas del equipo, pues los mediocentros rivales deben trabajar sobre un receptor más y además Xavi y Messi, dioses de la técnica, se juntan. Sin embargo, a poco que la precisión técnica decae, el rival empieza a salir en cohete. Por mucho cambio que haya, nada suena más seguro que intentar recuperar la posesión defensiva. 70% de posesión horizontal con Xavi bien abajo, sin asumir riesgos y que pasen minutos. Jugando a otra cosa, o Messi se exhibe de manera salvaje y acompleja al Madrid, o el Madrid tiene más cartas.
Decíamos que el año pasado Guardiola desvinculó a Xavi del juego. No fue una medida gratuita. Xavi en posiciones capitales es una tremenda limitación defensiva, y el Madrid va a intentar sacar partido, como han hecho el resto de equipos. Valorándolo, la actuación del agresivo Kaká en Amsterdam ha podido meter la duda en la mente de Mourinho, pero incluso así lo normal sería que Özil formara parte del 11 de hoy. El alemán ha sido básico en los últimos Clásicos, las características del Barça se le dan especialmente bien. Su posición derivará de la configuración del centro del campo culé. Si es 2+2 con Xavi abajo, lo lógico es que se libere como mediapunta. Si es de 1+3, formaría la línea de 4 junto a Di María, Khedira y Alonso que tan bien funcionara en el último gran precedente. La parte buena para el Barça es que el lado de ataque fuerte de Mesut coincide con Busquets. Kaká o Modric incidirían más contra Hernández. Otro nombre de trato obligatorio en este punto es Marcelo. El brasileño ha sido titular siempre que ha estado al máximo de capacidad, suele dañar bastante, y a este Clásico llega muy bien. Guardiola sólo detuvo a Marcelo una vez: en el 1-3 del año pasado. Ante el destrozo que estaba haciéndole a Xavi, adelantó a Alves a zona de extremo y fijó a su compatriota bien abajo. Si el genio zurdo cruza divisoria, malo (muy malo) para el Barça.
Si Pedro o Alexis superasen a su par, al Barcelona se le abriría un nuevo abanico de posibilidades.
Casi toda la base argumental que se baraja sobre el Barça-Madrid, sobre el Madrid-Barça, tiene un punto asumido que da ventaja a los blancos: sus laterales siempre superan a los extremos culés. Es necesario barajar la opción de que esta máxima se rompa en la noche de hoy. Pedro llega mucho mejor que en otras ocasiones y Alexis recién jugó su partido más fino en el desborde desde que llegase al Camp Nou. Si uno de los dos crea la superioridad, el control que ejerce el cuadrado Ramos-Pepe-Khedira-Alonso sobre la zona fuerte del Barça quedaría mermado, porque uno debería salir a las ayudas. No es algo anecdótico, sino absolutamente crucial. Hasta el punto de que, por esto, Coentrao tiene opciones de sentar a Marcelo pese a lo expuesto. Fabio tiene un punto de concentración y capacidad de sufrimiento que el brasileño no conoce, y que cobra más valor a medida que el porcentaje de posesión del oponente va in crescendo. Si a Tito le permitieran elegir entre el éxito en el regate de Alexis o su buen trabajo sobre los centrales blancos, no dudaría ni un segundo: lo primero. Al fin y al cabo, lo segundo fue un remedio de urgencia contra la inoperancia lateral.
Iniesta y Khedira mantendrán un duelo en el que el Barça tiene mucho que ganar y poco que perder.
No es por falta de espacio que un hombre tan importante como Iniesta entre en el párrafo de los detalles. Andrés es un elegido, pero el Barça no ha dejado de hacer sin él cosas que con él sí hiciese. Su peso táctico no es, por ejemplo, superior al que tiene Cesc cuando juega. Sin embargo, su conducción sí que es un plus. Lateralizar a Khedira -alejarlo del medio- y filtrar el pase del gol sería una actuación destacada y bastante plausible. Necesario es también hacer mención a la debilidad de Casillas a balón parado, un defecto que el Madrid aún no ha asimilado y que, literalmente, le saca de los partidos. En el Camp Nou, 10 minutos como los que suele tener tras cada fallo de Iker equivalen a la derrota. En pos de evitarla, por supuesto, Ronaldo será su mejor argumento; ayer mismo le dedicamos un artículo en exclusiva a la relación que mantiene con su máximo adversario. De lo que no se ha hablado y hay que hacer constar es de los 8 puntos de diferencia. Trascenderán en el partido, obviamente. Tranquilidad para unos, presión para los otros; aunque incluso así el Madrid aparente una entereza emocional muy superior a la de otras ocasiones, en las que se autoconsideraba, no sin base, peor equipo que el FC Barcelona.
@IArchondo 7 octubre, 2012
Enorme artículo, como siempre.
Para mi es la primera vez en muchísimo tiempo que veo al Madrid como claro favorito. No veo la forma en la que el Barça pueda evitar que el Madrid le filtre balones a la espalda de los centrales y por consiguiente cree varias ocasiones claras de gol. Por esto yo no descartaría la titularidad de Higuaín, su ruptura es de las pocas cosas TOP que tiene y en la Supercopa ya hizo muchísimo daño atacando el espacio detrás de Piqué y Mascherano.
Y si no juega el ex-United…pff. Es que imaginarme a Song-Mascherano defendiendo una transición ofensiva del Madrid…el Barça se desangra.
El único miedo que tengo son los balones parados. Seguramente Tito habrá preparado algo para sacarle jugo al pésimo nivel de Casillas y la inseguridad que genera.
En fin, que si Messi no decide hacer historia, me parece que el Madrid tiene demasiadas ventajas sobre el papel como para no llevarse la victoria del Camp Nou.