Que Gago sea la explicación de un equipo de fútbol es algo preocupante. Al menos, si éste juega en el Viejo Continente. A Gago, para sacarle jugo sin envenenar al resto, hay que engañarle un poquitín, como hace El Pachorra Sabella. Digamos que hay que darle mucha presencia, pero no demasiada importancia. La ventaja ya debe estar creada cuando él surja. En el nuevo Valencia de Pellegrino, sin embargo, el mediocentro es el Rey. El sistema parece orientado a que él produzca, o a que él transforme. Y hay que decir «parece» porque todo es aún tan pobre que no hay que darlo por definitivo. Puede ser que Gago, que personalidad derrocha, al ver el percal haya dicho «ésta es la mía», y en ésas estamos. Tirando poco a poco, y sin grandes perspectivas de futuro a corto o medio plazo.
Con todo, el Lille fue un rival fácil para Mestalla. Su apuesta eran Payet y Mendes, abiertos y verticales. Pretendía lanzarlos enEl repliegue de los franceses excitó a Gago transición, tras robo de un mediocampo de tres que, en principio, replegó en campo propio. Gago vio el cielo abierto e hizo de las suyas. Pese a que los franceses no presionaban, se incrustó entre centrales para capitalizar la salida de balón. El fútbol tiene sus curiosidades, y aunque el ejercicio en si, en la práctica, era prescindible, el argentino se apoderó del choque en lo visual. Con tiempo y espacio recuerda a jugadores fuera de su alcance, y ya hemos dicho varias veces que parecer, en fútbol, es tan o más importante que ser. Pareció Schuster, en esta ocasión. Hasta ayer no se había vestido con ese disfraz.
Rudi García no esperó hasta medianoche como las campanas. A eso de las 21:15 rompió el hechizo adelantando la línea deTino y Gago no son pausados; son lentísimos presión. Solo fue un cambio chip: defender más arriba y de manera más agresiva; fijando a Pedretti como 5 y lanzando a los interiores a por el balón. El Valencia mostró su peor cara, la de la Liga. Gago y Tino se alinean y se pasan la pelota lentamente, sin intención, mientras una nube de compañeros se asienta arriba sin movimiento y sin líneas de pases operativas. Hay un dato que resume fielmente el panorama: Gago emitió 97 pases (cifras de centrocampista del Barça); el atacante ché con más presencia… 46 menos (Guardado). Descorazonador. Pero, cosas del fútbol, marcó Jonas. Alivio.
Pellegrino quiere a sus dos laterales arriba, a la vez.
Con la tranquilidad de los goles no vimos fútbol pero sí intenciones. Por ejemplo, se dio pie a que comprobásemos, con nítida claridad, que Pellegrino pretende proyectar a sus dos laterales a la última línea. Ni Cissokho ni Barragán, los exponentes de anoche, son ideales para ello, pero son más excusa que otra cosa, porque lo perseguido es eliminar a los laterales rivales de la batalla contra Guardado y Feghouli. Un Feghouli venido a menos con respecto al año pasado, aunque no haya perdido gol. Y un Guardado que esconde más respuestas sobre el devenir de este equipo que cualquier otro jugador sano de la plantilla. El mexicano no ha llegado a Valencia; las críticas son justas. Pero lo mejor del conjunto, lo poquito reseñable a nivel colectivo, emanó de sus botas o, más bien, su posición. Sus recepciones interiores o atrás y abierto «a lo Beckham» son cositas a las que agarrarse para soñar algo. Hay que ser muy optimista, sí; pero tiene su fundamento.
SharkGutierrez 3 octubre, 2012
Ver a Gago con todo el tiempo del mundo lucir pases al hueco batiendo líneas, es tan inexplicable o más que lo de Khedira en el partido del pasado fin de semana. ¡Qué poco me dice este Valencia! Es cierto, es quizás algo pronto para sacar en claro (como me dijiste con Jémez Abel, es pronto para ver que cara tiene, esto son solo pinturas), pero no creo que la apuesta de Pellegrino sea la de anoche ni la de Zaragoza. Necesita un aporte medio, algo más que Jonas Gonçalves en modo Gremio de Porto Alegre, para rescatar a este equipo de lo anodino y clásico tópico de "efectivo".
Cada vez más, se echa de menos a Banega y Canales, eso junto a Jonathan Viera (debilidad) y Jonas sería otra cosa bastante bastante diferente. Siempre podemos acudir al "pechofrío calité" Parejo, pero creo que le falta seguridad con la posesión al Valencia. Seguridad en sí mismo para arriesgarse y replegar rápido cuando pudo. El partido de ayer fue bastante cómodo y poco exigido; eso sí, Payet y Mendes le pusieron el sussto en el cuerpo a la defensa del Valencia que sigue dejando unos huecos enormes atrás y que con dos movimientos de esas lanzaderas, estaríamos hablando de otra cosa muy diferente.