Una semana más, como ya ocurrió la jornada pasada en Mendizorroza, el Real Madrid ganó pero nuevamente sin Hazard, y con Vinícius en lugar de Isco, se topó con ciertas dificultades para desarrollar el modelo que tan bien había funcionado en el último mes de competición. De nuevo sobre el 4-3-3, con Vínicius y Rodrygo en los dos extremos, en el izquierdo y el derecho, respectivamente, y Kroos y Valverde en los dos interiores, el cuadro de Zinedine Zidane volvió a comprobar que la ausencia de Hazard está teniendo un impacto a nivel estructural. El sector izquierdo del equipo, considerado como el más fuerte dentro del sistema, está experimentando una serie de cambios de acuerdo con la naturaleza de sus nuevos inquilinos en el extremo -el otro día, Isco; ayer, ante el RCD Espanyol, Vinícius-, que, consecuentemente, se están extendiendo a lo largo y ancho del esquema blanco en su conjunto.
Vinícius mostró un cierto avance en sus remates/definiciones
Si el otro día decíamos que Isco es un futbolista mucho menos agresivo en sus acciones hacia el área que Hazard, la aceleración y la verticalidad de Vinícius son dos factores que por supuesto también repercuten en el resto del equipo. El brasileño, vaya por delante, se mostró más templado en sus definiciones de cara a puerta que en otras ocasiones, otorgándose a sí mismo un espacio, y sobre todo un tiempo, especialmente valiosos en su aprendizaje en este tipo de acciones. Levantando la cabeza en el último momento y echando siempre el cuerpo hacia delante, como mandan todos los cánones, Vinícius Jr. reveló una mejoría considerable en sus remates sobre la portería de Diego López. Pero el problema del Real Madrid en el encuentro no fueron los remates del brasileño, sino todo lo que este anteriormente había dejado en el sector izquierdo para llegar ahí, pues obviamente no es lo mismo.
Vinícius no espera nunca a nadie. No lo hacía la campaña pasada y tampoco lo hizo ayer ante el Espanyol de Pablo Machín. Acelerando y cambiando de ritmo en cada contacto con el balón para transportarlo con la mayor celeridad posible al área rival, la vertiginosa naturaleza del extremo brasileño no le permitió al Real Madrid, como bloque, asentarse en campo contrario. Ese patrón que el equipo tiene ya tan bien automatizado, en el que Sergio Ramos -central izquierdo- inicia el primer pase, Kroos -desde el interior- lateraliza su posición, Casemiro -pivote- facilita una línea de pase vertical y el lateral, en este caso Mendy, coge altura pegado a banda, no encontró ayer en su extremo izquierdo el paso definitorio para que el equipo pase de una rápida transición a un ataque más posicional. Algo que, lógicamente, como ocurriese en Vitoria, repercutió en diferentes futbolistas dentro y fuera de dicha ‘cadena’.
El Real Madrid apenas pudo activar el lado débil de su sistema
Si con Isco en esta demarcación, abandonando el lado izquierdo para actuar por dentro con su pie derecho, es algo que mejora la calidad en la posesión del Madrid pero acorta la profundidad que pueda tener sobre este sector, ya que el lateral también pierde la referencia del extremo, con Vinícius ocurre exactamente lo contrario: el Madrid se hace mucho más largo y esto, en consecuencia, dificulta la aparición de Benzema entre líneas, deja sin activar el sector derecho -tanto Carvajal como Rodrygo tuvieron muy poco peso en el encuentro- y repercute, por otro lado, en la altura a la que puede llegar Kroos en la presión tras pérdida. No fue casualidad, por todo ello, que el futbolista que mejor volvió a recoger los apoyos de Benzema dentro del carril central fuese Valverde. Los dos extremos, uno más lanzado -Vinícius- y el otro sin apenas trascendencia -Rodrygo-, como ya hemos explicado, no le reportaron al Madrid un caudal constante por dentro. Y de ahí que Valverde, por un lado, fuera quien mejor completase los movimientos de Benzema, y que el Espanyol, por el otro, consiguiera salir tantas veces desde atrás, hasta el punto de que, en ciertas fases del partido, lograra quitarle la iniciativa a los de Zidane.
Andrés Madrid 8 diciembre, 2019
Opinión muy impopular de un madridista: Vinicius no va a ser un supercrack. Estoy solo en esta posición en el debate desde que apareció el chico, incluso, en pleno hype a principios de año. Es que me la paso todos los partidos buscando lo que se le ve para que se digan de él las barbaridades que me toca leer a diario en Twitter, hasta futuro mejor deportista de la Década leí ^^.
Otra cosa es que a mi me sorprende la poca valoración que se le da al gol por parte de cierto sector de fanáticos, cuando es precisamente eso lo que marca la diferencia entre un muy buen delantero, o un supercrack total.
Vinicius aparte de que el gol no le fluye naturalmente, es que su relacion con el balón tampoco es natural. Para mí, su techo está en ser un buen complemento, un regateador, digamos que 10 goles/ 10 asistencias. Esta eso mal? Claro que no, pero hay que entender que hablamos del Madrid, no del Valencia, Milán, Arsenal, ni siquiera del Atletico. Hablamos de un equipo donde solo pueden jugar los super mejores, no los mejores, los hiper mejores.
Yo no podría entender, sinceramente, que el Madrid apueste su futuro a un jugador así, existiendo chavales con más potencial. Existiendo un Sancho, un Joao Felix, un Kylian,