Real Madrid y Athletic Club de Bilbao despidieron el año con un encuentro algo pesado, que sobre todo volvió a traer sobre la mesa dos matracas: el Athletic defiende bien y se defiende mejor y el Real Madrid se ha vuelto a quedar encasquillado a la hora de sentenciar al forastero. La lectura va enfocada única y exclusivamente al primer tercio de campo bilbaíno, que es el último madridista, porque allí descansó la clave del 0-0 con el que el Santiago Bernabéu cerró sus puertas hasta enero. No importa donde se empiece a narrar, si por uno u otro equipo, porque se finalizaría en un mismo punto donde, sobre todo en la segunda mitad, fue a parar todo para firmarse el empate.
Gaizka Garitano lleva ya mucho tiempo ordenando las filas de su Athletic de una manera muy diferente a como se ha entendido la no posesión del balón en tierras vizcaínas, ordenándose con una competitiva mezcla de orden y resistencia mental que logra, con bastante asiduidad, meterse en la cabeza del rival. De ahí se extrae que pueda explicarse que, también con dosis de suerte, lograra llevar el partido hacia el centro lateral constante y sacar provecho no solo de la superioridad numérica sino también de la gran firmeza fue su zaga y en general su bloque demuestran en días donde el rival va a llevar la iniciativa y va a tener amplia superioridad para pensar ante un mediocampo de solo tres hombres y una doble punta muy hundida en su posición en el campo.
Rodrygo y Vinícius fueron los encargados del regate, sin acierto
Zidane, antes de que la situación dependiera de la dirección de campo, como así terminó siendo, dio carpetazo a todo lo dibujado en los últimos partidos y armó una disposición en la que Fede Valverde iba a ser el mediocentro ante la ausencia de Casemiro, lo que le haría perder la presencia del uruguayo en la presión -no la necesitó ante la defensa bajísima vasca-, con Kroos y Modric en los interiores, y Vinicius y Rodrigo como extremos puros, respetando su lugar de partida y tratando de originar la primera eliminación de sus pares como medida para crear espacios. Y lo cierto es que todo fue bastante diferente a lo visto en los últimos encuentros. El Real Madrd encontró varios problemas encadenados que le complicaron, principalmente, reformular su ataque una vez las ocasiones más claras no de materializaban, que es el principio de todo.
Si damos eso por sentado, que el conjunto blanco tiene un evidente problema de talento puro de cara al gol -serenidad ante el portero, talento natural individual y prolífico para definir, rematar, golpear o disparar-, lo cierto es que el conjunto blanco encontró dificultad para limpiar rivales en los costados. Por más que el Athletic solo tuviera tres hombres en la segunda línea, a Zidane le faltó calidad en el sistema para que extremos, laterales e interiores comprendieran lo que querían el uno del otro para hacer despegar la posesión de balón, lo que derivó en una continuidad mucho menor entre la circulación del balón y la ocupación de los espacios, siempre más complejo cuando el rival ya te está esperando sin bascular. La sorpresa es menor y necesidad calidad de primer nivel para imaginar cosas y alumbrar zonas que parecen cerradas.
El 0-0 al descanso le sentó muy bien a la defensa del Athletic
Ante eso se preparó un Athletic que una vez aguantó el 0-0 en el descanso, ganó el duelo psicológico que frustra la ofensiva rival, deseada de cambiar las cosas y meter más gente en zona de remate. Si en la primera mitad el Real Madrid fabricó jugadas claras para adelantarse, fue la segunda mitad donde el Athletic justificó un tipo de planteamiento relacionado con la espera, la paciencia y la concentración por desplazar a su rival una y otra vez hasta hacerle olvidar sus mejores ideas. Un empate coherente, en el que Garitano hizo recordar más que nunca a Eden Hazard.
Andrés Madrid 23 diciembre, 2019
El que diga que al Madrid no le falta pegada, y es solo cuestión de mala suerte, con todo el respeto, es muy optimista o simplemente no es realista.
Ahora bien, yo es que este escenario siempre lo vi posible, sobre todo después de que el Madrid en verano no fichó a un delantero de primerísimo nivel(Hazard no es eso), así que por lo menos puedo decir que viendo el techo real de este equipo, esta temporada me conformo con que compitan y no seamos el hazmerreir de hace 9 meses.
Pero bueno ahí lo tiene, el mejor Madrid de los últimos 18 meses, 2do en Liga, y el peor Barca de la década se va a Navidad con el liderato en sus manos.
P. D.: Creo que es una moda muy del fútbol moderno infravalorar el gol, acentuada desde la explosión de Ronaldinho. Nada influye más en el juego que el gol, absolutamente nada. Tipos como Isco, Kroos, Modric, Xavi jamás van a ser más rentables que Messi-Cristiano, Neymar, Falcao, etc.