COMMENT TU T’APPELLES? JE M’APPELLE SAMUEL! | Ecos del Balón

COMMENT TU T’APPELLES? JE M’APPELLE SAMUEL!


Jesús Paredes, preparador físico en los equipos de Luis Aragonés: «Luis me comenta que lo va a hacer porque es cuando se está creando el grupo y me dice que si no lo hace estábamos perdidos…».

-«Primero!», gritó el técnico. «A mí la camiseta no me la tira nadie! Y se lo digo a todos: no me la tira nadie! No la camiseta del club que me paga. Y pudo haber un incidente más serio, porque no le di un cabezazo de milagro. ¡De milagro!»(…). No, no; míreme a la carita, míreme a la cara. ¿Se entera usted?.»

Samuel Eto’o había bajado la cabeza. No contaba veinte años, jugaba en Primera División y su rebeldía africana, la que le valió después para erigirse como referencia competitiva, asistía a una catarsis que le situaba en el centro de la acción. Pero él bajó la cabeza. Con el paso del tiempo miraría a la cara situaciones comprometidas, pero allí bajó la cabeza porque, de algún modo, aceptaba que quien estaba clavando una pica en mitad del entrenamiento de aquel grupo de jugadores era uno como él. Era uno de su sangre. Y Samu, desde aquel preciso instante, comenzaría a ocupar el lugar para el que estaba destinado, siendo considerado la sangre de sus equipos, por todas las cualidades que hacen de la misma un componente tan emocional y trascendental, con sus hemorragias y su vitalidad. Que en algún momento, cualquier equipo, de ayer y de mañana, necesite un Samuel Eto’o, para después sangrar a través de él, es el gran legado de quien hoy ya se despidió del deporte que absorbió como ninguno.

Para Samuel Eto’o (Duala, Camerún, 1981), conocer los códigos del vestuario y el lenguaje intransferible de un sabio como Luis Aragonés, quien trascendió algunas de sus funciones para aconsejarle a su criatura futbolística el paso siguiente que le tocaba dar, el club al que tenía que ir, fueron lecciones a las que después acudiría mentalmente el camerunés como inagotable fuente de energía. O más bien, como catalizadoras de todo el vigor que desbordaba a cada paso. Es en la isla de Mallorca donde Samuel Eto’o deja la impronta de un continente, donde amanece el fervor africano que tuvo siempre dentro Samuel, y donde aprende los tiempos competitivos de un vestuario y de los futbolistas; los tiempos de un contragolpe y su relación con el gol. El primer paso más fugaz, la arrancada más fulminante que ha presenciado el fútbol de este siglo, nace de un pase de Ariel Ibagaza, una conexión que, de tan icónica y letal, trató de reproducir Gregorio Manzano cuando se topó con Fernando Torres en el Manzanares.

– Eto’o: «Mister, ¿qué diferencia a un buen jugador de un gran jugador?¿a qué te refieres con eso?»
– Luis: «La diferencia está en la determinación. Un gran jugador busca cambiar en cualquier momento cualquier partido y eso tú lo puedes conseguir en los mejores equipos del mundo.»

Luis Aragonés descolgó el téléfono y realizó una llamada a ‘Txiki’ Begiristain para ponerle de frente con el que andaban buscando. El Barça venía de agarrarse al universo de Ronaldinho después de pasar por horas preocupantemente bajas, un sueño convertido en incipiente realidad en una segunda vuelta que sirvió como cimiento de un proyecto que estaba a punto de despegar, pero que no disponía de las certezas que lograría certificar el Samuel Eto’o de 23 años, un delantero salvaje que, de manera bidireccional junto al proyecto de Frank Rijkaard, puso al Fútbol Club Barcelona rumbo al firmamento del fútbol continental. Eto’o, convertido en el primer gran boxeador de área grande, fue un tipo obsesivo, de personalidad inevitable, fundamental y anhelado en todo proyecto naciente que tiene que conseguir objetivos tan ambiciosos como el de recuperar un lugar dominante en el siempre exigente mundo Madrid-Barça. El camerunés, en plenitud física y frescura mental, y con el estómago completamente vacío de grandes títulos, se pegó un atracón. Pero Eto’o no sólo revitalizó ‘Can Barça’.

Eto’o ganará con la perspectiva del tiempo. Como ‘9’, entendió la posición con una energía y una frecuencia de desmarque desconocidas hasta el momento actual.

La posición de delantero centro pasaba por un momento realmente sensacional, independientemente de lo que estaba a punto de ocurrir a nivel tanto global como posicional. Entre las grandes potencias europeas de aquel momento figuraban nombres como los de Ruud van Nistelrooy, Thierry Henry, Andriy Shevchenko, Patrick Kluivert, Ronaldo Nazario o Hernán Crespo, entre otros. De ellos se podían juntar multitud de ingredientes: olfato, mano a mano, velocidad, zancada, juego de espaldas, remate a un toque, remate de cabeza, disparo a puerta con ambas piernas. Había mucho por lo que disfrutar. Pero Samuel Eto’o estaba a punto de dinamitar el enfoque de la posición que después adoptaría el juego en su conjunto: el valor del delantero como primer hombre para la presión sobre la salida de balón y la agresividad constante, incesante, para crear espacios y después atacarlos, por toda la frontal del área y sin pararse un solo segundo. Los conceptos de presión y frecuencia, tan subrayados en el fútbol de hoy, el futuro del fútbol que vivió Samuel, personalizados en lo que después, a su manera, harían del uruguayo Luis Suárez, del portugués Cristiano Ronaldo o del español Fernando Torres modelos a imitar.

Y todo ello sucede en Barcelona, la cuna del ‘cruyffismo’, lugar en el que poco más de 15 años antes un tal Johan irrumpió para interrumpir la forma de pensar más preestablecida. En aquel lugar, cuatro años después de la llegada del huracán Eto’o, aterriza Pep Guardiola, más que un técnico o formador, toda una corriente de pensamiento. La historia ya conocida narra un momento de máxima lucidez del técnico de Santpedor, quien suelta una bomba en forma de cambio de posición en mitad del Santiago Bernabéu, transformando a Lionel Messi, estrella emergente del proyecto, en toda una constelación de posibilidades tácticas. Una ruptura que reformula la visión global del fútbol español y mundial, también del entorno culé. Pep considera fundamental la utilización de extremos fijos en banda y la imparable progresión del argentino le impide coserle en un costado. Es en el carril central donde está la superioridad, pero también el espacio reducido y la consiguiente sensibilidad para el juego colectivo.

La irrupción de Leo Messi fue vista por Guardiola como una oportunidad para construir una hegemonía que tuvo como coste la salida de Samuel Eto’o rumbo al Giuseppe Meazza

Quizás mucho antes que la cuestión más táctica nació una diferencia de sensibilidades, sobre todo a la hora de que Guardiola pudiera encontrarle un rol que el camerunés podía entender como un paso al costado, figurada y literalmente hablando. Pep había ganado todo junto a Samuel pero había solicitado en verano un delantero centro que le permitiera multiplicar los registros y aumentara la capacidad de controlar la pelota y administrarla con un punto superior de lectura y creatividad, tanto para jugar de espaldas como para añadirse como posible centrocampista. Eto’o, al que se le recuerdan virguerías absurdas en la frontal, hacía muchas cosas con el ánimo de agredir y profundizar, mientras el argumentario del cuerpo técnico, por el que Guardiola nunca iba a negociar, tenía pensados procesos mucho más específicos y elaborados para los que Samuel era visto en un papel más secundario.

Fue entonces cuando Samuel fue a parar al Inter de Milan de José Mourinho, un proyecto radicalmente opuesto, que anticipaba la llegada de las superplantillas y de una evolución en la calidad del juego que aún pervive. Fue allí donde su sombra, en el sentido más competitivo, se alargó para dar cobijo. No se puede decir que su cénit puramente competitivo, basado en la mezcla de hambre, corazón, experiencia y vivencias, se diera en la Lombardía, habiéndose conocido su lustro en Barcelona, pero sí que aquel primer año confirmó y concluyó que Samuel Eto’o guardaba una extraordinaria capacidad de análisis y adaptación a las circunstancias que completarían su relicario: un majestuoso palmarés, un monumental bagaje como competidor, una brutal gama de movimientos y un sello como embajador del triunfo. Como en los inicios del proyecto de Frank Rijkaard, el Inter de Milán necesitó un Eto’o para comenzar. Samuel, como el africano, llegó cuando se lo propuso. Y sólo con su llegada comenzó la victoria.

«…los europeos creen que el tiempo es objetivo y absoluto. En África es elástico y voluble: una reunión se celebrará cuando acuda la gente…”. Ryszard Kapuscinski.


17 comentarios

  • Iñaki García 12 septiembre, 2019

    Excelente pieza. La verdad es que Samuel Eto'o no puede quejarse de maestros en los banquillos, otros jugadores rebeldes como Neymar por ejemplo han tenido entrenadores que le han incitado a menos (o a más, depende como se quiera mirar el caos). Lo cierto es que el camerunés supo siempre sacar el mayor crédito de sus virtudes y eso es un mérito enorme.

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  • StevieG97 12 septiembre, 2019

    Eto'o fue un verdadero crack que espero no se difumine en nuestra memoria por el tipo de delantero que era en comparación a los actuales (que como le haría falta un tipo como él a este Barca). Un tipo con un carácter un poco extravagante pero competitividad y carisma a tope, sigo pensando que con él la Champions de 2010 no se escapa. Su etapa con el Inter a pesar no ser tan recordada deja buenos momentos como la temp 10-11, ya sin Mou, donde se echa el equipo al hombro y elimina "solo" Bayern y creo recordar es top3 goleador del Calcio. En fin, una infinidad de logros e historias que nos deja Samu, en cada lugar donde estuvo.

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  • vi23 12 septiembre, 2019

    Yo creo que en su plenitud, antes de la lesión de rodilla, fue supertop. El balón de oro 2006 debió ser suyo. Exhibiciones casi cada partido esos dos primeros años en Barcelona (y también los últimos en Mallorca). Nunca recuperó aquel super nivel pero le llegaba para ser importante en cualquier club del mundo

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  • Higan 12 septiembre, 2019

    Como madrdista siempre he odiado a Samu por sus constantes vaciles…. Pero casi que he odiado más al Madrid por dejarle escapar.
    Que bestia de la naturaleza era, en sus primeros años con el Barça era imparable, un dolor de muelas. De estos delanteros que te pueden hacer un gol de la nada.
    Luego en el Inter hizo un par de buenas temporadas también, y para recordar su partido contra el Barça que acaba jugando de lateral. Era puro sacrificio, lo dejaba todo en el campo
    Tecnicamente también era muy bueno, quizás no de los mejores, pero tenía un golpeo increible con las dos piernas y una conducción en carrera bestial.
    Después de ver todos los delanteros del Barça estosúltimos 15 años me quedo Etoo, incluso por delante de Suarez.

    PD. que bien le vino a Samu Luis Aragonés en sus primeros años, le ayudo a centrar un poco la cabeza y a pelear junto con el equipo y no hacer la guerra por su cuenta

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  • AArroyer 12 septiembre, 2019

    @Iñaki García

    Muchísimas gracias Iñaki 😉

    Desde luego encadenar un Aragonés-Rijkaard-Guardiola-Mourinho es un poker de cuidado.

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  • AArroyer 12 septiembre, 2019

    @StevieG97

    Siempre tuve en la cabeza a la hora de hacer el texto qué significó Eto'o en el comienzo de los proyectos, para mí el Samuel Eto'o que pasa a la historia, entre otras cosas, es el de ese futbolista inabarcable en cuanto a energía y carácter, todos los días del año, que es como tener dos motores en el coche cuando comienzas un proyecto importante de cero. Ahí yo siempre ficharía a Samuel Eto'o. Siempre. Sería mi '9' en cualquier equipo del mundo, lo tengo clarísimo. Esa ambición no se ha visto nunca más.

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  • AArroyer 12 septiembre, 2019

    @vi23 @Higan

    La verdad es que Luis tenía toda la razón. Era el momento de que le rodearan adecuadamente y explotara como el '9' que fue nada más llegar. Es verdad que su carácter tenía dobleces, como el precio que se paga por darte todo lo que te deba por otro lado, pero qué manera de contagiar, de atacar el área. Qué contundencia en el remate, qué voracidad. Me parece muy significativo los dos goles de las finales de Champions, esa poca ortodoxia que queda por debajo de la determinación para cumplir con su cometido de ganar las finales.

    Cuenta Mourinho que Eto'o fue el que dio el discurso prefinal a sus compañeros en el Inter-Bayern. Y utilizó el discurso de su abuelo Aragonés de sólo gana las finales quien está mentalizado de que va a ellas para ganarla sy no para jugarlas. Es no contaba nada.

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  • Balotelli8 12 septiembre, 2019

    Menudas joyas nos regalas, Arroyo. Un texto tan grande como la determinación de Samu 😉

    Del camerunés qué decir, ha sido un delantero para la historia. En una época, además, donde la figura del 9 era la clave de cada equipo, sólo hay que ver los nombres que mencionas. Después de esa generación, la evolución de la posición, la influencia Ronaldo-Messi como goleadores "de banda" y la falta de talento en general ha hecho que no se volvieran a ver un estilo de 9 de esa influencia tan enorme en sus equipos y en los marcadores. Los Lukaku, Icardi, Higuaín, Suárez, Lewansdowski, Costa, Morata… son jugadores buenísimos pero que pocos de ellos quedarán con esa estela de verdaderas Leyendas, lo cual se ve muy gráficamente en que a ninguno de ellos se les puede considerar el hombre más importante en sus clubs, a diferencia de esos delanteros como Van Nistelrrooy, Henry, Del Piero, Inzagui, Larrson, Shevchenko, Ronaldo Nazario y demás.

    Y creo que la carrera de Eto'o llega tan lejos gracias a esos entrenadores que comentas: Aragonés, Guardiola y Mourinho… Vaya trío. Por eso para mí el Samu más completo e influyente en su equipo es de la temporada del triplete en el Inter, con esas actuaciones no solo como goleador, sino hasta defensivas. Ese Samu tenía lo mejor de cada uno de esos tres técnicos, era un futbolista completísimo, su influencia en el equipo iba mucho más allá de atacar el espacio y anotar, su energía era el eje principal del sistema.

    Las comparaciones son odiosas, y más en relación a un ente tan particular (por condiciones, contexto, carácter, traumas…) como el de Eto'o; pero ¿Qué jugador actual os recuerda más al camerunés? Yo diría que Mané es el más parecido, aunque le falta ese punto de rabia que a Samuel le hacía no desconectar jamás. Iñaki Williams también me recuerda muchas veces en su físico, su energía y sacrificio en la presión a ese Eto'o del Mallorca (incluso tiene en Muniain su particular Ibagaza a la hora de lanzarle^^) aunque en este caso las distancias técnicas son mucho más grandes que en el de Mané.

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  • Higan 12 septiembre, 2019

    @Balotelli8

    Salvando las distancias,a mi parecer, creo que lo más parecido es D. Costa
    Esa capacidad de intimidar a 30 metros de porteria, de pegarse con las defensas, de meter la pierna donde haga falta para meter gol… No se, me recuerdan mucho, competidores implacables.

    Eso sí, para ello de de estar Costa en su mejor momento fisicamnete o no llega a acercarse al nivel del bueno de Samu.

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  • AArroyer 12 septiembre, 2019

    @balotelli8

    Muchas gracias, Balo! 😉

    Yo creo que es un jugador irrepetible. Para mí es un delantero absolutamente histórico por el tipo de delantero y el carácter que tenía, ha sido alguien único. Yo he visto muy muy pocos competidores como él. En su plenitud, como digo, idílico para arrancar un proyecto, crear un clima de competitividad y hambre y también el '9' perfecto para jugar una final. Un auténtico pura sangre. Luego, con el desgaste que supone su energía y su carácter, pues pagabas peajes y pasado el tiempo igual es difícil de domesticar en otro tipo de escenarios, con títulos ganados, puesto competido, etc.

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  • Uriel 12 septiembre, 2019

    Qué grande Alejandro Arroyo. Uno de los mejores artículos que leo en mucho tiempo. Está a la altura de su protagonista, casi nada al aparato. Enhorabuena!

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  • Balotelli8 12 septiembre, 2019

    @Arroyer

    Es totalmente irrepetible, porque además se juntan una serie de condicionantes mentales muy concretos: la infancia africana, una situación complicada en las categorías inferiores del Real Madrid con descenso incluido, la falta de oportunidades con los blancos, la salida al máximo rival… Es que es un jugador que tenía especialmente presente su pasado mientras competía, casi como una obsesión insana por demostrar lo que era a quienes no lo valoraron. Y a la vez, en lo extradeportivo, una conciencia tremenda sobre la causa africana, la imagen de héroe nacional (algo que hemos podido ver como influye en otros africanos, como Drogba o recientemente Salah), y ese deseo de llegar a ser el mejor por encima de todo.

    Es que incluso su salida al Anzhi fue acompañada con esas luces de neón de ser reconocido como "futbolista mejor pagado del mundo", como si de alguna forma fuera lo que Samuel estaba buscando, esa palmadita en la espalda con el mensaje de "eres el mejor, lo has conseguido", que necesitaba en lo económico tras ya haberlo ganado todo en lo deportivo. Una pena, porque creo que aún le quedaba fútbol en las botas cuando decidió aquella especie de exilio en Rusia, pero que viene motivada por esta mentalidad tan necesitada de superar metas autoimpuestas, y que como dices, esos peajes le llevaron a ser incapaz de buscar retos en otros escenarios, como el de competir un puesto o enfrentarse a la resignación del bajón físico propio de la edad.

    Un personaje tan particular como su fútbol. Pero, sin duda, una leyenda.

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  • Jos 12 septiembre, 2019

    La palabra que lo define como futbolista es voracidad, además tenía el punto de no creerse o no saberse peor que nadie, y las ganas e incluso el ansia por demostrarlo. Siempre me pareció que internamente no se creía suficientemente valorado, y eso le llevaba a un punto de jugar tan al límite que superó hasta sus (muchas) capacidades futbolísticas con tal de demostrar que no era menos que nadie. Y como bien dijo en su presentación con el Barça "voy a correr como un negro para ganar lo que un blanco"; es una declaración, un "aquí estoy yo y vais a acabar valorandome mucho más de lo que haceis.".

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  • AArroyer 12 septiembre, 2019

    @Uriel

    Muchísimas gracias, Uriel!!

    @balotelli8

    Desde luego. Es que además de su carácter, de su fuego interno, el tipo tuvo muchos estímulos externos donde encontrar motivación constante. Lo explica muy bien @Jos también sobre los sentimientos que tenía Eto'o.

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  • Pique 12 septiembre, 2019

    Para mí el mejor delantero de la historia del Barça por encima de Suárez, no fue más porque no le dejaron.

    Cuando para todos los amigos su jugador favorito era Ronaldinho, yo siempre me quedaba por Eto'o por sus ganas de ganar, por lo que corría y porque con que el sabías que tenías a un tío que siempre tenía el gol en la cabeza, aunque le peso en algún momento está obsesión.

    Que lastima haber visto tan pocos partidos juntos a Messi, Eto'o y Ronaldinho, lo mismo sustituyendo a Ronnie por Henry. Si hubieran durado más estas sociedades cuanto hubiéramos disfrutado los culés. La primera más mágica y la segunda la delantera más punzante de la historia del Barça como se vio en la 08/09

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  • Trabajo Tucuman 13 septiembre, 2019

    Sin dudas Samuel es uno de los mejores delanteros del Barcelona!

    Suárez le falta mucho para alcanzarlo.

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  • supererre 20 septiembre, 2019

    Samuel es la deficición andante de genio, porque las actitudes hacia la vida las marca su caracter.
    Las decisiones en los momentos complicados solo las ejecuta quien no tiene más opción en su vocabulario, que expresar el maximo de sus capacidades, e inventar un contexto en el que puedan ser utiles.

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