Sergio encontró el fruto | Ecos del Balón

Sergio encontró el fruto


La lucha por la permanencia es un desafío incomparable. Desde que la Liga española desterró el formato de eliminatorias en las que el 17º y el 18º clasificados disponían de una bala más, jugándose su plaza en Primera División con el 3º y 4º clasificados de Segunda, el desfiladero ha exigido aún más a los equipos saber responder al mayor de los infortunios, la peor de las dinámicas y la exigencia mental que deriva de no encontrar soluciones en tus fortalezas.

La lucha por la salvación es un sendero que requiere de una dosis de experiencia que te permita identificar donde merece la pena invertir las energías que queden. Esta temporada, con tantos equipos involucrados en escapar de la última plaza que todos quieren evitar, el Valladolid se ha marcado un último tramo impecable, justo cuando más parecía desfallecer y de cerciorarse de lo que han sido conscientes desde que arrancó el año.

Al finalizar el encuentro ante el Rayo Vallecano, certificando su permanencia, Michel Herrero fue preguntado por la clave que ha dado con la salvación que parecía lejana hace apenas dos semanas, tras caer ante el Atlético de Madrid.

«El no creernos nada. Sabíamos que éramos de las peores plantillas, pero currando y corriendo no nos iba a ganar nadie».

El conjunto vallisoletano conocía el objetivo y seguramente las formas que se darían para lograrlo. No es lo mismo tener como objetivo la permanencia en Primera que saber que la lograrás en la última jornada y con el transistor en los banquillos. Milagros como lo conseguido por el Getafe o por el Girona la temporada pasada son así llamados por algo. Los de Sergio González iban muy justos pero arrancaron muy bien, dispuestos a darle utilidad a las variantes y recovecos del juego para no negarse nada aún reconociendo la poca capacidad individual de la que gozaba el equipo. Victorias fáciles no habría pero camino para caminar sí. Y ese camino ha valido para generar algunas oportunidades que parecían demolidas cuando Jorge Molina, hace exactamente seis fechas, ponía el empate en el último momento.

Durante esas semanas, el Valladolid experimentó mejor que ningún otro momento lo que significa en Primera tener la calidad justa, por más que el sistema la optimice, mientras la necesidad y el tiempo ahogan. Esa dificultad transforma el fútbol en algo mental, y sólo creer en lo que ha dado valor como equipo te puede conceder vida. Con tres victorias en los últimos cuatro partidos, el Valladolid decidió seguir lo que estaba haciendo por más que eso, razonado, fuese muy justo para lograr el objetivo.

Sin gol ni velocidad, Sergio le dio a su equipo herramientas para saber lo que hacer en cada fase del juego

32 goles para 41 puntos -ningún jugador pasó de seis tantos- habla bien de las dificultades de un equipo exprimido que ha reconocido su falta de desequilibrio, de gol aislado, de intervenciones salvadoras o de velocidad al contragolpe. Sergio tenía poquito de todo pero unificado, dándole extremo valor a la labor de un técnico como catalizador de un potencial y su posterior realización, el Valladolid, bien medido en las cuatro fases del juego, no fue inferior a nadie de su alrededor para formar parte de la categoría.


2 comentarios

  • AArroyer 13 mayo, 2019

    Tremenda sorpresa lo que ha hecho el Valladolid desde el empate ante Getafe, que fue un tremendo golpe. Tremendo como el equipo se ha levantado. Quiero creer que han sacado fuerzas de determinadas cosas que han ido pasando, de la reacción de su gente, desde las dificultades. Y yo pensaba que no iban a poder. A su favor, diferenciándolo del Girona, es que tampoco han tenido una dinámica tan dura como la que han pasado los de Eusebio. Futbolísticamente, por otro lado, yo pensaba que se despeñaban o que se salvaban en la última jornada y pasando minutos, muchos, en Segunda.

    Las razones para encontrar la salvación seguramente haber cuidado bien esa versatilidad táctica, que, en parte, me ha recordado, salvando las distancias, a los equipos de Javi Gracia: equipo junto, que varía bien las alturas defensivas, que sabe competir ante tanta dificultad para marcar goles. Se puede decir que no ha sido, nunca, un equipo roto. Sí ha sido un equipo con evidentes carencias pero tácticamente sí ha sido un equipo de Primera.

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  • AdrianBlanco_ 13 mayo, 2019

    Que Sergi Guardiola acabase marcando el tanto de la salvación del Real Valladolid me parece de una justicia poética tremenda. Señor golazo, por cierto. Pero creo que pocos más lo merecían tanto como él.

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