Un faraón que siempre fue centinela | Ecos del Balón

Un faraón que siempre fue centinela


Diego Godín, nacido en Rosario, Uruguay, ya había ganado un título europeo antes de aquel viaje. Su pasaporte, que es, en términos futbolísticos, una condición por sí mismo, explicado por un Mundial 2010 que actualizaba el significado de la celeste en el panorama emocional del planeta fútbol, quedaba unido con las mieles de la victoria en el Atlético de Madrid de Quique Sánchez Flores. Estas dos circunstancias, el carácter de su pueblo y el triunfo con su club, hacían de Diego Godín uno de los pocos futbolistas que de algún modo conocía de antemano lo que quería contarles Diego Pablo Simeone. Y bien porque todo lo que estaba por venir le sonaba familiar o bien porque, partiendo de ese carácter para llegar a más victorias, lo que narraba el argentino le tocó todas las fibras, el defensor más importante de la historia del Atlético de Madrid sufrió una transformación vital y futbolística tan profunda como lo es el significado de su marcha. Sería, sólo su despedida, la que pondría el punto y final.

Aunque nació para sufrir y ya había ganado, Godín vivió una auténtica transformación desde 2012

Todo el mundo del fútbol desde el año 2012 sabe quién ha sido Diego Godín en el concierto europeo y mundial. Así está reconocido, no sólo por los títulos cosechados y la trayectoria construida, sino por un reconocimiento bastante unánime en la época que mayores funciones creativas se demandan y se reconocen como sello de calidad a un defensa central, virtud que Godín nunca tuvo y que siempre mantuvo a distancia. Presente en listados de toda índole, referencia de la posición y sobre todo de una silueta o prototipo de zaguero puro, que siempre ha entendido y sentido la defensa de cada acción como algo sentimental, que viene de fábrica, Godín no era en 2010 el central que llegó a ser cuatro o cinco años más adelante. Por eso, el antes y el después de lo escuchado y vivido en el ciclo Simeone resulta tan o más atractivo por lo futbolístico que por lo emocional.

El mensaje fue el motor para que Godín progresara desde la tendencia al fallo hasta el cerrojo que fue

Desde lo colectivo a lo individual, y viceversa, Godín era un central de buenas condiciones para liderar una zaga. Era expeditivo, decidido en el despeje y moderadamente contenido a la hora de tomar decisiones, pero con cierta tendencia a cometer errores cuando tenía que medir el peligro que conllevaba lo que habría decidido hacer. Más activo que paciente, a sus condiciones le faltaban registros defensivos, un plus de técnica para corregir y otro tanto de velocidad para estrechar los márgenes de un equipo, el de Quique Flores, inestable por la naturaleza de sus atacantes y la particularidad de sus centrocampistas. A Godín le sobraban espacios y le faltaba solidez colectiva para alejarse del fallo. Lo que no sabía ni el propio Godín es que la solución a esos conflictos llegaría replanteando hasta la más básica de las cuestiones; un mensaje, un relato y una liturgia que el uruguayo tomó hasta las últimas consecuencias, ejerciendo de líder tan futbolístico como político de una corriente y una filosofía que para él fueron absolutamente innegociables para dar sentido a todo.

Mauricio Pochettino, en ‘El País': «Al final estamos en este mundo para ayudar a clubes a desarrollar proyectos y para que el legado que dejemos en los futbolistas no sea el mero hecho futbolístico que le enseñemos a interpretar mejor el juego, a que se posicionen mejor, a que mejoren defensivamente, o a mejorarlos físicamente. Sino además a que como seres humanos encuentren esa paz que por lo general en el mundo no existe. Hay muy pocos individuos que puedan estar en paz consigo mismos. Y nosotros casi siempre atacamos antes a la persona que al futbolista».

Subrayado el método día tras día, articulando Simeone una fase defensiva incondicional como punto de partida táctico de quienes terminarían siendo campeones de Liga y finalistas de la Copa de Europa, Godín se erigió como la absoluta perfección de un plan que extraía toda la fuerza mental del jugador para sumarlo al colectivo y construir una ideología competitiva que daba una importancia fundamental a hacerlo todo desde la inferioridad. Asumiendo que el plantel era peor, que el club no podía competir en otros frentes y que insistiendo en perfeccionar la defensa y protección de lo que es tuyo frente al invasor se reducían todas las distancias con el enemigo tanto como las de cada jugador con sus carencias, Godín explotó como futbolista. Ahora, allí, en esos años, su función, detalle a detalle, consistía en cerrar la puerta.

Su mejor virtud: Godín fijaba su marca en el momento exacto, cerrando cada progresión del rival

En lo táctico, el equipo se movía en unidad, basculando a la perfección, rodeando la zona del balón con todos los efectivos que hicieran falta para que la pelota no se filtrara y que sólo llegará al área desde los costados, donde Godín sacaba ventaja de su colocación, concentración y agresividad y contundencia para despejar. Si la pelota lograba colarse por raso, cuando los rivales eran mucho más precisos y de altísima calidad, el uruguayo acudía a la ayuda en banda, reconociendo con igual precisión cuándo el atacante ya no le correspondía al lateral o al pivote, sino a una zona en la que tenía que actuar. Aunque gozaba de efectivos y socios que le rodeaban y le protegían, su defensa era igual de activa, siempre de puntillas para entrar en la acción cuando se estaba generando la superioridad numérica del rival. Esa calibrada conciencia, valiosísima a nivel defensivo, convirtió al charrúa en la sublimación de un estilo defensivo que en esencia podía pertenecerle por su lugar de procedencia y las condiciones que se le presumían pero que logró dar forma por lo que significaba defender así. Godín se pasó meses y meses sin un solo error en el currículum.

Cuando el Atlético trató de girar en lo estilístico, Godín fue quien volvió a recordar lo que les hizo mejores

Esa fuerza que barnizó a todos los actores de aquellos proyectos se llevó por delante los fantasmas de la institución, los fantasmas que cada jugador tenía guardados, para convertirse en una herencia que determinados jugadores explicarían a otros recién llegados; un discurso que ya era religión. Pasados los años, consumada una obra maestra defensiva urdida por una forma de pensar, la más poderosa de todas las razones, Godín se convirtió en un guardián y adalid frente al exterior. Después de la segunda final de la Champions, perdida en Milán, el proyecto colchonero abrió algunas ventanas esperando una evolución. El equipo cambió, se vio con ánimo de abrazar la competición desde un mayor protagonismo con la pelota y cayó 3-0 ante el Real Madrid. Aquello abrió grietas entre los apóstoles más antiguos. Un año más tarde, sin la evolución prometida, y con la decepción de no cruzar a octavos de final de la Champions, mientras Godín iniciaba el juego en largo en un día a día en el que el equipo se posicionaba para llegar arriba con el balón raseado, Godín se metió en el área, con Vrsaljko expulsado, para recordar, exhibición mediante ante el Arsenal, que no se olvidaran del origen de un periodo de esplendor que tuvo en el uruguayo, en todos los sentidos, a su más fiel defensor.


11 comentarios

  • AArroyer 21 mayo, 2019

    La marcha de Godín es, simplemente, la constatación de un auténtico fin de ciclo. El punto final. Veremos si Simeone logra construir un nuevo mensaje -no creo- o si da continuidad a todo lo construido con todo lo que llegue. Y sobre todo, si logra ganar con el cambio -muy complicado-.

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  • lordcab 21 mayo, 2019

    El reto de Simeone es mayúsculo, sólo hay un entrenador en la historia que ha juntado dos ciclos ganadores con el mismo equipo y distintos jugadores y ese fue Sir Alex Ferguson. Y sin quitar méritos, Inglaterra en ese momento no tenía a los dos mejores equipos del mundo en su liga como son Madrid y Barca, por tanto sería el reto de los retos. De momento ya ha perdido a su gran estrella y va a tener que rearmar toda la defensa…. lo positivo que va a encontrarse a un Madrid en reestructuración y a un Barca en el "declive" de Messi, veremos.

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  • Albert Blaya Sensat 21 mayo, 2019

    Enhorabuena por el texto, Arroyo.

    Siempre me han gustado esos jugadores sufridos, hijos de un contexto, de una idea. Godín lo es, como señalas, del Cholo. Es un central que sin tener la calidad de los Piqué/Ramos/Bonucci, siempre tuvo el don de la puntualidad y la paciencia, un jugador tremendamente responsable y consciente de dónde y cómo actuar. Sus quites saliendo a la ayuda- cuánto amargaron a Cristiano y Bale- y su defensa del área fueron unos avales que le dieron chicha a la idea del Cholo. Fue alimento para él. EL sostén.

    PD: cómo me hubiera gustado ver a Chiellini con Godín^^.

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  • Balotelli8 21 mayo, 2019

    Qué gran texto, Arroyo. Lo mejor de que se acabe la Liga es que tengáis tiempo para hacer artículos como este.

    Lo único que añadiría sobre la trayectoria de Godín a lo que ya habéis dicho es que ha sido uno de los grandes dominadores del juego aéreo en los últimos años. Tanto en ataque como en defensa. Godín era la amenaza principal de un Atleti que ha vivido mucho del balón parado, que sabía que en un partido en el que pasaran muy pocas cosas, podía ganar en acciones aisladas porque tenía la amenaza del charrúa para poner el 1-0. Y así mismo, a la hora de defender el área con los cuatro defensas metidos en su propia área, ha sido siempre imperial por arriba. Estos años el Atlético ha frustrado a decenas de rivales, condenándoles a recurrir al centro lateral como única opción ante el cerrojo rojiblanco, y ahí Godín nunca comete fallos.

    Y aunque su última temporada ha sido la primera en la que se aprecia un declive ya importante, con Godín se marcha toda una generación. Creo que las salidas de toda la "vieja guardia" de Simeone está muy influida por la salida de su capitán. Tanto por lo que es en el campo como en el vestuario. Creo que nombres como Griezzman o Lucas han temblado ante la idea de coger el testigo del Faraón como baluarte del equipo, y han preferido otro tipo de retos ante la perspectiva incierta de lo que se puede venir en un Atleti sin Filipe, Juanfran y, sobretodo, Godín.

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  • Fernandojb 21 mayo, 2019

    @albert
    Hombre Godin es un enorme central, mas alla de contextos.
    Es tan de contexto como Pujol y esta temporada Pique ha jugado a lo Godin.

    Mi apunte es que Godin sufrio mas cuando se fue Miranda, porque se complementaban muy bien.

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  • AArroyer 21 mayo, 2019

    @lordcab

    Y yo creo, fíjate, que Simeone está dando palmas con las orejas -salvo lo de Griezmann- después del verano que se va a suceder en el Metropolitano porque Simeone se ha visto quizás impotente por no poder dar el paso evolutivo que se ha intuido y que no se ha terminado de dar, seguramente por falta de fe. Está claro que Simeone prefiere tener muchas más opciones en su plantilla y calidad individual que le genere la mayor parte del trabajo a nivel competitivo -no en vano entre Griezmann y Oblak le han situado, después de que él se inventara toda la identidad y la transformación en un grande de Europa durante cinco años, en un estatus elevado sin ser un gran equipo este año-. Esa inercia es de equipo grande. Pero en parte está aliviado porque estaba un poco ahogado porque lo de antes ya no tenía el mismo efecto, el tiempo había pasado, y no lograba dar con la tecla de hacer evolucionar piezas de más talento. Y perder a tanto jugador estructural es una oportunidad para regenerar las ideas y construir de cero.

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  • AArroyer 21 mayo, 2019

    @balotelli8 @Albert Blaya

    Muchísimas gracias, cracks :)

    @Fernandojb

    Es un enorme central pero en el máximo máximo nivel necesitaría un central rápido para corregir o anticipar y luego tampoco es Piqué midiendo las carreras del que tiene el balón, no tiene tanto talento. Para mí es el central perfecto para el sistema que protagonizaba, sin necesidad de nada más, pero sí que igual necesitaba de algunos compañeros para rendir lejos de portería o de sumar con balón.

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  • Boris_pina 21 mayo, 2019

    Un central que sin ser el mejor de todos, estuvo a un minuto de lograr la gloria eterna, Godin más que un apóstol era el avatar de Simeone y su idea en el campo cada vez que alguno del atlético dudaba solo le bastaba ver al uruguayo para recordar que era lo que necesitaba el equipo. En Uruguay nunca dejo ser ese central si el maestro Tabarez tenia alguna certeza esa era Godin.

    @AArroyer
    El chopo tiene que tener muy claro a que quiere que juegue su equipo en la próxima temporada, si evolucionar hacia el dominio con el balón o abrazar sin ninguna duda la idea que lo llevo a convertirse en uno de los grandes y a partir de ahí reconstruir su defensa casi desde cero y su sistema de ataque habiendo perdido a su otro crack, tendrá que hilar muy fino.

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  • Fernandojb 21 mayo, 2019

    @arroyer
    Yo no tengo tan claro que Godin es obra del cholo, creo que casi que le solvento muchos temas a la defensa, su concepto del cholo.
    Movimiento de balon , yo creo que teniia capacidad para jugar mas el balon , salida. Lo hizo pujol o centrales con Pep, logicamente no lo desarrollo.
    Alejado del area, si era mas limitado, pero a gran nivel , entre equipos igualados todos sufren y bajan la defensa , españa mundial, champion.es irreal querer jugar con defensas tan adelantadas.
    Muy bueno en el area, pero siempre en contexto liga, que no hay garnnivel de rematadores.
    Por lo tanto si lo considero un gran central con el cholo y sin el.y no tengo tan claro que jugando en el barca o madrid por ejemplo no hubiera sacado mas cosas.

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  • Santiago Estrade 21 mayo, 2019

    @Aarroyer

    Estoy totalmente en la misma línea. Creo que ha sudo un bendito problema la espantada de la vieja guardia. Le quita presión interna en el vestuario. Y casi diría que lo de Grizzi también. No quiero sonar rencoroso. Lo sigo poniendo en el top5-10 sin despeinarse. Pero también es cierto que no era un jugador franquicia. No se implicaba mediáticamente para con el modelo del club. No tenía una influencia regular en el juego. No desbordaba cuando faltaban espacios o el libreto se quedaba en blanco. Ni tiraba de media distancia para crear amenaza. Las cosas que hacen a un crack determinante, más allá de los goles. Forzar al rival a jugar diferente o tirar de los tuyos. Inventarse de la nada la jugada clave que re-equilibra un partido que te estaban dominando (vale que te saca una asistencia de la chistera, pero necesita del juego previo con balón por detrás y del sin balón por delante, para que ello se traduzca; hablo de una jugada en desventaja por pura calidad y determinación individual). Nadie le va a plantar una doble marca al principito, ponerle un defensor asignado porque compense perder ese hombre en ataque por tal de minimizar el impacto del francés, o va a cambiar su defensa (repliegue VS presión) por tenerlo enfrente. Es decir, es víctima del contexto, no lo crea él. Es una estrella, pero no un líder.

    Partiendo de esa base, creo que está en casi la misma posición de poder que Zidane. Lo bueno de Zinedine es que se libró de que le achaquen a él la cuesta abajo, mientras que el Cholismo está en entredicho por un sector de prensa y afición. Aun así, da la sensación de que tendrá absoluta carta blanca para reconstruir el equipo como a él le parezca. E incluso tiene más fácil volver ahora al discurso de David contra Goliat, con la perspectiva de no contar con mucho renombre la temporada que viene y sin el efecto imán que ejercía el contrato tóxico de Griezmann sobre el resto de jóvenes promesas. Las comparaciones son odiosas y en este caso, haber puesto el techo salarial tan alto inevitablemente iba a seguir haciendo que los segundos espadas quisieran rellenar el hueco de los 10pico millones. A fin de cuentas, uno calcula la justicia de manera aritmética en su cabeza.

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  • Faetón 22 mayo, 2019

    @santiago estrade
    Yo opino más o menos parecido. Además, el hueco que deja Griezmann en el XI es el que tiene más posibilidades de poder ser cubierto desde el punto de vista de la confección actual plantilla a poco que alguien de entre los Lemar, Vitolo o Correa den un paso adelante. No hablo desde la perspectiva del nivel del jugador que se marcha, del juego que generaba o de su relación con el gol, claro. En lo que respecta a la confección de la plantilla, mucho más delicado resultará el tema del central zurdo y el lateral izquierdo, donde el equipo necesitará 3-4 fichajes.
    La última temporada de Godín, probablemente la más épica que yo recuerde, pero como apunta @Balotelli ya no le daba para jugar con la máxima concentración miércoles-domingo, así hasta cincuentaypico partidos. No sé si por la edad, o por el desgaste acumulado. Saldremos de dudas la temporada que viene, al igual que sucedió en su momento con Miranda.

    Añadiría que a día de hoy la baja más dolorosa (por inesperada, por la edad, por la buena pareja que hacía con Giménez, y por cómo lo ya apuntado sobre cómo queda totalmente desmantelado ese lado izquierdo de la defensa) es la de Lucas.

    Me apunto también a la comparación con Puyol: jugadores con una técnica inferior a los Pique, Bonucci, Ramos pero colosales en lo que respecta a su espíritu, concentración y garra.

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