Finalizado el campeonato español en el día de ayer, en Ecos del Balón hemos ido haciendo balance del mismo a través de diferentes repasos en los que, tanto en texto como comentarios, se ha compartido una sensación de transición. De un año para otro, la Liga no se ha reencontrado con el nivel que le ha correspondido de manera natural. Como rasgo distintivo, la Liga encontraba continuamente, en todos sus estratos, talento y método de primer nivel. No hacía falta relacionar capacidad económica e inversión en fichajes con las posibilidades tácticas y competitivas de sus equipo, siendo una muestra impecable de todo ello el extraordinario estatus de los equipos españoles en competiciones europeas, del todo preparados para, a través de los recursos, el sistema y la versatilidad, competir con todo tipo de trajes y puestas de largo.
El nivel de cada equipos es responsabilidad propia pero también dependiente de la competitividad de su alrededor
Empezando por ese final, las eliminatorias que han hecho tropezar a Sevilla, Betis, Valencia, Barcelona, Real Madrid o Atlético de Madrid sirve de punto de encuentro para ir explicando que desde el trío de aspirantes al título, el ritmo de puntuación del vagón posterior y las particularidades de la clase media-alta de esta temporada han condicionado la exigencia del día a día y las posteriores citas europeas, afectando en la autoconfianza y en la seguridad a la hora de responder a la adversidad y ejercer el dominio que se le presuponía al fútbol español fuera de sus fronteras. La Liga 2018-2019 careció de evolución en la amplia mayoría de equipos. Y sobre todo, de capas y formas.
Una de las principales características que definió la estabilidad de los equipos más aliviados -Alavés, Getafe, Leganés-fue el orden, y seguramente la ausencia de otros colores su alrededor redujo el techo competitivo de la Liga. A diferencia de otros años, el orden se quedó demasiado solo, siendo el motor del cambio en una clase media-alta que vio como las plantillas con más posibles, como Villarreal, Celta, Betis, Sevilla o Real Sociedad anduvieron buscando constantemente o la idea general para conectar las piezas o la evolución propia de quien encuentra caminos en su idea para crecer mediada la temporada. Las plantillas de más talento no supieron darle al orden de los equipos más optimizados el relevo para aumentar el nivel medio. Todo el grueso de la clasificación se quedó sin escalas en su juego.
En todos los estratos del campeonato la sensación fue de carencias y transición
Antes que eso, capítulo propio pero no aparte, los tres equipos aspirantes, cada uno con su análisis, ayudaron a completar la sensación ya consumada. Los tres partieron de algunas debilidades y carencias de la temporada anterior que no han logrado solucionar, agravándose en la creación de un sistema que nunca llegó en el caso del Real Madrid y Atlético de Madrid, mientras mantuvo una linea continuista en el caso del campeón que no pudo hacer evolucionar, en parte por las características, también virtudes, del proyecto, en parte también por el deterioro táctico y anímico de sus principales oponentes. Una Liga algo más plana y difusa que se va a permitir muchos cambios en los banquillos y nuevos senderos para evolucionar.
AArroyer 20 mayo, 2019
¿Qué creéis que le ha faltado a la Liga, en cuanto a nivel, con respecto a otras temporadas?¿Ha sido cuestión general o ha partido del nivel de los grandes hacia abajo o viceversa?