Es una realidad. El Valencia CF de Marcelino García Toral ha tomado tierra en la temporada 2018/19. Y lo ha hecho a tiempo, después de encadenar 17 encuentros -10 victorias, 7 empates- sin conocer la derrota: inmerso en la pelea por entrar en la Champions y con la final de la Copa en el horizonte. Anoche, ante lo suyos, lo hizo todo bien -salvo la acción a balón parado que acabó en el 2-1 de Benzema- para superar al Real Madrid en las dos áreas. En la suya propia, donde supo imponerse al envío lateral de los de Zinedine Zidane, y también en la contraria, en la que castigó -incluso con benevolencia- los múltiples problemas estructurales de los blancos.
Kroos fue lo más destacable del Real Madrid en la primera parte
El primer tiempo de Toni Kroos en Mestalla fue la mejor noticia que el Real Madrid pudo llevarse a la boca. Recuperando su zona en salida de balón, lateralizando su movimiento para recibir en la parcela del lateral izquierdo, donde Marcelo se situaba por delante con el fin de fijar la vigilancia del extremo rival -Soler, en este caso- y aclarar la recepción del futbolista alemán, el ‘8’ del Madrid puso su rubrica para construir en la fase organizativa y también en campo rival -a lo que el Valencia esperaba ordenado en bloque medio-, donde se ocupó de distribuir el primer pase como interior izquierdo.
La intención del Real Madrid fue girar de izquierda a derecha el 4-4-2 del Valencia. Con la pelota en poder de Kroos, la dirección de la circulación completaba entonces el mismo recorrido de un lado a otro -previo paso algunas veces por Benzema, que salía del área para recibir en los tres cuartos– hasta acabar en el sector de Odriozola y Lucas Vázquez. Sin embargo, esta misma disposición, que reunía a Marcelo y Asensio por la izquierda, y que llevaba a Modric a escalonar su posición como interior derecho hasta una parcela que el equipo dejó sin activar en numerosas ocasiones, le exigió al lateral y al extremo del sector opuesto al de Kroos una habilidad muy desarrollada en el uno para uno para después, muchas veces en verdadera desventaja ante Gayá-Guedes, encontrar posición de golpeo para cargar lateralmente el área de Neto en las mejores condiciones posibles. Un escenario lento, muy falto de desborde con los extremos a pie natural y hasta previsible, en consecuencia, que le permitió al Valencia defender muy cómodo.
Dani Parejo volvió a bordar su actuación desde el doble pivote
Espoleado por el 1-0, el Valencia consiguió que en el último cuarto de hora de la primera mitad se jugase al ritmo y a la altura que más le beneficiaban. Saliendo a partir de Parejo, que volvió a cuajar una actuación buenísima para conducir, dividir y activar al hombre libre en este escenario, y después -ya en la segunda parte- para lanzar a campo abierto, conectando con Rodrigo -que se alejaba siempre de Ramos- entre líneas y mandando el balón hacia fuera, en el lado izquierdo, para que Guedes encarase siempre a Odriozola, con el objetivo de que este defendiera siempre con su pie menos habilidoso cerca de la pelota, y aprovechando las rupturas verticales de Gameiro, que se mostró muy incisivo en sus desmarques sin balón, el cuadro de Marcelino tuvo un tramo de absoluto dominio en la recta final. Un escenario en el que el Valencia, repitiendo ciertos movimientos automatizados, se pareció mucho al del curso pasado.
Garay comandó la resistencia del Valencia dentro de su área
Defendiendo siempre de cara ante la falta de desborde del Real Madrid, que incapaz de mandar hacia fuera el balón con ventaja no consiguió establecer superioridad alguna cerca del pico del área, el 4-4-2 del Valencia, que en los segundos 45’ jugó mucho más hundido que en la primera mitad, se hizo fuerte en su protección sobre Neto y consiguió, además, desplegarse con cierta continuidad a través de Parejo -lanzador- y la velocidad de sus cuatro delanteros -los dos puntas y los dos extremos-. Un escenario de encuentro que Zidane trató de agitar desde el banquillo, metiendo a Isco en el interior izquierdo y a Bale en el extremo de ese mismo perfil, pero que por unas cosas y por otras, entre lo falto que se quedó el ataque del Real Madrid y lo bien que se defendió el Valencia, dejó la sensación de que, por muchos balones que tratasen de centrar en el área rival, no hay más cera que la que arde.
Xisco_Rincon 4 abril, 2019
Seamos sinceros, el Madrid, independientemente del entrenador, tiene dos problemas graves toda la temporada, y estos, solo se solucionan con cambios en la plantilla… no en el banquillo.
1. La falta de gol y desborde. Un equipo que no tiene desborde, es un equipo al que se le puede presionar y defender muy arriba sin miedo. Eso es un problema que el Madrid solo ha podido suavizara con Vinicius, que en los partidos se plantaba entre dos y tres veces solo ante el portero.
2. Otra vez, y van muchas este año, le marcaron gol en el primer balón que va entre los tres palos. El colmo fue el día del Barça con 3 goles y dos chuts entre los tres palos, pero es que son tantos ejemplos que obviamente. ayer fue más igualado, pero aun así, 11 tiros del Valencia, 4 a puerta, 2 goles. 15 tiros del Madrid, 5 a puerta, 1 gol (y…. gracias).
Estos dos problemas son una losa para el Madrid… Evidentemente, bajo mi punto de vista, si el Madrid recupera desborde y gol arriba, los equipos contrarios deberán cambiar su actitud en el campo, y probablemente le llegarán menos.