La primera de las dos citas de Copa que está midiendo a Barça y Real Madrid fue bastante singular. La ausencia de Messi y muchas de sus consecuencias afectaron al cuadro culé, que tuvo que reajustar constantemente una noche muy imprecisa en lo técnico de sus hombres más importantes. Prueba y muestra de ello es que la cita fue especialmente positiva para dos de sus piezas más secundarias: Malcom y Nelson Semedo. Ese costado, en ida y vuelta, en doble dirección, vio también a Vinicius progresar como el hombre más atrevido en el primer cuarto del encuentro, y a Sergio Ramos y Gerard Piqué como las respuestas al flujo ofensivo que se produjo de portería a portería. Así, el segundo ‘Clásico’ del curso se quedó sin claro dominador, con más fases de presión que de verdadero control.
Quién más tuvo que retocar fue Ernesto Valverde. El extremeño, con Messi en el banquillo, pretendió mantener la estructura de tres centrocampistas y tres delanteros, con una banda derecha ocupada por Malcom. A diferencia de otros momentos del pasado, el Barça de los cuatro centrocampistas parece haber dado paso a una estructura en la que el uno contra uno y la profundidad estén presentes, de manera autónoma, o colectiva, en la última línea. Sin Messi, el Barça modificó sus patrones de ataque y soltó por completo a Nelson Semedo. Sin la activación desde el pase a Jordi Alba, los blaugranas trataron de sorprender y verticalizar con brasileño y portugués.
La primera fase del partido vio al Barça más impreciso del curso
Hasta que ellos dos pudieron agitar y asustar de verdad, el Madrid sacó muchísimo provecho de su presión en el segundo tercio del campo. No fue agresivo sobre los centrales, sino en el segundo pase, donde Busquets y Rakitic pudieran ser encimados. El estado de forma de ambos no es el más fiable, y ahí, Modric, Lucas y Llorente, mordían. Esta dificultad en salida de balón, llevó a hombres más adelantados, caso de Suárez o Coutinho, a abandonar su zona de partida para ayudar a la circulación a elevarse 30 metros, con la consecuente falta de profundidad que todo ello derivó. La pérdida de mala calidad desnudó la transición defensiva local, que tuvo que correr para atrás en constante inferioridad táctica. Los primeros toques de Benzema, siempre preciso detectando la zona concreta desde la que construir el contragolpe y la salida, más las carreras de Vinicius, dejaron a Piqué y Lenglet al borde del precipicio.
En ese momento del partido, el Madrid golpeó primeramente en lo mental, pues el Barça no encontraba la manera de pasarse la pelota y transformar el inicio del juego en una fase estable de control en campo contrario y otra posterior de profundidad y finalización, comprobándose también que el conjunto blanco, bien por nuevas piezas, nuevas ideas y el mal momento de alguna puntual -Marcelo-, no interpretó ese escenario como una oportunidad para arrebatarle toda la iniciativa al Barça. Siempre que robó, el Madrid buscó finalizar, no templar, rara vez sumó cinco o seis pases para posicionarse arriba, una tendencia que parece norma en el libreto de Santiago Solari. El gol, que llegó muy pronto, obligó al Barcelona a tomar riesgos, más desde la presión que desde la circulación de balón.
Lo que pasó en la derecha, previsualizado en el párrafo introductorio, resumió el marcador. Todo lo que ocurrió fue una causa y consecuencia constante, donde el atacante encontraba aclarados, superioridades y oportunidades para driblar o acabar jugada. Por el lado blanco, Vinicius aprovechaba dos circunstancias: Semedo estaba subiendo muchísimo más que en circunstancias normales, y además, Rakitic, interior derecho, trataba de compensar la salida del área de Suárez. Sin Messi, la ocupación del campo y la asunción de roles de todos los jugadores ha de cambiar y seguramente fuera esta circunstancia la que terminó deteriorando cada acción técnica.
Sergio Ramos y Gerard Piqué sujetaron a ambos equipos
El interior derecho culé está profundizando mucho más su posición cuando la pelota llega arriba, lo que dejó a Busquets nadando en aguas donde nunca hizo pie. Por el otro lado, Vinicius siempre estuvo muy descolgado del repliegue, y la agresividad de Semedo y Malcom con o sin balón, ante un Marcelo bastante perdido en esa inferioridad, dejó al Real Madrid obligado a ajustar con su central izquierdo, un Sergio Ramos notable, quien junto a Raphael Varane solventó muchas de las acometidas que la banda derecha del Barça produjo a un altísimo ritmo.
Del otro lado, y hasta el final del choque, la figura de Gerard Piqué volvió a ofrecer una lección de temple y salvación en todo tipo de acciones. No se venció nunca, no dio pistas de más, ni hizo gala de anticipaciones temerarias. Estuvo, en todo momento, en el lugar exacto para desbaratar el último regate, el último pase y el último remate. Y lo hizo tambien cuando el partido cambió de protagonistas. Entraron Messi, Bale, Vidal o Asensio, pero sin demasiada trascendencia en el choque. Un mejorado Suárez en la segunda mitad, muy preocupado por sacara a su equipo a lo largo y ancho, no encontró producción suficiente para obrar la remontada.
Xisco_Rincon 7 febrero, 2019
Ojo que yo vi lo que me esperaba del Madrid, como dije en la previa, aun no está preparado para partidos de este nivel, claro que el Barça y la asusencia de Messi le han ayudado a seguir un partido más (veremos el fin de semana contra el Atlético, evidentemente no es el Barça, pero es mucho nivel también).
El Barça está con los problemas de cada año a estas alturas. Debido al gran esfuerzo ante el Sevilla, llego el empate ante el Valencia, y ayer el empate ante el Madrid. Lo peor es que Messi, Luís Suarez, Piqué… Han tenido que jugar todos los partidos… y ojo al Bilbao.
Ya en Noviembre cuando Suarez estaba muy bien dije, cuidado que todos estos esfuerzos luego se pagan en marzo… pues bien, Suarez estuvo realmente mal, y lo siento, no me parece casualidad. Lleva pasando los dos últimos años.
Ayer fue otro palizón del Barça, que debería ir con todo este fin de semana en Bilbao, ya que Madrid y Atlético se enfrentan y evidentemente estan en juego 6 puntos con uno de sus dos perseguidores…
En cualquier caso el Barça tiene ahora mismo mucha calidad, más que el Madrid a mi modo de ver ahora mismo, y puede que lo saque adelante, pero es que despues, y sin descanso, le llegará la Champions, y si hay tropiezo, la gente buscará explicaciones en el fútbol, cuando, como dijo Pujol el año pasado, este mes de copa del rey pasa una factura física tremenda…
Ojo, que todo esto a expensas de lo que ocurra este fin de semana… si el Barça gana, todo tranquilo… Un tropiezo… pude sembrar más dudas… demasiado pronto.