Valencia y Barcelona atraviesan un momento en el que sienten que están un poco más cerca de poder llevar la iniciativa en los encuentros desde su plan más primario de manera más competitiva que hace un par de semanas, una sensación que llega justo a tiempo para ver con otra perspectiva sus respectivas temporadas. Sumándose a la tónica general de la parte alta de la tabla, no se vislumbró brillantez en su desarrollo, pero sí mucha más estructura colectiva en ambos para poder dar pasos que les estaba costando dar. Como además pudieron medirse por contraste, posicionándose desde planteamientos muy dispares en torno a la pelota, Marcelino y Valverde pudieron sacarle aún más jugo a los 90 minutos que se vivieron ayer en Mestalla.
La noche arrancó con dos decisiones de peso en términos de alineación. Por parte local, García Toral reservó a Rodrigo Moreno, uno de esos futbolistas que más adecuación, idoneidad y potencial manejan para encarar un partido frente a un equipo como el Fútbol Club Barcelona. Enfrente, Valverde dio continuidad a lo visto en Wembley, ubicando a Arthur Melo en el interior izquierdo, un activo queel ‘Txingurri’ ha decidido dar salida y vuelo para reconfigurar dos mensajes, tanto el suyo propio, el del control de la situación y el partido, como el del significado de introducir un interior de posesión inédito hasta la visita al Tottenham.
Sin Guedes, el Valencia se quedó sin amenaza ni contragolpe
La primera decisión no pareció afectar mientras estuvo en campo Gonçalo Guedes. Al gol de Garay se le unió el portugués; reconocible, vibrante en la arrancada y versátil en sus diagonales, incomodando a un Semedo que no tenía ayuda numérica en su costado y que además tenía en Gameiro y Batshuayi dos nueves sobre los centrales. Esa fue la primera lectura del partido. La lesión del portugués, por tanto, tuvo relevancia en la siguiente media hora. En ella, el Barça se plantó en campo contrario y dibujó una estructura mucho más clásica. En ella, se vio un equipo de Ernesto Valverde. Seguro en lo posicional, de ritmo medio, adueñándose de la escena y adormeciendo al oponente sin pagar peaje a pesar de no ser demasiado profundo.
En ello, Arthur tuvo de nuevo que ver mucho en dicha sensación. El brasileño, junto a Alba y Coutinho, reprodujo una base táctica mucho más ortodoxa a la hora de circular la pelota, ocupar el campo y mantener la posesión con continuidad, alejando al Valencia en metros y frecuencia de Marc André ter Stegen. La pérdida de balón sucedía mucho más arriba y las posiciones de Busquets, Rakitic y Melo funcionaba como cinturón de seguridad.
Arthur le dio de nuevo estructura al 4-3-3 de Valverde
Las cualidades de este último, a nivel de discurso, ejercen de repetición para que las piezas fijen primero, gasten al rival y permitan después cambiar de ritmo una vez se controla el bloque oponente. Ofreciendo una línea de pase horizontal para garantizar todo ello, el Barça recalcó la estructura y sólo el nivel técnico de Suárez en los últimos metros restó mayor amenaza. Para el momento que atraviesa el Barça, con sus otras contrapartidas que tendrá más adelante y en cuanto a roles de plantilla a utilizar, Arthur ha llegado para representar una idea que Valverde va a estimar. Y que ya está estimando.
En clave valencianista, la salida ya comentada de Guedes dejó sin baluarte individual y sin conexión precisa su paso de un campo a otro. Con el pasar de los minutos, y con Messi acercándose mucho al sector izquierdo para subrayar por completo el pase corto y la superioridad en ese sector, el partido se quedó dormido, porque las potenciales consecuencias -ocasión culé o contragolpe che- sí que encontraban muchas dificultades para darse. La importancia que adquirió el partido supuso para ambos olvidar lo de Leganés y Girona o la solitaria victoria conseguida en Liga hasta la fecha. Sobre todo porque ambos equipos han conseguido darse de cuenta de que pueden olvidar su inseguridad en base a una idea concreta que les es propia. Y eso vale más que perder dos puntos.
McKinley 8 octubre, 2018
Apuntes:
El Barcelona, para jugar a ser el Barcelona, necesita a Arthur.
Creciente Semedo.
El equipo está mal físicamente. Me parece que han cambiado el programa físico para llegar mejor a Marzo.
Pique y Busquets, estando mal, siguen siendo mejores que lo que hay en el banquillo. Suárez, en cambio, ya no juega por méritos futbolísticos.