El Atlético de Madrid celebró algo más que tres puntos en el Wanda Metropolitano. Tras un inicio de Liga algo dubitativo, el encuentro de ayer ante el Betis fue el mejor reflejo de cómo ha venido creciendo el equipo de Diego Pablo Simeone. El partido, en líneas generales, presentó dos mitades muy diferenciadas. Y en esas, los segundos cuarenta y cinco minutos sirvieron para darle cuerpo a una de las grandes noticias de la tarde para los rojiblancos: mordiendo de manera más incisiva que en la primera mitad, sabiendo cuándo acudir a la presión y dónde esperar al rival, el segundo tiempo del Atlético transmitió la entereza, la determinación y el desasosiego al que ya ha acostumbrado a su parroquia en este tipo de tardes. El Atlético de Madrid, por decirlo de algún modo, se reencontró con su versión más entera y segura en una tarde de alfiles, reinas y peones.
El Betis se mostró demasiado espeso en la primera mitad
El encuentro, como decíamos anteriormente, presentó un guion muy distinto para cada parte. Si en la primera mitad el paisaje fue bastante monótono, entre el bajo ritmo en la circulación de unos y la paciente presión de los otros, el decorado del encuentro cambió tras el descanso. Con Canales y Guardado por delante de la defensa, a la altura que Francis y Junior, y por detrás de Joaquín y Lo Celso, el Betis dibujó un 3-4-2-1 con el que quiso adueñarse del balón desde el arranque. Un sistema que mantuvo intacto tras la temprana salida del mexicano y el cambio por Carvalho; pero al cual, como viene siendo norma en este principio de curso, le volvió a faltar bastante ritmo para superar la presión tan particular del Atlético. Y es que, entre pase y pase, la consigna de Quique Setién parece irrenunciable: no hay tres sin dos, ni ocho sin siete; y con ese cartesianismo, que no deja lugar al envío sin antes haber asegurado tiempo y espacio, es con el que quiso jugar el Atlético de Madrid a la hora de proteger el territorio y no tanto de correr detrás de la pelota.
En esa tesitura, con el Betis queriendo salir desde atrás, cargando la zona diestra de su sistema (Mandi, Francis, Canales y Lo Celso) y escapando así de los colmillos de Kalinic y Griezmann sobre Bartra y Sidnei, el encuentro bajó sus constantes muy por debajo de lo que acontecería después en la segunda mitad. Pues en esas, al Betis, dueño y señor de la posesión, le costó una barbaridad efectuar la única acción que le permitía avanzar hacia delante -sin perder el control- en el césped del Metropolitano: saliendo desde la derecha, aglutinando el juego por dicho sector, para volcar rápidamente el esférico sobre el perfil contrario donde Junior y Joaquín, en las pocas acciones que pudieron dejar de este tipo, supieron hacerse su hueco a la espalda de Koke -que basculaba también hacia dentro en la presión- y por delante de Juanfran. Pero la entrada de Carvalho, lejos de agilizar este proceso, redundó en un ritmo que el Atlético, en cuanto memorizó la secuencia de salida de su rival, apretó por hacer suyo, como ocurrió al final de la primera mitad y durante la segunda.
La entrada de Thomas volvió a situar a Saúl en la banda
El segundo tiempo fue claramente rojiblanco. Kalinic dejó destellos del delantero que puede ser con algo más de continuidad, el bloque, como colectivo, pasó a apretar con más vehemencia de lo había hecho hasta el momento y Correa, que entró en lugar de Lemar, volvió a dejar claro que su lugar pasa por el pico derecho del área contraria. Unos segundos cuarenta y cinco minutos en los que el Atlético empujó, antes y después de ponerse por delante; y esa, por sí sola, ya es una diferencia palpable con lo que ocurrió ante Rayo o Getafe. Y en los que Diego Pablo Simeone aprovechó para seguir probando cosas: ya que el Atlético, a diferencia de cómo había empezado, juntó a Koke y Rodri en el medio, como doble pivote, con Saúl -izquierda- y Correa -derecha- por fuera, y con Thomas, por aquello de seguir presionando, por detrás de Griezmann; para después, ya en la recta final, retomar el 4-4-2 con el argentino y el francés arriba, y Koke y Saúl desde las bandas. Una segunda parte que, en resumidas cuentas, sirvió para que el Atlético de Madrid volviese a exhibir músculos cuando se cansó al otro lado del tablero.
AdrianBlanco_ 8 octubre, 2018
La lectura de Simeone en este encuentro me ha parecido una de las noticias más positivas de la jornada. Supo aguantar bien al Betis en la primera parte, eligiendo bien dónde y cuándo presionar, y la segunda, entre los cambios y con una actitud agresiva, fue suya. Importante para el Atleti; más que por puntos, por sensaciones.