Brasil superó con nota su último amistoso previo a la Copa del Mundo. Lo hizo en Viena, ante la Austria de Franco Foda, en un encuentro en el que Tite aprovechó para probar una de sus fórmulas más ambiciosas. Sin Renato Augusto (tocado) ni Fernandinho (suplente), Coutinho asumió el interior izquierdo; con Willian, como extremo por derecha, acompañando en ataque a Gabiel Jesus y Neymar. Y la prueba, a tenor del dominio y la fluidez que consiguió instaurar Brasil a partir de su 4-3-3, se puede constatar que fue todo un éxito. Uno más para un Tite que, tras 21 partidos (17 victorias), ha empatado tres veces, ha perdido una y ha encajado cinco tantos.
Coutinho, arrancando desde el interior izquierdo, bordó su partido
Philippe Coutinho asumió el mando desde el lado izquierdo. El crack del FC Barcelona se mostró altamente participativo durante los 76 minutos que estuvo sobre el césped; hasta el punto que cooperó con el juego de su selección en tres alturas la mar de distintas. Más abajo, en paralelo muchas veces a Casemiro, desde donde comandó varias veces el primer pase brasileño; unos metros más arriba, donde conectó con Marcelo –muy abierto a banda- y Neymar –que se movió para aclarar la zona al lateral del Real Madrid-; y en zona de tres-cuartos, desde la cual llegó a finalizar alguna que otra ocasión, como la del cero a tres definitivo. Una actuación muy completa pero que, más allá de cualquier individualidad, transmitió ciertas pistas de lo que esconde Tite al sobrecargar de tanta creatividad su perfil izquierdo del campo, si es que Renato Augusto no llegase al debut en plenas condiciones: explotar la verticalidad de Paulinho, Willian y Danilo; que, sin sumar en el circuito asociativo, se hartaron de amenazar el perfil desatendido por la defensa austriaca.
Casemiro se mostró muy acertado en cada envío horizontal
Otro de los grandes nombres (brasileños) que dejó el partido fue el de Carlos Enrique Casemiro. Si Coutinho, como decíamos, sumó muchas –y muy buenas- cosas para Brasil, no menos positiva resultó la actuación del número ‘5’. Partiendo por delante de los dos centrales (Miranda y Thiago Silva), el de Sao Paulo fue, a su manera, el encargado de mantener conectado en todo momento el juego posicional de los suyos. Para recuperar, en lo que se mostró especialmente ávido para cortar cualquier ademán ofensivo de los Arnautovic, Schopf o Schlager, así como para iniciar el juego con desplazamientos horizontales a Marcelo y Neymar. Porque, ante escenarios como el de Austria –que no presionó en absoluto-, a Casemiro no le hace falta ser el más creativo para probar, mas con tanto tiempo y espacio, que su precisión también produce ventajas.
¿Es sostenible el triángulo entre Marcelo, Coutinho y Neymar?
No obstante, la mejor noticia para Brasil fue la frescura que exhibió Neymar, tres meses y medio después de su último partido como titular. El del PSG, que ya entró y revolucionó la segunda mitad ante Croacia, volvió a monopolizar, de mediocampo hacia arriba, la capacidad ofensiva de esta selección brasileña. Lo hizo partiendo por izquierda, como de costumbre, y dejándose escurrir por delante, por la espalda y a los lados –sobre todo el derecho- del doble pivote entre Grillitsch y Baumgartlinger. El triángulo entre Neymar –que bajó a recibir de cara (de espaldas a la portería)-, Marcelo y Coutinho es, por su capacidad creativa, asociativa y, sobre todo ofensiva, uno de los argumentos más potentes de una de las claras candidatas al trono mundial. Ahora bien, está por comprobar si esta fórmula, con todos los peligros que esta podría encerrar tras pérdida, es realmente sostenible cuando, en lugar de Austria, Brasil deba hacer frente a combinados mucho más agresivos y veloces al espacio. Quizá por ello, ante el riesgo de ver su sueño hecho añicos por un pase, un gesto o un regate de más, Tite prefiera ser fiel consigo mismo. Y Renato –y no Coutinho- equilibre el lado izquierdo.
AdrianBlanco_ 11 junio, 2018
Ayer ante Austria, sí. Fluyó y dejó muy buenas sensaciones. Pero me gustaría ver ante un rival más potente, o en el contexto de la Copa del Mundo, si la fórmula Marcelo, Coutinho & Neymar es realmente sostenible para Brasil. No atacando, porque todos sabemos que, si están inspirados, es un triángulo demoledor para cualquier equipo, sino tras pérdida, cuando haya que correr hacia atrás. Igual ahí sí, como Tite, yo también esperaré a Renato.
Ahora bien, sea como fuere, Brasil llega muy bien a la cita. Y, sobre todo, que esto ya es un argumento por sí solo, con un Neymar súper inspirado. Bastante fino. Y Ney así, asusta. :p