Tres horas delante de un folio en blanco son suficientes, así que probemos a comenzar por el final: gracias a todos por haberme permitido vivir esta maravillosa experiencia vital que ha sido Ecos del Balón.
Ecos llegó a mi vida sin esperarlo y, sobre todo, sin hacer mucho ruido, pero no tardó mucho tiempo en apoderarse de mi día a día con una naturalidad irreal. Hasta el punto de que para mí los días sin Ecos no tienen forma ni rostro. Estaban ahí antes y estarán aquí a partir de ahora, pero en estos momentos son un perfecto desconocido.
Ocho años dan para mucho, pero en realidad no es una cuestión de tiempo. Desde el principio fue fácil entender que lo que estaban construyendo Abel y Fernando era más que un sitio para hablar de fútbol. La forma de encarar el deporte y la profesión eran desde luego diferentes a lo que me estaba acostumbrando en la universidad, pero todo eso no era más que la proyección de cómo Ecos estaba mirándole a la vida. Y no sólo eran ellos dos. Ya en 2009 existía en Ecos una Comunidad que enganchaba por su magnetismo. Los nicks se me agolpan en la mente y no quiero citarlos porque me dejaría la mitad, pero aquellos debates que empezaban en Tokio y terminaban en París exhibían ya un encanto especial y, sobre todo, una grata realidad: nunca nos ibais a dejar solos.
Esto quedó todavía más confirmado nuestro primer lunes a las 23:00 de la noche. Era nuestra primera emisión en directo, íbamos a hablar de La Liga con un equipo nuevo, habíamos abierto un chat para la ocasión… Y estábamos asustados. Algunos más que otros. Pero, sea como fuere, nadie sabía cómo iba a salir. Y como siempre que hemos hecho o intentado hacer algo, terminamos desbordados. Aquella noche que terminó bajo los acordes de “Aloha Blue” es absolutamente inolvidable. Y lo será siempre. Por las formas y por el fondo. Os tendimos la mano y nos cogisteis todo el brazo. Y desde entonces fue imposible no pensar en todo lo que estaba por llegar junto a vosotros. Y así avanzamos hasta hoy. Por medio aprendí todo lo que sé y me convertí en todo lo que soy. Ecos me dio una casa, una familia y un segundo apellido. Miguel Quintana “de Ecos” fue un sobrenombre del que me siento -y me sentiré- tremendamente orgulloso toda mi vida.
Por eso de este viaje de ocho años me quedo con todo.
Los primeros e interminables podcasts con Tiziano Maggioni. El Mundial 2010 por una red llamada Twitter. El fútbol de La Liga. Charlar de fútbol cada día con vosotros. Conocer a gente maravillosa. Hablar cada lunes a las 23:00 con Marc Roca, Nerea Zusberro, Carlos Rosende, Valentino Tola, Miguel Canales y David Fernández. Los primeros acordes de Darts of Pleasure. El chat de 38ecos que nunca pudimos recuperar. Conmoverse con Raitala. Las noches de Chempions. Descubrir qué significaba el 24/7/365. Hablar con vosotros cada verano en nuestro pequeño planeta. El artículo de Simeone. La música de The Marriage. Y ese “Happy for a while”. #realunited. Perder es lo normal. Editar los textos de Vilariño y Chema. Aquella previa de la Champions 2014. Y ese primer vídeo. El Mundial de Brasil. Radio 38Ecos. Hacer radio con Albert Morén y De la Peña. Colaborar con Lolo Ortega, Roque Arambarri, Unai Macías y Adrián Blanco. Producir Código Cambridge. Ordenar la mente de David Mata. O al menos intentarlo. Casa Ecos. Los partidos juntos de la Eurocopa 2016. El canal de YouTube. Directo Ecos. El día a día en equipo. Los proyectos a largo plazo. Concebir Cáprica. La entrevista con Xabi Alonso. El libro de Héroes. Vosotros.
Pero, por supuesto, permitidme que cierre tratando de concentrar en un par de líneas lo que no se puede relatar de ninguna manera justa ni precisa. Abel, Fernando, David León, Arroyo y Tama, simplemente gracias por todo este tiempo juntos. Sabéis que últimamente todos dicen que lo más importante en la vida es aprender a decir adiós. Pero, sinceramente, no estoy de acuerdo. Gracias a vosotros descubrí que lo más importante es aprender a decir hola.
Hoy se cierra una etapa que nunca pensé que iba a cerrar. Y, por lo tanto, no tengo un final pensado. Así que vamos a probar a cerrar con el principio: gracias a todos por haberme permitido vivir esta maravillosa experiencia vital que ha sido Ecos del Balón.
AntonioSH 8 marzo, 2018
Ha sido un placer leerte y escucharte. Habrá que seguirte la pista. Un abrazo y suerte en lo que tengas entre manos.