En la visita del Girona de Pablo Machín al Santiago Bernabéu, el Real Madrid, como viene siendo habitual desde finales de enero, concretamente frente al Deportivo de la Coruña, nadó en la abundancia goleadora y ofensiva, fruto de su conexión con el juego y con tiempos de competición que han facilitado retos de los que ha nacido un equipo nuevo, en el que fluye la creación de ocasiones y un ritmo de juego penetrante y rapídisimo. En dicha evolución, el cambio de dibujo táctico ayudó a recuperar lo que ahora mismo es el signo que convierte a los blancos en un potencial campeón de Europa; la movilidad de todos sus jugadores. (Casi) todos pueden y deben abandonar su posición de partida.
En el traspaso de poderes que ha dado la mediapunta a Benzema y Cristiano y las bandas a hombres de ataque en lugar de a los laterales, el Real Madrid ha encontrado el modo de atacar agrupado y por todos lados. La ocupación del campo ha partido de un dibujo u otro, con su relevancia, pero ha sido la formación del sistema -las sinergias y actitudes- creada por las iniciativas y dinamismo de los jugadores lo que ha terminado por compensar la ausencia de dos de los cuatro centrocampistas que formaba el 4-3-1-2. En el sistema de Cristiano y Karim en punta y Lucas y Asensio en los costados, quedarse quieto es una opción completamente contraproducente.
Cristiano y Benzema disfrutan de la doble punta
El secreto, tan viejo como sensible a poder desvanecerse, es que todos compartan la idea de partir, llegar y habilitar en los mismos tiempos, ocupando el terreno y las zonas fijas o vacías con un tiempo de estancia correcto y una decisión con balón propia del espacio ocupado. Por eso, que las bandas se muevan, junto a los puntas, es lo que ha permitido al conjunto blanco atacar con la misma sensación de fluidez y velocidad. Seguramente el dibujo de los tres centrocampistas le ofrezca un punto más de control, pero el trabajo y la sensibilidad de los cuatros hombres más adelantados para darle vuelo al balón y opciones a los medios, está facilitando al Madrid potenciales goleadas en muchos encuentros.
Ante el Girona, Lucas Vázquez y Marco Asensio demostraron que juegan de forma natural en la idea expuesta. Sumando al crack portugués y al ‘9’ galo, el entendimiento entre los cuatro para ubicarse en una zona que todos podrían ocupar en cualquier momento pero que no pueden hacerlo a la vez, conforma un ataque cuya defensa deja siempre situaciones de uno para uno al último en recibir el balón. Si Asensio toca por dentro, Cristiano suele abrir en el pico del área, mientras Benzema fija.
Las bandas no son fijas, se mueven y producen juego
Si Lucas tira un -ya clásico- movimiento de enlace, en horizontal, desde la banda hacia la espalda de los pivotes rivales, Asensio abre y estira y Cristiano ofrece un toque posterior en el siguiente escalón. En situaciones de salida de balón y presión rival media o alta, siempre aparece Benzema para avisar al mediocentro y cruzar la divisoria. Para un equipo como el Madrid, que ha construido su esencia competitiva con un marcado ritmo alto de juego basado en la asociación y la creatividad, formar un 4-4-2 con bandas fijas y centros al área atiende a momentos muy diferentes del que atraviesa actualmente. Si Lucas y Asensio pasan más que centran es porque el Madrid va a jugar bien al fútbol.
Foto: JAVIER SORIANO/AFP/Getty Images
Lucas 19 marzo, 2018
Buen partido ayer del Madrid . Con Varane dando un paso al frente en la salida del balón y con master class de Kroos como medio centro . Yo solo vi a tres jugadores muy por debajo del nivel y de la idea . Keylor , hundido en la portería , Nacho , flojisimo y sufriendo muchisimo con Portu y Kovacic al que su anarquía táctica hace estar en muchos lados ,pero al que yo nunca le veo estar donde creo debe estar .
Y no entendí porque en los balones parados se emparejaba siempre Carvajal con Stuani … en cada balón parada se dio y se veía que era por una orden táctica, que yo al menos no entendí .