El Fútbol Club Barcelona viene mostrando una estructura táctica y posicional basada en un equilibrio entre presión, control y desequilibrio que le ha convertido en un equipo con soluciones naturales en cada partido. No obstante, y a pesar de su momento de inspiración, su ataque tiene una importancia individual que eleva su techo de manera inmediata. Ante un notable Alavés, el Barça pasó ciertos apuros para cambiar de marcha y, por consiguiente, defender mejor. Y ello se pudo comprobar cuando sus laterales titulares hicieron acto de presencia.
Antes de que eso sucediera, el Barça tuvo que lidiar con dos situaciones muy relacionadas. La primera es que la ausencia de Busquets modifica muchas cosas. El Barça sale más lento, enlaza líneas muchas menos veces y defiende peor después de construir ataques más planos. Si además, Alba y Roberto tampoco forman parte del equipo, Messi pasa a multiplicar tareas pero sin tantos socios, ni en corto ni en largo. La salida con Rakitic fue mucho menos fluida y eso pasó a ser una clave de la primera parte cuando, como añadido, el Alavés fue el mejor Alavés posible.
La ausencia de Alba, Roberto y Busquets tuvieron impacto
Abelardo está dando con la tecla en diversos aspectos y desde el orden defensivo, con líneas juntas y muy acompasadas. Sin meter el pie en tres cuartos y aprovechando la falta de apoyos en línea de medios del equipo culé, con Rakitic y Paulinho muy estáticos, los albiazules salieron a la contra. Guidetti y Sobrino fueron la positiva consecuencia ofensiva de un ataque blaugrana sin velocidad extra. Valverde, sin tres de sus piezas claves, tuvo que subir escalón por escalón. Eso cansó su fútbol, haciendo previsible su elaboración.
Lo vio tan claro el ‘Txingurri’ que sólo esperó cinco minutos de la segunda mitad para realizar un doble cambio, en el que Alba y Roberto iban a transformar la noche en el Camp Nou. Ambos, con un impacto inmediato, produjeron un efecto multiplicador, desde lo simple hasta lo más complejo. Desde la intimidación de Alba, cuyo timing al espacio obliga a defender mucho más atrás, hasta los matices de Roberto para atraer marcas y estirarlas si el Barça genera fútbol desde dentro, anularon al Alavés, que redujo sus salidas hacia Ter Stegen de forma meridiana.
El Alavés confirmó buena parte de sus mejoradas sensaciones
El líder hizo ‘clic’ y resolvió, de nuevo en la segunda mitad, una situación de la que pueden extraerse lecturas valiosas, entre ellas que sus laterales titulares representan y atesoran determinadas virtudes que forman parte y hacen mucho más reconocible y competitiva la ortodoxia culé. Sólo así pudieron desmontar la sólida imagen de un Alavés que ya compite con plena salud.
Foto: David Ramos/Getty Images
roumagg 29 enero, 2018
La cantidad de ventajas que desaprovechó Ibai a lo largo de todo el partido… Difícil de soportar para un Alavés en todo un Camp Nou.