El Atlético de Madrid sufrió de lo lindo en Balaídos para obtener tres puntos con aroma de milagro y sabor a esperanza. Milagro porque el RC Celta jugó bastante mejor y llevó sobre Jan Oblak peligro suficiente como para marcar gol; esperanza porque en los últimos minutos se alcanzó cierta solidez que, unido al resultado, que al final es lo que cala, pudo servir como punto de inflexión. Lo que sí está claro es que casi todo lo positivo que le está ocurriendo al equipo de Simeone en el inicio de este curso llega cuando, lo haga bien o mal, defiende.
Wass con su presión hizo que el Celta sufriera menos de lo debido.
El Celta logró la iniciativa del juego en base a dos claves que protagonizó Daniel Wass. La primera, sin balón, derivó de su trabajo sobre la salida desde atrás del Atlético de Madrid, que ya de por sí adolece de opacidad y que sin Filipe Luis desahogando desde la izquierda y sin Koke haciendo lo propio entre líneas, tiende a lo deficiente. Wass, por delante de Lobotka y Pablo Hernández, cortocircuitó lo suficiente como para que no se notase que justo Lobotka y Pablo Hernández eran los que estaban atrás -ambos con problemas para cerrar la medular por diversos motivos-. Si bien el gran aporte del mediapunta danés sobrevino en la parcela atacante.
El RC Celta atacó a Juanfran Torres de manera deliberada.
Unzué tenía bien detectada la gran debilidad del sistema defensivo colchonero, que no era otra que Juanfran Torres, y volcó la mayoría de sus acercamientos hacia el extremo izquierdo Pione Sisto, que encaraba y trataba de desequilibrar para hacer vascular al resto de la defensa hacia él y crear espacio en el perfil contrario para Aspas y Maxi Gómez. Entre medias, fue el propio Daniel Wass quien surgió entre líneas y quien, con pequeñas diagonales hacia el lado más vacío, sembró la incertidumbre que se convirtió en trabajo para (el portentoso) Oblak.
Con la salida de Emre Mor, que actuó como extremo izquierdo, el Celta se orientó sin descaso y de manera definitiva hacia Juanfran Torres buscándole sistemáticamente, acción tras acción, y si Simeone puede extraer alguna lectura positiva más allá de la victoria esto se basa en que el Atlético fue capaz de parar la sangría. Con Giménez rellenando espacios de pivote y liberando a Thomas Partey para que hiciera una cobertura continua a Juanfran contra el ultra habilidoso atacante turco, se obtuvo cierta estabilidad que justificó la resistencia en los últimos minutos. Y esa moraleja de «podemos ganar defendiendo» para Cholo es vida. Quizá, la única vida posible.
Foto: MIGUEL RIOPA/Getty Images
soprano_23 23 octubre, 2017
Vitolo&Costa+Vrsalijko+Augusto, y a partir de ahí a crecer como debe hacerlo este equipo y esta plantilla: en virtud del plan colista. Necesita, eso sí, llegar vivo a Enero/Febrero, que no es poca cosa. De hecho, viendo el grupo de Champions League, se torna complicadísimo. Bonitos meses de Atlético de Madrid nos quedan por delante.