A muy corto plazo, uno de los sentidos más prácticos de la llegada de Dani Ceballos al Santiago Bernabéu era el de ganar una pieza que el Real Madrid había perdido con el ascenso de rango de Isco Alarcón. Para Carlo Ancelotti o Zinedine Zidane, tener al malagueño en el banco venía a suponer una ventaja futbolística y competitiva que ningún otro equipo en el planeta podía igualar. No era ya el simple hecho de dar entrada a uno de los mejores centrocampistas del mundo cuando en el partido ya comenzaba a pesar el desgaste, sino que, sobre todo, era introducir a un futbolista que tardaba en hacerse con el partido lo que tardaban en pasarle el primer balón.
El Real Madrid ha perdido los comodines de James y Morata desde el banco, pero también al propio Isco Alarcón.
En su día contaba Javier Aguirre como uno de sus maestros le había explicado que no siempre había que alinear a los once mejores, pues gran parte de los partidos se pueden ganar -o perder- a partir de la dirección de campo. Sea como fuere, no hay más ventaja posible para un entrenador que contar con un futbolista como Isco todos los minutos que su físico soporte. Zinedine Zidane lo entendió así, cambió directamente su sistema para adaptarse a su talento y el malagueño respondió de la mejor de las maneras posibles. El caso es que, de esta manera, el conjunto merengue ha perdido irremediablemente dos ventajas que tenía durante este tiempo. La primera es el ya comentado cambio de Isco. La segunda, que en el fondo es la misma pero en la forma no lo es, es contar con el propio Isco en los últimos minutos de los partidos -donde tenía un impacto incluso superior-, pues normalmente es cambiado por pura fatiga.
Isco nunca ha sido un jugador con mucho motor. En el Málaga, de hecho, solía ser un cambio habitual para Pellegrini. Pero es que además el 4-3-1-2 es muy exigente para él por la libertad absoluta que le ofrece. Él siempre quiere estar cerca del juego, este sistema se lo permite en todas circunstancias y, como consecuencia, abarca una cantidad de espacio que le lleva a ser uno de los primeros cambios. Y para el Real Madrid esto es un problema. Se comprobó ante Valencia o Betis. Desde su salida, el Real Madrid comenzó a atacar peor. Perdió sistema, perdió dominio e incluso perdió puntos.
Dani Ceballos es el más preparado para relevarle.
Hay un dato que dice mucho de cómo la presencia de Isco cambia al Real Madrid: la temporada pasada el conjunto blanco promedió 55 pases más en el centro del campo (275->330) cuando Isco estaba sobre el césped. Es decir, que ya no es cuestión de jugar mejor o peor, sino de que se juega diferente, que es lo que pasó ante el Valencia (cuando entró Kovacic) o ante el Betis (cuandó entró Asensio). Por esto la figura de Dani Ceballos, un futbolista que a menor escala tiene un impacto parecido sobre sus equipos, pueda tener una importancia estratégica en la temporada de Zidane.
Ésta es una cuestión que está por resolverse, pero mientras tanto el partido de ayer ante el Deportivo Alavés nos ofreció la posibilidad de observar cómo pueden encajar los dos andaluces sobre el campo. Para ello Zinedine Zidane cambió de sistema, volviendo a un 4-3-3 que se quedó algo limitado por la escasa aportación de Lucas Vázquez y Marco Asensio por banda. Sin embargo, en esta descripción cabe un matiz: Isco no ejerció de interior izquierdo como lo hacía años atrás. Sus movimientos se parecieron más a los que desarrolla como mediapunta. Bajaba a la base, rompía hacia adelante, jugaba entre líneas, caía también a la derecha… Se podría decir que el Madrid jugó en 4-3-3, sí, pero que Isco jugó en 4-3-1-2.
La diferencia, obviamente, es que ayer en Mendizorroza jugaba un centrocampista menos y un atacante más, lo que condicionó sobremanera al desempeño de su paisano. Dani Ceballos jugó, de hecho, a partir de Isco. Si el malagueño subía, él bajaba hasta formar doble pivote. Si por el contrario bajaba para recibir, Ceballos subía un escalón para jugar entre líneas. Se mostró aplicado y se mostró exuberante, porque en su caso el talento que tiene sí está acompañado de un motor de absoluta élite que, incluso, le permitió llegar al área rival para así de paso refrendar su notable debut con lo único que todavía no ha demostrado tener a día de hoy: goles.
Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images
roumagg 24 septiembre, 2017
Parece claro que en los partidos de Liga y Champions lo mejor que puede hacer Zidane con su centro del campo es juntar a al menos dos jugadores de entre Modric, Kroos, Isco y Ceballos. En los últimos minutos del partido contra el Betis dejó solo a uno sobrel campo, Kroos, y lo rodeó de desorden.
Importante que Ceballos marcara dos goles y saliera en los resúmenes. Guste o no, es la manera más fácil de que se valore su desempeño desde los grandes medios, y eso no sé si obligará a Zidane a tenerlo más en cuenta, pero desde luego mal no le va a sentar al jugador. A ver si se anima a darle más minutos también a Llorente, porque siempre que sale aporta mucho sin balón y favorece la continuidad de los ataques (con balón no está arriesgando demasiado aún).