El Ajax de Ámsterdam, la escuela original, la de la franja ancha y roja de hombro a hombro, está muy cerca de una final europea después de golear al Olympique de Lyon en un partido que sólo podía tener un resultado así. La primera semifinal de esta edición de la UEFA Europa League, entre holandeses y franceses, no tuvo el mínimo control ni el rigor táctico esperable en estas alturas de competición, en el que los dos equipos, principalmente el Olympique, dejaron lagunas competitivas incompatibles con tal exigencia. Las muestras podrían ser numerosas y variadas pero en un resumen gráfico bastaría con ver el segundo y el tercer gol. El Lyon, directamente, no compitió.
Los primeros 25′ fueron algo indefinidos pero con la sensación latente de que el Ajax siempre sería el que saldría desde atrás con insistencia y filosofía y que el Lyon buscaría una respuesta desde la presión, el repliegue o el robo adelantado por error holandés. Desde esa configuración más o menos preconcebida, el partido, en su primer tercio, careció de dominio claro. Sin embargo había pistas sobre lo que podía pasar. Ninguno dio sentido a su organización sin balón pero había una diferencia entre Ajax y Olympique: la activación de sus jugadores. La predisposición y la ilusión por corregir lo mal hecho. Al Ajax, al menos, se le ruborizaba el rostro.
El Ajax aprovechó las grandes concesiones defensivas del Lyon
Los holandeses comenzaron la cita presionándolo todo. Allí donde fuese el balón, allí que iba no sólo el más cercano, sino también jugadores más alejados. Eso provocó poco control posicional, muchos carriles y espacios y una puerta abierta al fallo que, bien es cierto, no tuvo apenas impacto en el marcador. Sorprendentemente no se producían ocasiones… hasta el punto de inflexión. Un gol a balón parado cambió por completo el choque. Desde ahí, el Lyon entró en un laberinto sin salida que evidenció sus problemas para meterse en el encuentro. Lo que en el inicio era un desgobierno poco comprometido, pasó a verse como un verdadero problema para los galos. Su línea defensiva, proyectadísima y mal colocada en casi cada jugada, en cada balance, cuajó una actuación completamente relacionada con el marcador. Una actuación propia de una goleada.
Los de Genesio no mejoraron demasiado en la segunda mitad, donde se subrayó todo lo visto en el segundo tramo de la primera parte. Poco a poco y con el marcador muy favorable, el Ajax perdió algo de posesión y aprovechó todo lo que los franceses iban dejando sin dueño. Sin Lacazette, y con más oscuros que claros en la medular, con Gonalons fijando muy poco y las bandas abandonadas en el retorno, el toma y daca fue aún mayor, hasta el punto de que los de Peter Bosz completaron 16 tiros a puerta. Lo de Nkolou y Diakhaby fue especialmente grave, pues nunca permitieron al Lyon intentar renacer sin que atrás se percibiera algo de tranquilidad. Aún así y con todo eso, la vuelta podría abrirse e igualarse sin excesiva dificultad. El Ajax goleó con contundencia, pero sus futbolistas, de media, no pasan de los 22 años y tácticamente el equipo está lejos de ser sólido. Con Lacazette de vuelta podría haber todavía mucho que contar.
Foto: EMMANUEL DUNAND/AFP/Getty Images
Iñigo 4 mayo, 2017
Que paliza.