José Mourinho aspira a finalizar su primer curso en Old Trafford con tres copas más en sus vitrinas, si bien no puede señalarse que haya completado un debut estelar, pues su trayectoria en la competición más importante, la Premier League, tuvo más sombras que luces, y no por mera casualidad, sino por déficits tanto en la plantilla como en el modelo de juego diseñado por el luso. En cualquier caso, en este texto no pondremos el énfasis en la nota de su temporada, sino en las bases ya puestas sobre las que se edificará el Manchester del futuro.
La gran noticia del año para los Red Devils ha sido la confirmación de Ander Herrera como centrocampista de élite. En un presente asolado por la escasez en dicha posición -FC Barcelona, Atlético de Madrid, Bayern Múnich, Manchester City necesitan al menos uno de calidad-, Mou ha convertido al ex del Athletic en el completísimo pilar para una medular que siempre prometió ser. Sin balón, maneja conceptos similares a los de Modric y eso son palabras mayores, mientras que con él, ha mostrado saber instalar la posesión arriba y con criterio a poco que recibía una ayuda de un compañero más retrasado. Dicho de otro modo, ha brillado mucho más al compartir alineación con Michael Carrick, en lo que ha sido la prueba decisiva de que el Manchester United necesita un pivote más joven y titular.
Pogba ha crecido, pero no hasta ser una estrella de la Premier.
Otro de los puntos importantes residía en la adaptación de Pogba al fútbol inglés. Durante su etapa en Turín, Paul había exhibido su calidad de una forma un tanto inconstante; se había mostrado capaz de realizar acciones físicas y técnicas de categoría suprema pero todavía no había aprendido a ponerlas al servicio del colectivo de tal modo que creasen sistema. Tras un año con Mourinho, no puede afirmarse que el francés ya sea el futbolista que debe ser y será, pero ha habido crecimiento hasta el punto de que el modelo de juego del mejor United no se entendería sin el concurso de este fenómeno.
Justamente la unión entre Pogba y Ander en la medular mancuniana ha permitido a Mourinho desarrollar un sistema defensivo que, a pesar de carecer de nivel TOP en los puestos de la zaga, ha rendido de forma más que aceptable en cuanto se ha asentado, preparando, en este aspecto sí, el terreno para un proyecto muy competitivo a poco que mejore la categoría de sus piezas.
A nivel ofensivo, poco trabajo se ha avanzado para el próximo año.
Donde no ha logrado transmitir en demasía ha sido en el otro lado del campo, en tareas ofensivas. Aunque ha contado con un Zlatan que, pese a no dominar como antaño, ha sumado números notables y también con la confirmación de Rashford como un futbolista con quien contar para el futuro, el Manchester United ha marcado 54 goles en 38 partidos de Premier, un dato muy pobre cuya gravedad queda patente al contrastar que ha sumado 23 goles menos que el clasificado en puestos europeos que menos ha anotado, que es el Arsenal con 77. Son datos demoledores y consecuentes, pues en ningún momento de la temporada los Red Devils consiguieron nutrir a Ibrahimovic –un rematador de instinto y precisión– en la medida de lo aceptable ni tampoco, y esto sí que resulta extraño, se han esgrimido automatismos en la contra que hayan generado ventajas para gente tan peligrosa con espacios como Mkhitaryan o el propio Rashford. Tan sólo las llegadas de Herrera y Pogba a la línea de fondo han supuesto un filón de ocasiones fiable para el equipo de Mourinho, y eso es arriesgado porque despuebla la medular. El Manchester United 2017/18, en ataque, va a partir casi desde cero.
Foto: PAUL ELLIS/AFP/Getty Images
Marcelino 24 mayo, 2017
Tengo que reconocer que me convence bastante el proyecto del Manchester United, entiendo que el presente no ha sido el mejor o más estimulante pero el camino por el que va el proyecto me gusta. Es cierto que tiene un déficit en las áreas importantes, al que hay que sumar la incertidumbre en torno a sus dos mayores garantias en ese sentido, David de Gea y Zlatan Ibrahimovic. No obstante, sí creo que es un equipo bastante serio, que ha adquirido una piel competitiva pero que está obligado a no fallar en este mercado para dar el salto que le catapulte a cotas mayores.
De cara al partido de esta noche, en cierta forma me recuerda a una reproducción del Mónaco-Juve a escala Europa League. Un equipo joven y electrico pero con un comportamiento algo negligente, frente a un equipo que no practica un fútbol estimulante pero que compite del 1' al 90'.