El Real Madrid ha conquistado La Liga en la que ha ido menos sobrado desde que fichó a Cristiano Ronaldo en el verano de 2009. Con la superestrella lusa en sus filas, los blancos desarrollaron un don para ganar partidos sin desgaste que resultó crucial para poder convivir contra el tiránico FC Barcelona de Leo Messi sin perder la cordura del todo ni la ilusión por el día a día, algo que parecía imprescindible para poder competir en campeonatos en los que la puntuación del líder siempre iba a superar los 90 puntos. Más allá de las sensaciones emitidas, el Barça ha hecho uso de su tremenda calidad para mantener el reto y exigir la suma de 91, y el equipo de Zinedine Zidane, sin disponer de ese colchón de encuentros ganados de antemano automáticamente por contar con uno de los mejores futbolistas de la historia o uno de los tridentes más potentes, ha conseguido lo que sólo una vez antes: cantar el alirón.
Los datos contrastan lo que el fútbol dio a entender: 19 de los 38 choques disputados por el Madrid se han resuelto con diferencias máximas de un gol; y hasta nueve de ellos no quedaron definidos hasta los últimos 10 minutos de cada envite. Los goles de Kroos contra el Celta (jornada 2), Morata contra el Athletic (jornada 9), Ramos en el Camp Nou (jornada 14), Mariano y Ramos contra el Deportivo (jornada 16), Morata en el antiguo Madrigal (jornada 24), los dos de Cristiano contra la UD Las Palmas (jornada 25), Ramos contra el Betis (jornada 27), Isco en El Molinón (jornada 32) y Marcelo contra el Valencia (jornada 35) ejemplifican la tensión soportada por el campeón desde el mes de agosto hasta mayo, llamando poderosamente la atención el dato de que su famosa BBC sólo marcó diferencias en uno de esos finales agónicos. Esta tensión, además, se vio multiplicada hasta el último tramo por la baja eficacia de Navas en el arco, que estuvo claramente por debajo de Oblak o ter Stegen en porcentaje de paradas por tiro entre palos. Así pues, puede esgrimirse, sin el menor lugar a la duda, que uno de los grandes méritos blancos que explican su triunfo radica en que ha deseado esta Liga mucho más que sus competidores. El Real Madrid ha ganado el campeonato por haber sido quien más lo ha querido.
El Real Madrid ha afrontado La Liga 2016/17 con una concentración regular que han sido decisivas.
No es nada habitual que el Santiago Bernabéu asista a tal derroche de concentración sostenida. No en vano, la estadística de que el Real Madrid no conquista un doblete de Liga y Champions desde 1958 es más que reveladora. Como extra, sorprende sobremanera que, a pesar de haber sufrido más presión que cualquier otro y haberla compaginado con una exigente ruta europea hacia la Final de Cardiff, incluyendo el esprint final de seis partidos en los que, tras el gol de Messi en el minuto 93 del Clásico, no podía permitirse más que un empate, los de Zidane han llegado a esta fase de la campaña bastante más frescos que cualquiera de sus contrincantes. Para razonar esto, lo primero que hay que ponderar es el plan de juego del entrenador galo, siempre basado en el control y que obtiene como resultado eliminar de la ecuación mental de su grupo la frustración de no ser dueño y señor de lo que ocurre.
Una de las particularidades de La Liga consiste en el amplio grupo de conjuntos que trata de defender con un sistema adelantado, sea mediante una presión a toda cancha o con una media presión. FC Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla FC, Real Sociedad, Athletic Club, SD Eibar, RC Celta, UD Las Palmas, Real Betis y CD Leganés, más de la mitad de los rivales del Real incluyendo a la aristocracia de los mismos de manera plena, han ofrecido sus mejores versiones cuando han podido defender arriba. Dicha circunstancia ha derivado en que los dos principales candidatos a ocupar su trono, el Barça y el Atleti, hayan padecido muchísima inestabilidad en muchos de esos encuentros en los que el oponente hizo presión. Los resolviesen o no a favor, el alto número de pérdidas concedido y, lo más importante, el hecho de que no eran capaces de llevar el juego hacia los cauces que más le interesaban suponía un extress y una fatiga cognitiva que les llevó incluso a cambiar de esquema en busca de una salida de balón más segura. El Real Madrid, en cambio, ha sido inmune ante este obstáculo. Tan sólo la SD Eibar en su visita al Santiago Bernabéu logró complicarle la vida de ese modo que a Luis Enrique o a Simeone les ha costado el campeonato.
Sergio Ramos, Toni Kroos, Carvajal y Marcelo han superado siempre uno de los grandes retos de La Liga.
Lo anterior se explica en base a una idea, un sistema y un estado de ánimo en general, pero ha habido cuatro nombres muy concretos que merecen un reconocimiento. Los primeros, Sergio Ramos y Toni Kroos. Ellos han sido, con diferencia, los hombres de la parte alta de la tabla que más inspirados y preclaros se han mostrado a la hora de gestionar los primeros pases de la circulación. Su dominio absoluto del carril central, alternando el cambio de orientación depurador y los pases interiores rompe-líneas, dotó de una consistencia a la posesión del Madrid que le garantizó la estabilidad en todos los encuentros. En parte, también debido a la ventaja estratégica que les proporcionó contar con Marcelo y Carvajal en ambos costados, que siempre fueron líneas de pase activas que, con la pelota en sus pies, podían capitanear el ataque en campo contrario. Gracias a estos cuatro, el número de frustraciones que amenazaban con minar su moral se redujo de modo sensible. Con ellos siempre dentro del juego, nunca en una situación de desborde en su contra, su único pecado estribó en la falta de fluidez para crear ocasiones claras ante los rivales que más le comprometieron. Huelga decir que su poder en el balón parado indirecto significó puntos por doquier sin los cuales hoy habría una copa menos en sus vitrinas.
Zidane ha gestionado su plantilla de tal modo que cualquiera de sus jugadores está listo para decidir.
Por último, como no podía ser de otra forma, se debe ponderar, o elogiar, la gestión de la plantilla orquestada por Zidane. El técnico francés, a partir de un mensaje comunicado de manera magistral, no sólo cumplió el objetivo de poder cubrir cualquier baja con credenciales suficientes, sino que creó un grupo activo de 18 futbolistas física, mental y futbolísticamente preparados para marcar la diferencia en cualquier momento. Y eso lo ha creado él, pues plantillas de profundidad similar, como han sido varias de las diseñadas por Real Madrid, FC Barcelona o Bayern Múnich en el último lustro, no disfrutaron de esta ventaja estratégica. Y es que el hecho determinante no deriva de ser el primer campeón de Liga que cuenta con hasta 20 jugadores que han acumulado más de 1000 minutos disputados; lo de verdad crucial reside en que, a excepción de Coentrao y el tercer portero Yáñez, todos han tenido al menos un momento en el que han resultado decisivos. Incluso piezas poco habituales o destacadas como Casilla (Alavés), Danilo (El Molinón), Kovacic (Real) o Mariano (Deportivo) detentan sus instantes de gloria en la consecución de este título.
Es tal el plus que ha sabido obtener Zidane de esta manera de entender la utilización de un plantel de jugadores que cabe la posibilidad de que se haya establecido un precedente que, desde la próxima temporada, vaya a intentar ser imitado por el resto de grandes de la Champions League. El técnico campeón ha demostrado que existe la posibilidad de inspirar a jugadores de perfil menor como, hasta ahora, se daba por hecho que sólo podía lograrse con la asignación del cartel de titular. Su extrema coherencia, concretizada en decisiones tan concluyentes como salir en Riazor con el teórico equipo B tres días después de perder el Clásico en el Santiago Bernabéu, fueron el cimiento para construir este, se insiste, precedente que puede cambiar los modos del fútbol en las campañas que están por venirse.
Foto: TOSHIFUMI KITAMURA/AFP/Getty Images
ramillete 22 mayo, 2017
Impresionante la temporada del Madrid, en la que en cada momento ha habido jugadores que han marcado la diferencia: Gareth Bale al inicio de temporada, Cristiano en la recta final, Isco, Asensio….
Pero me gustaría preguntar a la Comunidad de Ecos quién ha sido, en su opinión, el jugador que mayor nivel ha mantenido durante todo el curso. Yo me centraría en dos nombres: Toni Kroos y Sergio Ramos.
Gran artículo como siempre!