En el Sevilla ideal que Sampaoli dibuja en su mente cada mañana, tarde y noche, Vicente Iborra seguramente tiene una importancia bastante reducida. Pero el fútbol rara vez deja espacio a lo ideal. Lo normal es que surjan problemas, que ciertos futbolistas no rindan al nivel que se esperaba o que, simplemente, la evolución del propio equipo vaya variando la propuesta inicial. Por no hablar ya de los cambios y matices que van exigiendo las diferentes competiciones.
Y es ahí, en la práctica, donde aparecen jugadores como Iborra, un centrocampista al que Unai Emery le cambió la carrera desde el día en el que le puso como segundo delantero en el Santiago Bernabéu.
Como mediapunta, Iborra ha sido clave en el Sevilla.
La creciente importancia del gran capitán sevillista en los planes de Jorge Sampaoli responde a una cuestión no demasiado subrayada por culpa de los resultados: el Sevilla no ha sido lo que quiere el entrenador argentino más que en ciertos tramos de determinados partidos. Estos, además, han solido ser fruto de su acertada y ganadora dirección de campo, la cual en muchas ocasiones venía exigida por un marcador algo adverso. Es decir, aunque el Sevilla acumula momentos de verdadero gran fútbol, lo cierto es que su competitividad ha sido bastante más constante que su juego.
Fue en uno de estos partidos que no comienzan como Sampaoli desea pero que acaban en victoria digna de elogio cuando apareció Vicente Iborra. Porque en Balaídos, ante el Celta de Vigo y en la decimoquinta jornada de Liga, el Sevilla no estaba jugando bien. Incluso se podría decir que estaba siendo superado. Pero una vez entró Iborra y el equipo abandonó el sistema de los tres centrales, todo cambió. Los hispalenses comenzaron a jugar en campo rival, dominaron todo envío directo, profundizaron mejor por fuera y cargaron el área con la vehemencia característica de su capitán, que se fue de Vigo con 45′ en las piernas y un balón a su espalda.
Desde entonces, Iborra se ha erigido en más que un recurso para cambiar un partido, como pueden ser Pablo Sarabia o Ben Yedder. Él es un cambio de paradigma. De contexto. Cuando el Sevilla encuentra problemas para salir, para controlar al rival o para generar ocasiones, tres cuestiones recurrentes y muchas veces conectadas, Jorge Sampaoli acude al mismo jugador al que recurría Unai Emery. Porque Vicente Iborra simplifica el primer problema, facilita resolver el segundo y suele solucionar el tercero. Y esas son exactamente los verbos que le definen. Simplificar, facilitar y solucionar. No mejorar, potenciar o arreglar. Porque sus apariciones ayudan a competir y a ganar, pero no a redondear la idea futbolística de Sampaoli. Eso ya es trabajo del propio técnico. Y de Samir Nasri.
En Leicester, la carta Iborra puede tener mucho peso.
Mientras Jorge sigue trabajando en esto, Iborra sigue asumiendo misiones con un éxito inmaculado. Sus momentos en El Sadar, ante Las Palmas, frente al Athletic o, sobre todo, en el Benito Villamarín, donde primero cambió a su equipo, después el partido y más tarde el marcador, le sitúan además como el futbolista que más puntos netos le ha dado a su equipo. Como el jugador, en definitiva, que sostiene el ritmo competitivo del Sevilla cuando el juego se resiente.
De ahí que tras varios partidos un tanto extraños en los que el Sevilla no se ha encontrado a sí mismo en ninguna de sus múltiples versiones, la noche de hoy en el King Power Stadium de Leicester parezca que puede provocar uno de esos momentos que Vicente Iborra aprovecha como nadie. Sea para simplificar el juego, para facilitar los caminos del mismo o para buscar el gol que complique la eliminatoria al Leicester City, el capitán se antoja como una solución indispensable en esta fase del curso. Seguramente si Sampaoli da con la tecla para conseguir que su Sevilla sea lo que él desea no será a través de Iborra y sí a partir de otro tipo de futbolistas. A fin de cuentas, Sampaoli no es Unai Emery e Iborra sigue siendo Iborra. Pero mientras tanto, precisamente gracias a esto, el Sevilla puede seguir siendo el «equipo del Sánchez Pizjuán».
Foto: CRISTINA QUICLER/AFP/Getty Images
Geminiani 14 marzo, 2017
El futbol es verdaderamente sorprendente, hace dos semanas viendo el partido mi principal pensamiento era lo malos que eran los del Leicester y cuantos equipos habría en Europa mejores que el Sevilla y pese a todo hoy lo veo en chino para los de Sampaoli, que se la juega ante un equipo que no tiene nada que perder, que lo tiene a tiro y que probablemente provoque cierto vértigo a un Sevilla que no llega en el mejor momento.
Si el Leicester consigue imponer su estilo (que no debería porque no tiene armas para ello) Iborra será fundamental.