El valor de la victoria en clave madridista estuvo a la misma altura que el nivel del encuentro, que fue altísimo. En Villarreal, amarillos y blancos cerraron la jornada del domingo con una gozada futbolística que tuvo muchos protagonistas, por ambos bandos. La dirección de campo, también por ambos bandos, resulto crucial, pues el marcador se amplió y obligó a Zidane a modificar lo constado, que hasta este ese momento sonreía, y de qué manera, a Francisco Escribá, cuyos futbolistas cuajaron una primera parte espectacular, el adjetivo que se usará para describir el impacto que en la remontada tuvo otro Francisco, Alarcón, de Arroyo de la Miel.
Fran Escribá dirigió un fantástico plan en la priemra mitad
Porque primero fue Escribá el que cambió sus cosas para chocar con el Real Madrid de Casemiro, Kroos y Modric. El técnico valenciano varió su 4-4-2 hacia un 4-1-4-1, con Jona dos Santos y Trigueros en los interiores, que pudiera dar réplica al mediocampo visitante y tapara las líneas de pase hacia la BBC. En los primeros 15′, el Madrid, de nuevo con las incursiones de Modric y la presencia de Marcelo en el centro lateral, no logró asentarse con soltura en campo contrario, haciendo que el conjunto amarillo comenzara a construir 20′ de un nivel portentoso.
Tanto en transición como en ataques prolongados de forma organizada, el Villarreal dominó la escena, principalmente a través de Samu Castillejo y Adrián López, a quienes se sumó un Trigueros muy mediapunta, casi más que nunca. En transición, Escribá dotó a su estructura de dos referencias interiores en las que apoyarse tras robo con el objetivo de que por fuera se pudiera correr. Esto resultó fundamental, pues fue la razón táctica que potenció el virtuosismo técnico y memorizado que tienen los amarillos para combinar a un toque y salir anticipando los movimientos con una sincronía, coralidad y velocidad de ejecución extraordinarias. Con Castillejo a la espalda de Marcelo y Adrián jugando con falsilla para aturdir a Carvajal, el conjunto local giraba a los blancos sobre su portería, provocando pérdidas de muchísima calidad para reiniciar el ataque y producir hasta tres ocasiones claras por las que resumir esa fase del juego en un dominio evidente.
Castillejo, Adrián y Trigueros dieron ventaja al Villarreal
Hasta ese momento, el Real Madrid no había logrado producir precisamente el efecto que el Villarreal estaba ocasionando en el choque: acercar su juego a los atacantes, ganar posiciones adelantadas y de remate con una circulación fluida y dinámica. El Submarino agredía posicional y defensivamente, mordiendo arriba tras la recuperación blanca. A los de Zidane les costaba salir y el 2-0, obra de Bakambú, la salida de Trigueros y la entrada de Isco cimentaron el comienzo de una remontada que tuvo tanto juego -Isco, Marcelo- como pegada -goles de Bale, Cristiano y Morata-.
La entrada de Isco fue la carta ganadora del Real Madrid para ganar
Para llegar al gol, Zidane quitó a Casemiro por el mencionado Isco, quien transformó la escena. El malagueño, como acostumbra en un altísimo porcentaje, produce un efecto organizativo, conciliador y convincente al que nadie de los suyos se puede negar. La orientación de sus jugadas tiene la virtud de crear equidistancias a su alrededor, mezcla de raciocinio y pasión, que coloca a su equipo en disposición de jugar en tiempos y espacios correctos. Adueñándose así del partido el madridista, el Villarreal se quedó sin transición, intimidado además por un Madrid que en el área, por más que abuse en muchos momentos, tiene rematadores que no tienen comparación. La diferencia es que Isco fue el punto de apoyo para que la jugada y/o el centro fueran la consecuencia de ello. Así fue como el Madrid conquistó la victoria cuando más brillaba el amarillo.
Foto BIEL ALINO/AFP/Getty Images
roumagg 27 febrero, 2017
¿Seguís pensando que el cambio de Isco por Casemiro no era necesario el otro día en Mestalla? El potencial con Isco de interior izquierdo y Kroos de mediocentro es inmensamente superior. Y, además, la plantilla está confeccionada para eso, para que Isco y James se disputen el interior izquierdo (o el puesto de Benzema, si Karim está muy mal) y un mediocentro (Kroos) descanse cuando entre el otro (Casemiro). De otra forma, estás cansando a la vez a los dos mediocentros de tu plantilla. Porque Casemiro, aparte de ser inferior a Isco y limitar el techo del equipo, está peor ahora porque está fundido, llega tarde y con balón tarda más de lo que acostumbraba en ejecutar. Y a Kroos tampoco se le ve demasiado fresco. En resumen, que espero que esta "terapia de choque" lleve a Zidane a replantearse la idea de Casemiro como titular indiscutible.
Por cierto, fantástica noticia el buen nivel de Pepe ante una nueva lesión de Varane.