Abelardo no lo consiguió. Después de un inicio ilusionante en el que los jugadores más talentosos de la plantilla parecían estar muy bien optimizados, el Sporting de Gijón comenzó a marchar sin rumbo por la complicada Primera División española. Su entrenador no tardó en reaccionar. Cambió el 4-2-3-1 por un 4-4-2 que finalmente tornó en 5-4-1, probó con tantos jugadores como encontró para acompañar a Sergio Álvarez, dio entrada a los futbolistas de más físico, luego volvió a probar con los técnicos… Y nada. El Sporting no reaccionó.
El club asturiano ha buscado un evidente cambio de rumbo.
Y como reaccionar es lo que necesita, el club asturiano ha decidido contratar a un técnico que ya hizo lo propio con el Levante Unión Deportiva. Dicho así, esto sorprende. El Levante el curso pasado descendió con varias jornadas todavía por jugarse. Es cierto. No obstante, bajo las órdenes de Joan Francesc Ferrer el conjunto granota tuvo momentos de muy buen fútbol que si no cristalizaron en mejores resultados fue por una mera cuestión de impuntualidad. El Levante, tras cada victoria, se encontró una derrota. Rubi jamás pudo darle continuidad a sus buenos días de fútbol. Nunca pudo establecer ninguna racha. Nunca pudo cambiar la mala dinámica.
Pero lo cierto es que el Levante sí reaccionó. Y lo hizo en base al ideario futbolístico que define a Rubi como entrenador, que no es otro que el de pasar mucho tiempo en campo contrario a partir de la posesión de balón y la consiguiente presión tras pérdida. De esa manera, rompiendo con el 5-3-2 de Lucas Alcaraz, Rubi dispuso un 4-3-3, que después pasaría a 4-4-2 con Rossi arriba, que sacó lo mejor de sus futbolistas más telentosos, caso de Camarasa o de José Luis Morales. Los extremos estaban abiertos, los interiores gozaban de libertad y el circuito asociativo era muy reconocible. Todo comenzaba a encajar. El Levante empezaba a imponer a sus rivales el tipo de partido que se iba a jugar. Sin embargo, lo dicho anteriormente: nada de esto se vio reforzado por un par de victorias.
Ante el Betis el Sporting ya se comenzó a parecer a Rubi.
Lo de Rubi recordó a lo de Javi Gracia en Pamplona. Quizás el estilo no era el más adecuado por el momento, el contexto o el lugar, pero la forma en la que lo desarrollaron sus equipos dejó bien a las claras el buen entrenador que había detrás. ¿Será Gijón para Rubi lo que fue Málaga para Gracia? Parece complicado. El Sporting no va sobrado de recursos, ha perdido a un referente importante del club y el mercado pocas cosas va a poder resolver ya, por más que la llegada de Mikel Vesga parezca tan consecuente como acertada.
Lo que sí sabemos es que todo deberá comenzar a partir del juego. Ahí, ya en su debut, Rubi demostró varias cosas de las comentadas: la vocación de ir arriba, la intención de presionar, la necesidad de tener más y mejor la pelota, en este caso por el lado izquierdo… Poco a poco, según fue avanzando el encuentro, el Betis comenzó a demostrar que detrás de las ideas todavía no hay nada más. Es pronto. Muy pronto. Y a la vez ya comienza a ser tarde. Ya no se suman jornadas, se descuentan. Y si Rubi no consigue sumar pronto para la causa a Víctor Rodríguez, Moi Gómez o Duje Cop, es decir, a los tres jugadores que ya abrieron el curso dejando un dulce, pero breve, sabor de boca en El Molinón, las buenas ideas se quedarán en eso, en ideas. Pero si lo logra, el Sporting reaccionará.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Henry HM 28 enero, 2017
Siguiendo la referencia a Gracia, en el Málaga sí que me habría gustado ver a Rubi. Me parece más un entrenador de proyectos que de salvaciones. A ver si tiene suerte en el Sporting y podemos empezar a verle en contextos menos apretados, pero no creo que este curso se libre de sufrir.