Ni parón, ni bajas ni entidad del rival. Poco le importó al Real Madrid en la ida de octavos de su atractiva eliminatoria frente al poderoso Sevilla de Jorge Sampaoli a la hora de conformar uno de sus partidos más completos y dominantes de la temporada. Los blancos, sin Ramos, Bale, Cristiano, Pepe o Benzema, parecen andar negociando con el juego por ver quién fue primero. Como si éste último le obedeciera, el conjunto de Zidane parece anticipar y desear que todo lo que pueda ocurrir esté previsto. En la presión, la contra, el repliegue o la circulación, los primeros 45 minutos merengues fueron de absoluta superioridad. No fue el día del Sevilla, sí, pero enfrente comparecieron Varane, Casemiro, Modric y James.
El Madrid controló todas las fases del juego y del partido
En los primeros 10 minutos ambos equipos se buscaron arriba. Tanto Sampaoli, que echó mano de Vitolo y Correa como puntales veloces, Nasri y N’Zonzi junto a Iborra y línea de cuatro atrás, como Zidane trataron de buscar el error en los inicios del juego de su oponente, un plan que tras esos diez minutos tornó en control madridista y repliegue hispalense pero que tuvo posteriormente un recuerdo fugaz en el primer gol del encuentro, una acción que explicó las diferencias en la presión entre ambos colectivos, condensadas en la figura de Carlos Casemiro. El mediocentro brasileño, no sólo en el tanto de James, llegó a situarse a la altura de Modric y Kroos. No quedó por detrás de ellos para barrer la salida sevillista hacia los costados, pues la altura de Nacho y Varane -soberbio-, permitieron a los medios blancos poder morder. Mercado cayó en la trampa y el partido ya fue otro.
Modric, Casemiro y Kroos anularon a N’Zonzi, Iborra y Nasri
Con balón, el Sevilla nunca estuvo dentro del choque. Sus envíos, su colocación y su seguridad no eran las del gran equipo que se ha confirmado desde septiembre. Ese sumar pases para sumar metros no tuvo continuidad. El papel de Ganso quedó mojado desde el primer momento y entre que Nasri tardó en bajar a sacarla jugada, que los más avanzados rara vez pudieron con Nacho, Varane y Casemiro y que la ocupación de espacios del Real era muy notable, los sevillistas no hallaron la forma de interpretar la contienda. El Madrid configuró su 4-1-4-1 y dominó con autoridad el ritmo de todo lo que pasaba y pasaría. Desde ahí fue mezclando contragolpe -Asensio, Morata- con elaboración -Modric, James- y arrancó aplausos por transmitir tanta entereza entre cada fase. Por si fuera poco, un gol a balón parado que volvió a dejar libre al más espigado entrando en carrera puso el broche a su completo dominio de cada recurso.
En el segundo periodo, Zidane cerró el partido desde un ritmo más bajo
Con 3-0 Zidane decidió frenar. Buscar el cuarto imperiosamente podría haber significado abrir la puerta para encajar el primero, y así abrir el choque y con ello la eliminatoria. En un ejercicio de desgaste y control de partido, el líder de la Liga cercó las variantes de un Sevilla acostumbrado a reaccionar con tremendo acierto desde el banco. Sólo Messi, desde que comenzó el campeonato liguero, ha podido sombrear la capacidad competitiva del Sevilla. También ahora el Real Madrid, un equipo que actualmente puede decir bien alto que juega con 20 jugadores sin que nadie pueda delatar que tal o cual pieza nota su inactividad. Es un equipo, claro, pero sobre todo una plantilla sin espacios por rellenar.
Foto: GERARD JULIEN/AFP/Getty Images
ManuelXeneixe 5 enero, 2017
la gestión de plantilla de zidane. .es muy muy buena …
además como se dice de Carlos bianchi con boca juniors campeón de todo …parece que tiene el teléfono de dios ..todo le sale redondo ..