Que Bayern Munich y Atlético de Madrid disputen un encuentro de Champions League completamente intrascendente en términos clasificatorios es una excepción que sirvió a ambos equipos para contactar de nuevo con un candidato a ganarla. Quizás el contacto no sea del todo real, por la diferente predisposición que existe entre un partido así y otro en el que cada conjunto puede despedirse de la competición o jugarse el primer puesto de la liguilla, pero entre que hay una historia reciente entre ambos y que toda oportunidad sirve para probar cosas de cara a futuro, el Allianz vio cosas en los dos equipos que deben comentarse.
En el Atlético de Madrid la recuperación del Griezmann más autoconsciente de su papel en el equipo, independientemente de la cuota de balón que acumulen los suyos. El francés volvió a unir el juego desde atrás, a un toque, con actividad para estar presente y con jerarquía. En la primera media hora, le acompañó una presión rojiblanca en la salida bávara, con Saúl y Gabi en el doble pivote, y una fase de posesión española que ve al Bayern errando envíos en el inicio del juego, demasiado ligero en su propuesta con la pelota. Una vez perdida y cedida la tenencia, poca solidez en sus líneas, jugadores que buscaban robar la pelota y otros que que no achicaban los desmarques de apoyo. Fue el momento en el que el Atlético pisó área y pudo anotar en su cuaderno que la presión en campo contrario es parte del camino en determinados contextos y rivales.
El Bayern pasó mucho apuros en su salida de balón
El Bayern, por su parte, sin Alonso ni Lahm, con Vidal, Thiago y Sanches en la medular, sólo pudo brillar cuando podía transitar o encontrar a Arjen Robben, el mejor bávaro a distancia del segundo. El holandés fue el hombre que compensó los problemas del mediocampo alemán para dominar, a través de su duelo con Lucas y de sus contras en la segunda mitad. Ante un Atlético que en una de las bandas viene alineando a un futbolista de corte ofensivo -ayer Gaitán, normalmente Carrasco o Correa-, el extremo zurdo sería una figura de un gran impacto en un posible futuro cruce con los del Cholo. Robben, y también Lewandowski o Douglas Costa, son parte del proceso que dota al ataque del Bayern de una mirada más natural cuando puede correr al espacio. Sólo la poca inspiración de los lanzadores evitó que el balance colchonero no lamentara más ocasiones claras en contra.
Como último apunte, el equipo alemán se encuentra encontrándose, como la inmensa mayoría de grandes candidatos a esta Copa de Europa. Seguramente sus energías no se concentren en ser lo mejor posible en una fase concreta del juego. No obstante, no se debe confundir la versatilidad y capacidad interpretativa a nivel táctico con la indefinición en la propuesta. Lo primero es a lo que aspira este Bayern, que a día de hoy parece estar más en lo segundo. Es difícil predecir de qué forma y estilo ganaría el Bayern de Ancelotti esta Champions. Algo que también se puede decir del Atlético de Madrid. En tres meses seguramente lo harán público.
Foto: Alexander Hassenstein/Bongarts/Getty Images
Andrés 7 diciembre, 2016
Para mi, teniendo una plantilla inferior, este Bayern para ser firme candidato necesita jugar tan bien como lo hizo con Guardiola.Ojo que no igual de bonito, que no siempre es lo mismo bonito que bien.Sino muy bien, sea en el estilo que sea.
Si Carlo lo consigue(honestamente lo dudo) el Bayern es firme 4to candidato