El fútbol está lleno de historias personales que desvían a sus fans a la disyuntiva del «y si» (y si le hubiera fichado tal equipo, y si hubiera aparecido antes, y si hubiese marcado aquel gol, y si hubiese tenido la cabeza en su sitio…); un juego entretenido y proclive al debate que, en la mayoría de los casos, es trampa, porque la carrera de un jugador es lo suficientemente larga como para sobreponerse a un golpe de infortunio si atesora la capacidad de los mejores. Pero hay algunos casos en los que la duda se queda perenne, y el de Daniel Sturridge es uno de ellos. ¿Qué sería de este futbolista sin el lastre de las lesiones?
Sturridge fue el único socio digno de Robinho en aquel City.
Sturridge apareció en escena en aquellos años en los que el Manchester City -club del que fue canterano- trataba de hacer despegar su proyecto millonario. En concreto, su puesta de largo coincidió con el equipo de Mark Hughes, cuya estrella mediática era Robinho y que contaba con Kompany, Zabaleta, Ireland, Elano y el diminuto Shaun Wright-Phillips como principales exponentes. Y ya entonces, el joven Daniel exhibió la primera de sus virtudes: la calidad asociativa. Era el único compañero que devolvía el esférico a Robinho con la misma precisión e idea que el brasileño lo soltaba.
El Chelsea carecía del ritmo y la creatividad que Sturridge requería.
No luchar por su continuidad pudo ser un error grave por parte del Manchester City; del mismo modo que Sturridge pudo equivocarse eligiendo como destino un Chelsea cuyo ataque estaba saturado y que no parecía un conjunto con la frescura ideal para su estilo. De azul oscuro, apenas destacó como un regateador que partiendo desde el costado podía asumir el rol de revulsivo destacable. Nada comparable a lo que se vería en Liverpool desde el primer día.
Daniel aterrizó en Anfield en el mercado de invierno de la 2012/13 y fue allí donde se creyó de verdad en el jugador que era, donde se le empezó a concebir como un ataque talento que pisando el carril central era capaz de cualquier cosa porque dominaba lo que en el baloncesto recibe el nombre de triple amenaza (conducción, pase y tiro). Sus cifras explotaron y en 11 partidos como titular se fue a los 10 goles y las tres asistencias, abonando el terreno para lo que, al año siguiente, sería un arma capacitada para escudar a Suárez en la conquista de la Premier League.
Suárez opacó la temporada 2013/14 de Sturridge, que fue brutal.
La descomunal temporada 2013/14 protagonizada por Sturridge (con 28 goles producidos en 26 partidos iniciados pese a tener que compartir números con el depredador charrúa) no se saldó con el título por el famoso resbalón de Gerrard contra aquel desangelado Chelsea FC coronado por el delantero-verdugo Demba Ba -y quizá porque Daniel se perdió la nada discreta suma de 12 encuentros-, pero sirvió como antesala de lo que sería la única ocasión en la que se pudo gozar de un Sturridge optimizado como jugador franquicia de un sistema que aspiraba a la victoria, el de la selección inglesa en el Mundial de 2014.
Sturridge ejerció de delantero centro en un 4-2-3-1 en el que por detrás le escoltaba una línea de mediapunta formada por Welbeck, Rooney y Sterling, y en el choque de debut contra los italianos, bordó el fútbol y marcó con gol. Esa pausa, ese control y esa determinación -este hombre gana partidos- bien valían un seleccionador entregado. Y en la última Eurocopa, con su efecto saliendo desde el banquillo frente a la semifinalista Gales de Gareth Bale, se contrastó que aquel sueño no era una utopía. Pero sin la continuidad de quien juega cada fin de semana para ganar y mejorar, cualquier cosa se complica. A ver cómo se le da a Klopp el arte de conseguir que su, muy probablemente, mejor futbolista sea, al fin, valorado como tal. Necesitará, eso sí, que deje de lesionarse.
Foto: PAUL ELLIS/AFP/Getty Images
Miguel 29 diciembre, 2016
Con Sturridge me pasan muchas cosas, se nota a distancia , pero con mucha distancia que es el mejor delantero de Liverpool, pero tiene un defecto muy grande para Klopp y es que no presiona como Origi y se lesiona demasiado.
Como revulsivo ha cumplido siempre porque enserio, de no ser por lesiones este tipo podría dominar la PL porque calidad le sobra. Ojalá con la ida de Mané, Klopp le encuentre un lugar en el 11 , porque dejar ir su talento a otro club de PL es un lujo que Liverpool no se puede permitir.
PD : El mundial 2014 de Inglaterra, no me pareció para nada malo, de hecho creo que su partido vs Uruguay careció de suerte y un Rooney que erró una clara situación de gol, pero en fin.