Luis Enrique Martínez combinó nuevas teclas en pos de la victoria ante el Deportivo de la Coruña. En términos de juego, pueda o no pueda aspirar el Barça a ser más fluido sin Messi e Iniesta, los azulgrana cumplieron con lo proyectado en palabras del técnico asturiano: «sorprendimos con el dibujo, creamos peligro y no sufrimos ocasiones en contra». Desde dicho punto de vista fue tal cual, si bien en la calidad de su ataque organizado dejó de nuevo dudas, algo que seguramente no preocupe viendo lo que sucedió tras la entrada de Leo. Con la aspiración de mantener controlado el encuentro, el Barça salió con un 3-4-2-1 en fase ofensiva a la que el Dépor de Garitano respondió con dos líneas de cuatro clásicas en su basculación y altura defensiva.
Como ocurrió en Leganés, ‘Lucho’ salió con tres centrales, con Mathieu y Mascherano, correctores, rodeando a Piqué, configuración que parece encaminada para afrontar presiones altas de inicio. Por delante, Busquets y Rakitic, en todo momento a espaldas de la posible presión y sin bajar a recoger el balón, y Arda y Digne en los costados, con Rafinha y Neymar cerrados entre lateral y central, teniendo este último la pertinente libertad para flotar por dentro. Una formación que no pareció potenciar el fútbol de sus piezas pero que incluía a los hombres más preparados, a nivel competitivo, para interpretar el partido que se pudiera dar.
Luis Enrique regresó a la formación de tres centrales
Sin argentino y manchego, los culés presentan un déficit de creatividad -en regate o pase- en sus dos primeros tercios de campo, lo que evidenció que en la batalla ‘circulación local frente a orden visitante’ el encuentro estuvo igualado. La posición abierta de dos hombres de manera permanente permitió un pase de seguridad que no tuvo su continuidad a la hora de hacer progresar el juego y encontrar el espacio y el tiempo para arrugar al rival con claridad. Sin que la perdida de balón tuviera un significado negativo, la posterior recuperación tampoco tuvo mecanismos que facilitaran la profundidad. Por su parte, y en clave deportivista, dos cuestiones le costaron a los gallegos el poder competir más tiempo y en ambas partes del campo.
La primera es que su ataque no pudo inquietar, ni en su contragolpe ni en sus ataques más cercanos, la transición defensiva del Barça, más protegida por el hombre extra. La poca intimidación de sus avanzados dio tranquilidad a los culés en sus fases de mayor espesura. La segunda estuvo en su propia área, donde un mejorado Neymar, la mordiente de Rafinha y la insistencia de Suárez provocaron numerosos errores defensivos que los de Luis Enrique aprovecharon para dar entrada a Messi en la segunda parte. Con el resultado cerrado, el ’10’ fue de nuevo esa luz que pone el contador a cero.
Foto: David Ramos/Getty Images
Vincent 16 octubre, 2016
Preocupante ya lo de Paco Alcácer no? Veremos a ver como evoluciona el chico en la mental. Tener las tiene pero… es que son se si son errores de confianza o de calidad, parece que tenga poquito alcance en su juego ofensivo, muy limitado en los 15 últimos metros de campo. Fuera de ahí aporta poco.
PD: Gerard Piqué se sabe ultra líder en este equipo. Pudo marcar fácil dos goles y la que regaló a Paco delante de portería. Jerarquía.