De inicio, Zidane volvió a apostar por el 4-2-1-3 en su visita a Mendizorroza; un esquema al que está dando mucho empleo pese a que sólo ha dado lugar a un gran encuentro, que fue el que disputó contra el Betis en el Villamarín. Pues con dicha disposición, y frente a un Deportivo Alavés que, en ausencia de Marcos Llorente, había alineado cinco defensas para ceder la posesión y cerrar espacios cerca de su área, se mostró sumamente impotente durante el primer tiempo tanto delante como detrás, hasta el punto de que, a base de contragolpes, los de Pellegrino acabaron más lances que el Madrid.
Con el balón, el Madrid se vio muy lastrado por el comportamiento táctico de su sector derecho: el triángulo Varane-Danilo-Kovacic era un bloqueo involuntario para la salida clara de balón que mermaba la circulación del mismo y favorecía la labor en defensa del equipo local. Especial atención a la de Camarasa, que iba a molestar bastante más arriba que el resto de la medular del Alavés y, aun así, se las apañaba junto a Deryverson para que no le pillaran la nuca. Su trabajo fue notable, y pareció pura casualidad que las pérdidas del Real en primera línea fueran tan pocas (porque fueron sonadas, pero pocas).
Theo Hernández completó cuatro acciones de crack decisivo.
Ante tan poca fluidez ofensiva, el Alavés robaba la bola en marcos beneficiosos y con posibilidad de salir corriendo, y fue en este punto cuando destacó el niño Theo Hernández. No es continuo, no es fiable, a veces parece invisible, pero cuando le viene una racha inspirada, es demoledor, y la zaga de Zidane, con Danilo y Pepe a la cabeza, lo sufrieron en su pellejo. La conducción de este lateral de 18 años es uno de los grandes tesoros del fútbol juvenil. Además, para alegría de Pellegrino, Deyverson daba la réplica y secundaba a Theo en el área.
Sin embargo, en la segunda parte, Zidane cambió de dibujo, retomó el 4-3-3 con el que ganó la Copa de Europa y su estabilidad se multiplicó al instante. Por un lado, porque bajar a Isco -el mejor del encuentro junto a Ronaldo– y acercarlo a Marcelo disparó la calidad de la posesión blanca, que no se volvió súper segura -sumaron dos pérdidas inapropiadas más- pero sí más engrasada, más alta y más profunda. Más si cabe tras el ingreso al campo de Morata, cuya hiperactividad tiende a empujar al adversario hacia su portería y a otorgar más espacio en tres cuartos a sus extremos y sus interiores. De esta guisa, y con la tarea de Isco y Kovacic sobre los triángulos mediocentro-lateral-extremo de sus respectivos costados tras cada pérdida de pelota blanca, el líder de la Liga adquirió un control de la situación que le permitió vencer con inesperada comodidad.
Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images
jackbonaventura 30 octubre, 2016
¿Ha habido algún lateral en la liga que desde tan con joven, más allá de Filipe Luis, Marcelo o Alves que implique explícitamente tanto peligro para los rivales de su equipo?
Ayer leí mucho "Me da miedo Danilo vs Theo"… y no me parece un comentario nada habitual cuando hablamos de un debutante de 18 años que juega de lateral. Mismamente un talentazo como Asensio, jugando más arriba, creo que generaba muchísimo menos pánico (hablo de generar miedo, no de producir en términos futbolísticos)
La conducción de ese chico avasalla rivales y supone el principal mecanismo vital de un Alavés que sino corre los riesgos de quedarse sin oxígeno atrás. El dios del fútbol parece que nos quiere dar la oportunidad de disfrutar lo que podría haber sido la carrera de Gareth Bale como lateral izquierdo.
PD: Ayer Julio Maldini dejó un comentario entre el eterno debate de la delantera blanca con el que estuve, a priori, muy de acuerdo: Zidane acierta con Benzema de inicio y Morata contra los rivales desgastados, y funciona. Tengo dudas de que funcionara (y aquí matizo yo: tan bien) al revés.