Los equipos que dan un paso más en sus propuestas, por muchas veces que jueguen, siempre tienen la capacidad de sorprender. Es lo que ocurre con el ciclo que Joachim Löw abandera en la selección germana, en el que su obra se regenera en cada encuentro, ofreciendo un nivel de juego y un impacto visual como apenas quedan en el fútbol mundial de entre los colectivos que lo fían todo al dominio total del juego a través del pase. Alemania arrancó la fase de clasificación para el Mundial de Rusia con una convincente victoria ante la débil Noruega. Y sí, más allá del rival, Alemania sorprendió. Sigue gustando muchísimo. Por las cosas que hace.
Las bases ya se conocen pero siguen hipnotizando. La altura de todos sus jugadores, la posición tan abierta y alzada de sus laterales,Kroos continúa siendo clave moviéndose en un rango de 10 metros en vertical, sin necesidad de hacer balance tras la pérdida, con mucho jugador por dentro que ocupa espacios y ofrece desmarques y un jugador, Kroos, que activa el pie de todos con pases de toda índole. Y Khedira y los centrales -Hummels y Howedes- formando una ola que ahoga la salida tras robo del rival. Un asedio de juego coral y ofensivo que dejó a Noruega en una franja de terreno que rozaba el pudor.
Alemania sigue intacta: domina al rival hasta el agotamiento
Defender a esta Alemania es un dilema. Bascular hacia el balón desprotege uno de tus costados, el cual, con un pase de Toni o Hummels convierte en un carril profundo. Ceder los costados para cerrar la zona central del campo requiere un acondicionamiento que en el mejor de los casos fortalecerá tu área y dejará a los alemanes con la práctica totalidad de las segundas jugadas. Abarcar campo y presionar la salida sólo ralentiza; cuanto más arriba busques, aparece Neuer para crear superioridad en primera línea, Kroos baja y cruzan divisoria desde cualquier recurso: pases verticales, conducciones o el apoyo de laterales. Pasas mucho tiempo defendiendo, desgastándote, repitiendo ajustes defensivos y tu éxito depende de la capacidad de salir de la presión para hacer válida la única y no desdeñable debilidad de tener todo su campo desguarnecido, los laterales muy arriba e inferiores en número si la pelota traspasa la mitad del rectángulo. Noruega, un oponente que no está en disposición de realizar con peligro uno de estos planes, claudicó sin remedio. Y aunque muchas de las jugadas y ocasiones que protagonizó la Mannschaft fueron todas reconocibles, no es de recibo dejar de verlas.
Foto: Photo by Alex Grimm/Bongarts/Getty Images
Gerson Castro 5 septiembre, 2016
Me gusta analizar, observar las disposiciones de Alemania cuando sale jugando desde el fondo.
Forman un rombo en salida: Hummels como eje, a su derecha bien abierto Howedes, por izquierda Kroos, y por delante de ellos Khedira.
Cuando sacan el balón, Kroos se posiciona como pivote por delante de los centrales, mientras que Khedira sube un escalón más.
A partir de esa salida del balón nace todo.
Esa figura del rombo en salida al parecer es sello de todas las selecciones alemanas, también lo vi en la selección que disputó los juegos olímpicos de Río.