A la Copa del Mundo de hace dos años México llegó de la forma más accidentada posible. La histórica chilena de Raúl Jiménez y la afortunada remontada de Estados Unidos vs Panamá no sirvieron más que para acceder a la repesca como cuarto clasificado de la CONCACAF, lo cual ya pareció un gran éxito. Sin embargo, pese a lo muy enrevesado del camino, el seleccionado de Miguel Herrera compitió de manera magnífica en Brasil. El famoso «quinto partido» se les resistiría otra vez tras ir ganando 1-0 a la Holanda de Louis van Gaal en el minuto 85, pero la imagen fue para ser optimistas.
La era Herrera fue más breve de lo esperadoEl estilo del «Piojo» parecía coherente con la historia reciente de México, su vehemencia había logrado canalizar la energía del país y, dejando la presión a un lado, logró completar un notable Mundial tras muy pocos meses en el cargo. Parecía el hombre indicado para conducir a México a la Copa del Mundo de Rusia 2018, actuando como ese hombre fuerte y carismático capaz de dominar uno de los banquillos más complicados del fútbol. Pero entonces su particular personalidad, valga la redundancia, le jugó una muy mala pasada. Tras una serie de polémicas, a cada cual más extraña e histriónica, la federación decidió destituir a Herrera a finales del pasado julio, abriendo como consecuencia un proceso que duraría tres meses hasta encontrar a la persona apropiada.
Juan Carlos Osorio rompió con la pauta habitual.
El elegido fue el colombiano Juan Carlos Osorio, en lo que fue toda una sorpresa para el país. No tanto por la circunstancia de no ser mexicano, pues por allí han pasado Menotti, Lavolpe o Eriksson, como sí por el hecho de no estar prácticamente relacionado con el fútbol azteca ni con la primera plana mundial. Tampoco había sido seleccionador antes ni resultaba ser un heredero directo de la escuela de Lavolpe, la cual lleva diez años instalada en el seno del «Tri». Lo mejor de su historial se encontraba en Colombia, tanto en Once Caldas como en Atlético Nacional, donde salió campeón varias veces. Se decía de él que le gustaba el 4-3-3, que era un estudioso del fútbol y un amante de la táctica. Es decir, era todo lo contrario a quien meses antes parecía el hombre indicado para México, y pese a eso parecía que lo suyo podía funcionar. Sobre todo por el hecho de ser un hombre de fútbol sin ningún tipo de relación con el viciadísimo contexto que rige el fútbol mexicano, responsable directo de que uno de los países más grandes y futboleros del mundo no sea todavía una gran potencia mundial.
El registro de Osorio es topY desde esa especie de «tabla rasa», Osorio ha puesto los cimientos de un equipo que, desde su llegada, sólo colecciona noticias positivas, buenos resultados y ciertos récords. Sus siete partidos se cuentan por victorias, anotando a favor 14 goles y no recibiendo ninguno. Así, entre una cosa y otra, tras vencer en el último amistoso a Chile, vigente campeón, su México desembarca en esta Copa América Centenario con una racha acumulada de 9 victorias consecutivas, 19 partidos sin perder y 722 minutos sin encajar un gol, pero sobre todo con la intención de aprovechar la oportunidad que le otorga lo especial de esta edición. Por eso México no ha llevado a una selección B, por eso parte como una de las grandes favoritas y, por eso, ésta es la primera prueba del algodón para Juan Carlos Osorio.
La versatilidad táctica es su seña de identidad.
Intensidad y el juego exterior es su constanteEntrando en materia táctica, hay que decir que Osorio ya ha demostrado entender las muchas particularidades del futbolista mexicano y por eso ha logrado encajarlas tan rápido en su filosofía. «Siempre propone un juego inteligente, respetando una ideología base (ser intensos y muy efectivos) y modificando de acuerdo al rival», nos cuenta Pedro Domínguez, periodista de «Azteca Deportes». La clave seguramente sea el último concepto: el archivo de partidos todavía es pequeño para medir a Osorio, pero en estos 7 partidos ha utilizado el 4-3-3, el 4-3-1-2 y el 3-5-2, demostrando así estar más casado con el análisis del rival que con su esquema favorito. De todas formas, sea cual sea el dibujo, la idea suele ser parecida, como nos apunta Pedro: «Siempre propicia el juego de bandas como opción de desahogo. Sabiendo que no hay un creador por el centro, lo que intenta siempre es poner a los de fuera en un contexto favorable de acuerdo al rival».
A partir de esta premisa, exhibida con acierto frente a Canadá, Honduras, Chile o Paraguay, se puede entender que a día de hoy no haya ni dibujo ni alineación definida para la Copa América, y que seguramente tampoco la vaya a haber durante el propio torneo. Dependerá de las actuaciones de los jugadores, del aprendizaje continuo y, por supuesto, del rival que esté enfrente para ver si vemos un 4-3-3 con Chicharito siendo escoltado por el «Tecatito» Corona y el joven Hirving Lozano, o si por lo contrario se vuelve al 3-5-2 con Márquez de líder de la defensa, Paul Aguilar y Miguel Layun como carrileros, Andrés Guardado y Héctor Herrera como jerarcas de la medular y una doble punta en la que bien podría entrar Oribe Peralta o Raúl Jiménez. Las opciones son múltiples, pero lo importante para el «Tri» es que la buena dinámica con Juan Carlos Osorio y la ilusión por esta Copa América están pesando más que las ausencias de sus dos jugadores más talentosos.
@DavidLeonRon 5 junio, 2016
"El famoso “quinto partido” se les resistiría otra vez tras ir ganando 1-0 a la Holanda de Louis van Gaal en el minuto 85, pero la imagen fue para ser optimistas"
Más que eso yo creo. Empataron con Brasil, golearon a Croacia, compitieron (pese a la forma de la derrota) a tope ante Holanda y Robben… El Mundial de México fue bastante bueno.
Por lo demás, ya lo comenta Quin en su artículo: México llega en racha brutal y viene con los Héctor Moreno, Chicharito, Herrera, Diego Reyes, Raúl Jiménez, el querido Andrés Guardado… Tengo bastante interés en ver a México y cómo lleva el hecho de que muchos hablen de ellos en término de favoritos. Eso nunca han sabido manejarlo.
PD. Lo comenté el otro día; a junio de 2016, no me sale considerar a Vela y Gio como bajas decisivas. En el caso del ex Villarreal, con todos los respetos, es un futbolista que se ha ido a la MLS con 26 años y que no juega el torneo porque no le apetece. A Vela lo han dejado fuera por motivos deportivos y no creo que nadie dude de que esos motivos existen. Es triste todo esto pero es así.