Cuando Jürgen Klopp llegó al Liverpool, el principal mensaje que lanzó tuvo que ver con lo anímico. “Tenemos que cambiar a los escépticos por creyentes” fue la frase más destacada de su presentación. El histórico club inglés vivía en una espiral depresiva después de perder el título en el tramo final de la temporada 2013/2104, que se acrecentó tras haber visto como Luis Suárez, su gran argumento para volver a llevar a sus vitrinas una liga inglesa, firmaba por el Fútbol Club Barcelona.
Klopp ha unido ánimo y táctica en Anfield RoadLa remontada frente al Borussia Dortmund en los cuartos de final de la presente edición de la Europa League fue el episodio decisivo para que la grada terminase de conectar con su nuevo y carismático entrenador. Sólo unos meses después de su fichaje, ese mensaje de creer en cosas imposibles -y que tan bien conecta con la historia del Liverpool Football Club– se había transformado en algo tangible. Por supuesto, la evolución táctica representa un elemento clave en el crecimiento del proyecto, y aunque aún queda mucho margen de mejora, el rendimiento del equipo frente al Villarreal en las semifinales de la competición confirman que la evolución a nivel de juego es una realidad.
La mejoría del Liverpool bien la representa Milner.
Ha habido una serie de nombres clave a la hora de construir la nueva estructura del Liverpool. Emre Can, Philippe Coutinho, Roberto Firmino o Divock Origi son algunos de ellos, pero si hablamos de la mezcla entre ese factor anímico y una evolución en cuestión de juego, una de las piezas más importantes ha sido James Milner, que llegó el pasado verano procedente del Manchester City, donde no tenía en absoluto un rol de jugador titular, condición de la que sí está gozando en el Merseyside.
Ya sea por el centro como en banda Milner ha sumado muchoEl sistema de Klopp en Liverpool ha partido de una base innegociable que ya había enseñado en el Borussia Dortmund: presión y despliegues verticales y veloces. Milner le permite cumplir con la primera de las premisas. El ex-jugador del Manchester City ha sido empleado en diferentes posiciones; interior en un medio campo de tres con Emre Can como pivote, centrocampista de banda en un 4-2-3-1 cuando Henderson estaba en condiciones, o incluso parte de un doble pivote en días más específicos. Está por ver cómo le emplea Klopp frente al Sevilla, sobre todo teniendo en cuenta que el Liverpool tiene bajas importantes en medio campo, pero de lo que no hay duda es de que será uno de los hombres clave a la hora de morder la salida sevillista. Banega entre el doble pivote o Iborra para salir en largo pueden ser las soluciones propuestas por Unai Emery.
Con balón, Milner también está aportando, y no precisamente por el hecho de ser un futbolista con pie fino. Emre Can está siendo el hombre importante para filtrar pelotas a la línea de mediapuntas -que con Firmino, Coutinho y Lallana tiene un potencial tremendo-, pero la amplitud y profundidad de Milner está sumando muchísimo para dar espacio. En los ataques posicionales, el inglés se abre sobre la banda derecha, divide la marca y le da tiempo a Can y espacio a los hombres de tres cuartos. Además, ofrece un recurso decisivo a nivel de profundidad, tanto con su movilidad sin balón -es un futbolista que empieza atrás y acaba muy arriba- como con su actitud al recibir, ya que desde esa posición más abierta lanza sin pensarlo pelotas al espacio que Origi, en su momento, Sturridge ahora, o incluso el Firmino que hace rupturas, agradecen mucho.
Ante el Villarreal el inglés fue clave en la presión.
Es incuestionable que el valor táctico de Milner está resultando un gran argumento para que Jürgen Klopp esté consiguiendo adaptar de forma paulatina su sistema de juego, pero su aportación está yendo más allá, y tiene mucho que ver con esa frase de la presentación: “de escépticos a creyentes”. La mentalidad de James Milner casa perfectamente con ese pilar del nuevo Liverpool. Determinación para presionar, verticalidad para atacar, pero sobre todo muchísima convicción para ejecutar. Milner fue decisivo en el encuentro de vuelta frente al Villarreal, precisamente por conseguir aportar de forma equilibrada un poquito de cada uno de estos tres factores. Parece haber pocas dudas si aseguramos que Milner no tiene capacidad individual para decidir la final, pero no es descabellado indicar que puede condicionarla. Al fin y al cabo, es un creyente. Justo lo que quería Jürgen Klopp.
Fernando 18 mayo, 2016
Me llama mucho la atencion el caso de Milner. No es un jugador fino, ni tampoco es el mas potente del lugar, pero parece tener la combinacion apropiada para jugar con casi todos los entrenadores que le tocan. Aqui en el Reino Unido hay una cierta percepcion de "pie de madera" sobre el, pero la verdad es que, salvo con Pellegrini, que valoraba mas el toque fino que la verticalidad, ha jugado en todas partes.
Aparte de eso, y viendolo como mero espectador, da la sensacion de que termina ejerciendo de lider de grupo. Una especie de Gabi en el Atletico. Reagrupa, dirige, apoya… ese componente mental es tambien muy importante