El orgullo y la necesidad del Manchester United aplazaron un desenlace de la Premier que el mundo entero está deseando contemplar. El Leicester City empató a uno en Old Trafford y deja para otro día la conquista de un título que difícilmente se le escapará. Hay algo en el conjunto de Claudio Ranieri que ya se eleva por encima del análisis. Poco importa que el United se juegue la Champions en su Teatro de los Sueños o que les aprieten hasta el 94 con un futbolista más. El dios del fútbol ya alzó el pulgar. La fiesta se intuye cercana.
Old Trafford presenció un choque flojo pero de alta carga emotiva
Tuvo que ser al primer match ball cuando al Leicester le agarrara el clásico miedo a ganar. El Manchester United avasalló por encima de sus posibilidades a los de Ranieri en los veinticinco minutos iniciales. El cuadro local encontraba De inicio, miedo en el Leicestersuperioridades en todos lados. De la banda derecha de Lingard y Valencia al juego aéreo de Fellaini (más adelantado que un Rooney dedicado a crear atrás), pasando por la movilidad de Rashford, el United daba, a su manera, un baño al Leicester. No había ni rastro de la habitual solidez defensiva del líder del campeonato. Que salieran con empate a uno de ese tramo del encuentro fue sorprendente, pero les sirvió para estabilizarse superada la media hora. Sin Vardy no se vislumbraba plan de ataque alguno, pero al menos surgían los primeros robos de Kanté y la magia de Mahrez. Suficiente para recobrar sensaciones positivas.
Mahrez estuvo a punto de desatar la locura en la segunda mitad
Y es que este Leicester tiene como gran virtud su capacidad de sacar agua de una piedra. Es realmente admirable cómo este equipo ha llegado a nutrirse de situaciones a priori vacías. Los foxes recuperaron la sonrisa gracias al esfuerzo aislado de sus dos puntas, Okazaki y (sobre todo) un Leo Ulloa que parecía superar en alma y corazón a sus marcadores. Sus disputas permitieron algunas carreras exteriores de Schlupp y Riyad Mahrez. Claro que lo del argelino fue otra cosa. Con espacios y metros, el MVP de la Premier rozó el éxito en un par de bellas diagonales desde la derecha. Hubiera sido el éxtasis.
La recta final fue un vibrante duelo entre el apuro del United y la ilusión desmedida del Leicester. Se iba de un lado a otro, se visitaban ambas porterías, aunque algo más la de Schmeichel, notable en todas sus intervenciones. Los visitantes ya habían rellenado su cantimplora de autoconfianza y vovían a sacar balones milagrosos con los despejes de Morgan, Huth y la fuerza de Kanté. Expulsado Drinkwater, la victoria dejó de ser un objetivo para el Leicester. Ganar la liga en Old Trafford ya hubiera sido demasiado.
A.S. 2 mayo, 2016
¿Es posible que todos los que queremos que gane el Leicester la liga no queremos que la gane hoy y por eso hoy vamos a animar esta noche al Tottenham?
Qué caprichoso es el fútbol a veces…