Anoeta prolongó una racha de nueve años sin perder ante el Fútbol Club Barcelona, plaza en la que los culés vienen tropezando tanto a nivel de resultados como en sensaciones de partido. Los de Luis Enrique afrontaron una cita sombría en mitad de una eliminatoria crucial realizando rotaciones y configurando su once de manera inédita en la temporada. Munir, Arda, Rafinha y Sergi Roberto en la izquierda cuajaron junto a sus compañeros 45 minutos de escasísima producción ante una Real vibrante en el esfuerzo y claro en la forma.
En el minuto 5 de partido los locales se adelantaron en el marcador y dieron carpetazo a lo que la escaleta de Eusebio entendió como primer tercio del encuentro. Granero, Illarramendi, Zurutuza, Prieto y Oyarzábal llevarían a cabo diferentes misiones bajo un mismo prisma que les ofreció asestar el primer gancho de la noche. Con una presión adelantada y un ataque por banda culminado por un esplendoroso cabezazo de Mikel, los donostiarras quemaban etapas como en un simulacro perfecto. La Real buscó elevar las pulsaciones en la salida de balón blaugrana, generar dudas y robar arriba. Entendió los primeros minutos desde el ánimo y la concentración. 1-0 arriba.
Luis Enrique dispuso de Arda y Rafinha como interiores
Desde ahí hasta la entrada de Andrés Iniesta en la segunda mitad, el Barcelona jugó su partido de siempre. Dominio del campo rival e intento de desequilibrio desde el 11 vs 11. Sin Luis Suárez en los duelos, los rebotes y el desgaste puro en el cuerpo a cuerpo, Turan, novedad en el int. zurdoel carril central no tuvo poros. El funcionamiento del sector izquierdo radicó en un Arda que ocupaba lo que Neymar abandonaba -esto es, emparejarse entre Elustondo y Reyes-, para que el brasileño atrajera marcas en conducción, por delante de medios, que crearan un espacio, con Sergi Roberto por fuera pero con su pierna buena hacia dentro. En el sector contrario, Rafinha hacia lo propio con un Leo nuevamente muy retrasado, cuya maniobra reconocible para entrar de cara y con el rival dándole la espalda pasa por girar la línea defensiva y perfilarse tras pase atrás, un hecho que ocurrió una sola vez en 45′.
La Real lo tuvo muy claro: pagaría todos los peajes de oxígeno en campo ajeno -salidas y contragolpes- con tal de que sus dos líneas no fuesen giradas hacia portería. Oyárzabal bajaba hasta donde subiese Alves, con De la Bella haciendo todo más tupido por dentro, y Prieto se acercaba a Elustondo o a Granero-Ilarramendi indistintamente. Con todo impenetrable y las líneas realistas tan juntas, sin espacios ni errores forzados, el Barça buscó su patente: penetrar por elevación. Jugadores que entran de paso distraen con rupturas por dentro -Rakitic, Luis Suárez- para que Messi encuentre a Alba o Neymar en timing calibrado: su alley-oop. Pero Leo seguía muy alejado y en su lado más fuerte, el izquierdo, el feeling y la velocidad en la combinación no estaba a la altura. Munir y Sergi no daban plus y Arda ni la pasa ni arranca. Eusebio defendía, con mucho esfuerzo y concentración, con cierta comodidad.
Rulli, determinante en la seguridad del plan de Eusebio
Los cambios estaban cantados, así que primero Iniesta y después Alba y Rakitic formaron en el once del líder. La Real continuaba con su plan, que salvo en el arranque, se hizo progresivamente ganador gracias a la aparición de Gerónimo Rulli. Con el manchego en el verde, el juego se ventiló. Recibió en sus zonas, encontró a un zurdo veloz por fuera y la Real pasó a defender situaciones de profundidad y espacios en lugar de observar balones y conducciones horizontales. Para traducir todo eso, Luis Suárez hizo gigante su ausencia, y la Real, como en el tramo final del Sánchez Pizjuán, se mantuvo firme en su área. La consecuencia de que hubiese más centros y segundas jugadas, es que Lionel se acercó a la medialuna, desde la que disparó hasta en siete ocasiones. Rulli y la muralla le negaron puerta.
Deteniéndonos en el portero argentino, su actuación explicó la autoconfianza de su equipo en el plan desarrollado. Mezcló paradas de reflejos, aguante en remates más cercanos y varias salidas fantásticas, con puño o atajo. Era un síntoma de que la Real estaba muy dentro del choque, intenso y lúcido. Acercándose al final, la victoria local se cerró con una Real que empezó a salir por puro corazón y una última reserva. No pudo completarlo con alguna fase de balón que el once inicial contenía implícitamente, pero se llevó tres puntos labrados segundo a segundo.
Andres Sánchez 10 abril, 2016
Pese a que no se deberia ser dramaticos, hay ciertas cosas que deben poner a pensar a Luis Enrique:
-El bajon fisico en Leo es evidente, es mas para mi es debido a eso su cambio de posicion en el campo.Luis Enrique le ve menos explosivo que antes y prefiere no agotarle y aprovechar toda su vision de juego desde la mediapunta
-Algo le pasa a Neymar, en este momento no esta jugando
-Encima de que Iniesta venia siendo el mas trabajador los ultimos partidos, lo mete 45 minutos, en una situacion intensa, y para acabar, tiene practicamente que cargarse el equipo al hombro, ah cierto, y espera un suicidio fisico en el Calderon.
Si algo hizo a este Barca imparable hace un año, fue que sin ser el equipo mas hecho, llego en un estado fisico a la parte resolutiva de la temporada de por lo menoa dos velocidades mas que el resto.Y eso se debio en gran parte, a las inagotablea rotaciones de Luis Enrique wntre septiembre y diciembre