Como era de esperar, Jürgen Klopp fue el nombre más aclamado antes de comenzar. Fue un BVB – Liverpool muy igualado, cuyo resultado y desarrollo aumentó las opciones de un conjunto inglés que vuelve a Anfield con la sensación de haber sabido atajar la superioridad de su rival, tanto colectiva como individualmente. Klopp y su Liverpool marcaron de manera notable los tiempos tanto de su plan como del encuentro y en ningún momento fueron superados por un Dortmund intermitente y casi nunca desatado.
Klopp igualó el partido con su idea más básicaPor resaltar las bondades genuinas de su pressing en este Liverpool, Klopp salió a su antigua morada con el copyright por delante, una idea que a diferencia de las presiones altas más estándares, fuerza pérdidas continuas que generan situaciones de dos para dos o tres para tres con tremenda facilidad y bajo conceptos de cazar de espaldas al que la pasa o al que recibe y sincronizar el sprint total hacia el que va a recibir con el momento en el que el poseedor arma la pierna para cedérsela. El BVB, de principios rasos y elaborados, no renunció a escapar de ello y aceptó el reto. Sin grandes ocasiones ni sensación de dominio de uno sobre el otro, la primera media hora siguió el guión de Jürgen.
La entrada de Allen y sobre todo Sahin, importantes
Como el fútbol es de los buenos, el BVB, que alineó a Durm como extremo derecho y Castro junto a Weigl, encontró en la jerarquía pasadora de Mats Hummels su primer avanzado. Aunque cometió un error (im)propio en el gol de Divock Origi -notable su encuentro-, el mandón central germano no fue bien taponado, y aunque su equipo fue orientado para salir por Bender y Piszczek -sector derecho-, la calidad de Mats acabó imponiéndose. Al presentar el Liverpool un campo largo, los locales no lograban agruparse y encerrar a los ingleses, por lo que una vez encontraban posiciones adelantadas, buscaban la proyección de un hombre exterior y la profundidad. El mal partido de Aubameyang dejó sin finalización al Dortmund. Al descanso, un correcto Liverpool había oscurecido la sala.
Como Klopp y Tuchel son de los que buscan anticiparse a nuevos escenarios, dos cambios en el descanso tuvieron efectos positivos y similares en ambos conjuntos. Sahin entró por Durm, dando un apoyo más en campo propio y en la posterior posesión, y Joe Allen relevaba a Henderson. Ambos buscaban fluidez, una línea de pase más, discutir más balón tras sucederse una primera parte de presión y espacio y reducir el ritmo en favor de un control a través de la pelota. Ligeramente favoreció más al Dortmund, que igualó el encuentro en un saque de esquina, si bien la más clara fue del Liverpool, que no salió del Signal Iduna Park con una victoria porque Roman Weidenfeller acumuló tres paradas consecutivas, una con la categoría de sobresaliente. A pesar de que el Liverpool nunca tuvo futbolistas seguros con el balón en su mitad de campo, compitió bien y salió de Alemania con un resultado más que positivo.
edinssonfgm 8 abril, 2016
Que gran Dt Kloop, lo que se perdió el madrid en el pizarrón.