Se habían lanzado 14 penaltis cuando Simeone entró en cólera y pidió al Atlético, desgañitándose desde la banda, que creyera en la victoria. La llamada tuvo efecto, el Calderón increpó a Luciano Narsingh más que a ninguno de los anteriores y el chico falló su tiro. El Atleti estará en cuartos por un instante de pasión del Cholo. Es posible que, en una noche algo más inspirada del entrenador, no hubiese necesitado tanta emoción. El planteamiento del argentino agigantó a uno de los equipos más flojos de esta primera ronda de Champions. Concedió la iniciativa.
El Atlético no hizo de grandeEl PSV Eindhoven de Cocu adolece de dos defectos concretos que, unidos, le hacen inconsistente: se deja ganar con facilidad la línea de fondo y se protege mal de los centros laterales. Son debilidades manifiestas que derivan en que le marquen así muchos de los goles que recibe, y Simeone preparó a su conjunto para aprovecharse de la coyuntura. Dispuso un 4-4-2 con Saúl y Koke a pie natural y Carrasco cayendo a las bandas desde su posición de segundo punta. Y así llegaron las dos principales ocasiones del Atleti durante la primera mitad, y una fue nítida. Pero a cambio de potenciar esta acción, sacrificó gran parte de lo mejor de su juego. Un dato revelador: Koke tocó 110 pelotas y sólo pudo completar 71 pases. Los rojiblancos no eran un equipo cuando les tocaba atacar.
No medirse a un rematador puro aliviaba a la zaga del PSV.
Además hay que apuntar que había dos factores que aminoraban las opciones de éxito del plan de Simeone por más débiles que fueran ahí los holandeses. El primero, propio, que en su plantel no hay ningún «9» rematador. Secuelas del «caso Jackson». El segundo, ajeno, que Cocu dibujó un 5-4-1 que le dio superioridad numérica en el corazón del área de Zoet.
Guardado, VG y Pröper, a gustoPrecisamente contar con tres centrales también facilitó la salida raseada de los de Eindhoven, que quizá constituyó, futbolísticamente, lo mejor que se vio en el encuentro. Héctor Moreno y sus compinches anularon el trabajo de Carrasco y Griezmann y contactaron con su doble pivote, Pröpper y Guardado, de seguido y sin pérdidas, provocando cierta inestabilidad defensiva en el conjunto del Cholo: Godín y Giménez mostraban un ímpetu desaforado que contrastaba con la actitud especulativa de sus cuatro medios. El Atlético ni siquiera estaba defendiendo bien, aunque la escasa clase del PSV permitiera a Oblak vivir relativamente a salvo.
Fernando Torres sí otorgó la iniciativa al Atlético de Madrid.
Tras el primer tercio, Simeone reajustó transformando el esquema en un 4-1-4-1. La medida hizo que Griezmann, que había participado poco pero muy bien, desapareciera por completo del choque para no volver, pero tuvo influencia positiva sobre todo lo demás. Al pegar al medio la zona de Saúl, la medular igualó su intensidad con la de sus centrales y el PSV dejó de parecer un gigante europeo.
Y, tras el descanso, siguieron las modificaciones: Koke también centró su posición. Tanto que pareció un mediapunta. El Atlético se juntó más para atacar así. Y mejoró un trecho su capacidad de amenaza cuando Fernando Torres sustituyó a Augusto -Koke bajó donde el argentino- y el ídolo hizo como «9» aquello que para Griezmann es desconocido. Fernando Torres fue el punto de inflexión de la noche. Con él sobre el campo, los méritos para ganar fueron colchoneros. Si bien, con Koke de segundo pivote, el PSV salió algo más de lo deseable, lo que llevó a Simeone, tras su único tramo de ataque para el optimismo, a introducir a Kranevitter por Carrasco y cerrarle los espacios tanto a Cocu como al propio Fernando. Fue un corta-rollos, pero también prudente. Faltaba un cuarto de hora y no había tiempo para permitirse ningún error. Así que quedó eliminado el primero que lo cometió, el PSV. En el penalti número 15. El Cholo permitió demasiado fuego en una eliminatoria de poca mecha. Ante rivales tan inferiores, parece más inteligente jugar como se juega en la Liga que como se juega en la Champions. La Liga siempre es más lógica, aunque su estilo parezca más «irresponsable». Y, en el Atleti, sólo Filipe Luis actuó como lo hace cada fin de semana.
_
Así se vivieron en ‘Radio 38 Ecos’ los 45 minutos posteriores al decisivo penalti anotado por Juanfran Torres:
deris 16 marzo, 2016
Yo estuve en el campo y me quedé bastante decepcionado con el planteamiento de partida del Atlético. No voy a ser yo el que tenga la osadía de cuestionar a un genio de los banquillos como Diego Pablo Simeone, pero visto desde fuera, plantear un partido ante un rival inferior que salta al campo con 5 centrales del mismo modo que un partido ante el FC Barcelona, pues a priori no me parece lo más acertado.
Creo que lo peor que le podía pasar al Atleti ayer era sentir el miedo a perder, y Simeone con su planteamiento me parece que ayudó a que sus jugadores no pudiesen sacudirse ese miedo de encima en ningún momento del partido.
La noticia más positiva para el Atlético es que ha sobrevivido. Se ha quitado de encima la que seguramente es su eliminatoria más complicada a nivel anímico: los octavos de final, que es la única en la que está obligado a asumir el papel de favorito. A partir de ahora – salvo cruce con Benfica o Wolfsburgo – va a poder afrontar las eliminatorias que le queden desde el rol en que se siente más cómodo, es decir, sin tener que llevar la iniciativa y sin presión.