Como ya existe un precedente muy reciente, resulta bastante fácil entender que ver marchar a Pepe Mel no es una situación cómoda para el Real Betis Balompié. El contexto de esta temporada no se parecía demasiado ni en forma ni en fondo al de hace un par de años, pero su destitución volvía a abrir las puertas al escepticismo.
¿Quién llegará? ¿Qué perfil tendrá? ¿Podrá recuperar al vestuario en lo anímico? ¿Entenderá las particularidades del beticismo? ¿Lo sacará de la mala dinámica? Juan Merino se puso, como siempre, «a disposición del club» mientras éste trataba de combatir el miedo con una paciencia poco habitual, más si cabe cuando en el primer partido sin Mel se sale del Pizjuán goleado, abatido y desorientado.
Juan Merino fue nombrado «técnico provisional».
Desde el primer día, su Betis lo tuvo muy claro“Nuestra intención es continuar con Merino hasta final de temporada, es lo que pienso y lo que me ha trasladado el consejo”, comentó Eduardo Macía, director deportivo, hace cinco días. El Betis todavía no había ganado con Merino, encadenando así nueve partidos sin conocer la victoria y quedando a tan sólo un punto del descenso, pero el equipo transmitía sensaciones muy ilusionantes.
Y los resultados, en realidad, tampoco habían sido malos. Empate en El Madrigal, empate ante el Madrid de Zidane y derrota por la mínima en Anoeta. Sin embargo, lo importante es lo que transmitían los futbolistas. Desde el primer día con Merino, su Betis tuvo nervio y energía. Demostró optimismo y fe. Nada de piernas agarrotadas y cabezas frustradas, sino todo lo contrario. En este sentido, la presencia de dos futbolistas «nuevos», como Fabián Ruiz y Foued Kadir, ayudó a refrescar las ideas de un vestuario que, con Pepe Mel, parecía agotado mentalmente. Ellos fueron quienes frenaron la caída a base de desparpajo, pero también quienes ayudaron al Betis a levantarse por puro fútbol. La profundidad del extremo francés, fruto de su velocidad y desborde, dos cualidades de las que el conjunto bético no va sobrado, y el buen sentido del juego de Fabián Ruiz, que se movía hacia todos lados con chispa y buen pie, reafirmaron el plan táctico de Juan Merino, quien lo tenía muy claro.
Más que los 5/12 puntos, lo importante son las sensaciones.
Y es que aunque lo primero y fundamental fue ganarse la confianza del vestuario, el cual le respondió de inmediato cambiando el chip, el gran paso que está dando el Betis con Merino a nivel técnico y táctico. Insistimos, en la mente comienza siempre todo, y aquí seguro que el gaditano ha realizado un trabajo magnífico, pero esto no garantiza más que una buena predisposición para llevar a cabo la idea final, que es la que Juan Merino ha implementado desde el partido ante el Villarreal. Aquel día, el Betis se recogió en campo rival, pero con una intención arriba de robar y correr. Arriba había más velocidad y efectivos que de costumbre, así que esto era más que posible si N’Diaye y Petros hacían gala de lo mejor que saben hacer. Además, a todo esto le acompañó una idea muy clara: había que conservar la pelota. La búsqueda del contragolpe no debía confundirse con la precipitación. Si no se podía correr, por más que el rival presionase fuerte, se levantaba la cabeza y se buscaba al verdiblanco más cercano. Y, normalmente, se le está encontrando.
La sucesión de buenas noticias o impresiones, como en el caso del partido ante la Real, donde pese a perder el Betis demostró cómo con balón podía hacer daño a un buen rival, significó primero la continuidad de Merino y, más tarde, la primera victoria de su etapa en Primera. Sí, fue ante el Valencia, un rival que te exige meter un asterisco en cualquier análisis, pero lo importante es que los andaluces se reencontraron con el triunfo a la manera de Merino, que ya es la manera del Betis. Nervio en los duelos individuales, intención de no perder el balón y velocidad en los últimos treinta metros del campo. La propuesta suena bien y, lo que es mejor, parece muy coherente con las herramientas de las que dispone, sobre todo si tenemos en cuenta que Charlie Musonda Junior no parece uno más. A día de hoy el Betis sigue sin conseguir activar a Joaquín, pero ya tiene un plan de juego para tratar de no perder lo muchísimo que Antonio Adán y Rubén Castro ganan en las áreas.
@DavidLeonRon 9 febrero, 2016
Yo reconozco que la actuación de Musonda me ha cambiado el sentir del Betis, sobre todo a la hora de verlo y disfrutarlo. Más allá de lo estético y de diversión, todavía cuesta pensar que este chico de 19 años puede tener un impacto continuado en el campeonato. Pero bueno, la atracción está. Y no sobra, porque aunque Merino sin duda había inyectado pasión en el conjunto, a mí los partidos de Anoeta y Real Madrid no me convencieron del todo… Solo Villarreal, dadas las circunstancias, me pareció sí o sí positivo.