El Atlético de Madrid empató a cero frente al PSV Eindhoven, un resultado positivo que sin embargo hoy genera recelo. Vencer al cuadro de Philip Cocu en el Vicente Calderón no es el mayor reto que los de Diego Simeone acometieron en el último lustro, pero la empresa se dibuja compleja por el momento de forma colchonero. El Atleti no anda bien. Su estrella no encuentra el gol y eso deriva en angustia para un grupo que, ahora sí, parece sentir el peso de las ausencias. El PSV, con poco, se las arregló para mantener viva la eliminatoria.
Los problemas creativos del Atlético son grandes ahora mismo
Muy entre comillas, porque el PSV acabó con un tiro a puerta en 90 minutos, la primera mitad fue holandesa. El cuadro local se mostró como un conjunto alegre, agradable a la vista. La figura de Guardado como “5” era el epicentro de un colectivo que se tomaba mil molestias en busca de un fluido movimiento del balón. Laterales muy ofensivos –especialmente el intrépido Willems–, interiores con libertad constante, muy dados a abrirse para generar caos en el rival, dos extremos y Gastón Pereiro. El uruguayo, que actuó de “9”, fue el encargado de poner la pincelada de magia. Al Atleti solo se le supera con desborde, virtud que aportó Gastón. De él nació la única ocasión clara del PSV.
La energía de los de Cocu no servía para llegar hasta Oblak pero sí permitía al PSV robar pelotas de manera temprana. No obstante, tanto futbolista adelantado hacía que detrás de cada pérdida existiera la opción de un contragolpe directo en apenas un par de toques. Así fue como Koke colocó a Griezmann delante del portero rival, situación que Antoine no pudo aprovechar. Pese a gozar de la mejor oportunidad del choque, el Atleti ni mucho menos dominaba. Quizás por eso, persiguiendo mayor control, Koke, que empezó en banda en el 4-4-2 del Cholo, pasó al medio, muy cerquita de Gabi. Se le vio más ahí.
La agitación de Correa en la segunda parte no fue suficiente
Vietto no logra inspirar golesEn vista de que los interiores del PSV casi nunca estaban en su sitio, Simeone centró del todo la posición de Oliver tras el descanso. Juanfran se ocupó de toda la banda y el Atleti ganó metros sobre el campo. Fue entonces cuando el técnico rojiblanco decidió sustituir a Vietto por Fernando Torres. El delantero argentino se movió (bien) por todos los lugares ajenos al área, algo que ahora mismo genera pesimismo en un Atlético que, con Griezmann fallón, necesita goles urgentemente. Pese al habitual desacierto técnico, Fernando se dejó ver con algún desmarque en profundidad. Ya con eso pareció aportar el mínimo exigible.
A 20 minutos del final, Gastón Pereiro vio la segunda amarilla. La expulsión hizo que el PSV se metiera atrás sin mayor objetivo que un 0-0 siempre goloso para jugar de visitante. Atacando la muralla quedó expuesta la tremenda espesura del Atleti, solo alterada por un Correa al que Simeone ubicó entre líneas para que, literalmente, derribara por sí solo el cerrojazo. Cocu, que había colocado un tercer central minutos antes, arrancó la igualada pretendida y ya sueña con otra que le diera el pase a cuartos. Dependerá del Atlético, hoy en horas bajas pero que, nadie lo duda, es mucho más equipo que el PSV.
theblues 25 febrero, 2016
La diferencia entre los dos equipos es notable y el Atlético no debería de tener problemas para imponerse ante el PSV en el Calderón. Incluso con los problemas de gol que muestra, ayer creó ocasiones bastantes claras. Pero…
Ojo con el precedente de la eliminatoria ante el Celta. El Atlético es defensivamente una roca, pero no se defiende igual en un partido de Liga o en una eliminatoria de ida, que en una eliminatoria de vuelta con un 0-0 donde sabes que un gol en contra te hace mucho daño. Hay una sensación de trascendencia en cada corner, en cada jugada aislada, que no es fácil de gestionar.