El líder se enfrentó al colista, y como ocurre casi siempre, ganó el primero pero no a la ligera. El Levante de Rubi acumuló una nueva derrota de mérito, esta vez ante un Barcelona de lo más plomizo. Tras la orgía ante el Valencia en Copa, el Ciutat de Valencia se presentaba como un pequeño test para calibrar el estado real de los barcelonistas. Ganaron, no sin justicia, pero desde luego tampoco con brillantez.
El Levante, aún muy vivo, volvió a no sumar ante un débil Barça
La primera mitad, de gran nivel, constó de dos etapas. La inicial, de claro dominio culé, estuvo relacionada con la apuesta de su rival. Rubi organizó a su equipo en un 4-3-1-2, es decir, colocó a tres delanteros muy centrados, dejando la defensa de las bandas a laterales e interiores, muy exigidos ante tanto espacio que tapar. Por ahí el Barça, pases de Messi mediante, explotó su superioridad numérica en el sector de Alba, Neymar y Rakitic primero y después Iniesta. Llama la atención el intercambio de zonas entre Ivan y Andrés; a priori ninguno sale beneficiado, pero Luis Enrique sigue invirtiendo tiempo en ello.
Pero el Levante no se quebró por el marcador. Al contrario; redobló la creencia en su plan. Los levantinistas voltearon el encuentro a través del manejo del balón. Tocaron atrás, atrajeron la presión del Barça y llegaron arriba. A veces por raso y a veces con balones directos a Deyverson. El camino a la casi felicidad lo encontraban casi siempre en el carril de un Dani Alves superadísimo por Toño García, Morales o el que pasara por allí. Además, para mejorar en sensaciones defensivas, el propio Morales pasó a la izquierda, compensando al conjunto en los costados. Habíamos visto un buen partido.
Tras marcar, el Barça quiso pausar y acabó durmiéndose solo
Por desgracia, la segunda parte fue muy distinta. Levante y (especialmente) Barça redefinieron el concepto de partido de ritmo bajo, dejando una reanudación sin sucesos que contar. El viento, invitado sorpresa, ralentizó los pases de unos y aceleró los de otros contra la voluntad de todos. Pese a esto, el choque se parecía más a lo que deseaba el Levante, que veía como el Barça erraba sus entregas y ni se acercaba a Mariño. Los locales tampoco visitaban a Claudio Bravo pero sí revoloteaban en la frontal con un Rossi activo entre líneas. Si el Barça se mostró más o menos firme fue gracias a Piqué y, sobre todo, Javier Mascherano, cuyo nivel ha ido en aumento en las últimas semanas. Con la solidez de sus centrales sacaron adelante los culés un envite que no confirmó lo visto ante el Valencia. El Barcelona anda renqueante, aunque sigue ganando.
Para completar el análisis a partir de un debate, recomendamos el programa «Las Gaunas» de la jornada 23:
@JTernero 8 febrero, 2016
¿Qué incidencia os parece que tuvieron los cambios del Levante en el partido? No estoy tan seguro que el hecho de que el partido se durmiera tan pronto fuese únicamente mérito del Barsa. Sin Deyverson, el Levante homogeneizó su salida de una forma que no tengo del todo clara que les beneficiase.