Oliver Torres es un futbolista hecho para el paladar del aficionado español. El joven centrocampista del Atlético de Madrid tiene mucho de lo que gusta en nuestro país: goza de gran calidad técnica, ejecuta numerosos pases por partido y no pierde demasiadas pelotas. Su proyección ha sido seguida con atención desde que ganara el europeo sub-19 de 2012. Sin duda había motivos para ello.
Tres años después, el encaje del otro Torres en la élite del fútbol no está siendo rápido ni sencillo. Da la sensación de que a Óliver le falta un pasito en cada fase del juego. Por eso su fútbol gusta pero no resulta 100% satisfactorio. Ayer tuvimos una nueva muestra de ello.
Ni el fútbol de categorías inferiores oculta los defectos de Óliver
La cara buena de Óliver la vimos en la primera media hora de encuentro. Suecia planteó una presión modesta y se organizó defensivamente en un rígido 4-5-1. Su línea de cinco hombres no iba a buscar al poseedorCon ritmo bajo, Torres destaca del balón, así que Torres podía jugar más o menos cómodo en el círculo central. Una situación que aprovechó para lanzar cambios de orientación hacia ambas bandas, envíos necesarios para mover y distraer a Suecia. En una de esas bolas a Deulofeu se dio el gusto además de romper hacia el área, encontrando el premio del gol. Se mire como se mire, su actuación estaba siendo notable. Óliver sacaba todo el jugo a un ritmo de juego propio de un duelo de categorías sub-21, mucho más amable que el de Primera División.
Tras el tanto español, Suecia dio un paso adelante para buscar más arriba a España, lo que empezó a “desnudar” tanto a Óliver como a Saúl, que pese a su dominio físico de este nivel, no es un consagrado mediocentro posicional. A Torres le estaban ganando la espalda con excesiva frecuencia, tanto que Celades intercambió su posición con la de Ceballos en algunos momentos. Se vislumbran ya los problemas que afectan a Óliver en el Calderón. Pero lo peor estaba por venir.
Defensivamente, Óliver es un problema muy difícil para Simeone
Tras el descanso, Saúl vio la roja, lo que llevó al Seleccionador a colocar un nuevo pivote –José Rodríguez–, desplazando a Óliver a la banda. A priori, la medida parecía positiva, pues el jugador frecuenta esa zona en su club. Sin embargo, en un contexto de sufrimiento defensivo permanente, Torres no dio la talla. Fue claramente superado en ambos costados por los laterales suecos, rememorando lo sucedido en el último derbi, donde fue avasallado por Carvajal. Y si bien puede entenderse que todo un Real Madrid le complique, sorprende más que también le pase en un partido sub-21. A día de hoy, el futuro de Óliver Torres pasa por dejar de ser un agujero defensivo. Si no, será difícil que le valga de verdad a Simeone.
Abel Rojas 14 octubre, 2015
Diría que sus problemas defensivos son la punta del iceberg, David. El problema mayor es que en lo que se supone que es su especialidad tampoco crea grandes ventajas, lo que hace que sea bastante difícil de llevar. Óliver Torres en estos momentos solo cumple con nota una tarea: bajarle el ritmo a los partidos. Y a veces ni eso, sino darle cierto confianza al Atlético cuando el rival decide replegarse con todo.