
Jackson Martínez llegó a Portugal en el verano de 2012 en una de las tantas operaciones que el Porto de Pinto da Costa ha ejecutado con acierto durante las últimas tres décadas. Radamel Falcao había jugado dos temporadas espectaculares en los dragones entre 2009 y 2011, y tras un paréntesis de un curso después de la salida del tigre al Atlético de Madrid, en el que la responsabilidad anotadora fue para dos hombres que no ejercían el papel de 9 referencia como eran James Rodríguez y Hulk, Jackson se enfundó la elástica portista, ofreciendo un enorme rendimiento. La salida de Martínez, también dirección al Manzanares, ha dejado un vacío en el ataque del Porto, que de momento está rellenando con acierto Vincent Aboubakar, después de ser reclutado procedente del Lorient en el mercado invernal del pasado curso.
Jackson Martínez era un futbolista muy importante en la estructura táctica del Porto.
Para contextualizar el funcionamiento del futbolista camerunés en el Porto de Julen Lopetegui es imprescindible detenerse en las características de Jackson, puesto que, aunque el club haya cambiado bastantes piezas en este mercado veraniego, hay algunos futbolistas clave que se mantienen en plantilla. Jackson Martínez es, efectivamente, un rematador con un físico prodigioso, pero además, tácticamente ofrecía algunas soluciones importantes en la estructura que Lopetegui puso en funcionamiento el curso 14/15. Ese Porto tenía en Danilo y Alex Sandro sus principales focos de salida, pero si el equipo no podía progresar a través de sus laterales, el balón directo sobre Jackson era garantía de éxito. Daba igual que la pelota no fuese del todo precisa, porque la altura y fuerza del ariete colombiano hacía que si iba demasiado alta, pudiera contactar con ella, y si se desviaba lateralmente, aprovechase su fuerza para dificultar la anticipación del defensor. El resumen es que con estas tres piezas, el Porto tenía mejores recursos para sacar la pelota.
Jackson era clave en la pizarra de J. LopeteguiLa segunda de esas soluciones que Jackson ofrecía a nivel táctico tenía que ver con sus extremos, especialmente con Tello. El canterano culé encontró en el colombiano a su mejor socio, y fue decisivo para explicar su gran rendimiento en el año de su fichaje por el club portugués. Jackson atraía al defensa cuando salía de esa posición de 9 para tirar el apoyo, aguantaba el choque, y él mismo era capaz de filtrar el último pase para la ruptura en diagonal que tan bien domina Tello. El comportamiento de Jackson explicaba el método de ataque del Porto en muchas situaciones: bien con la altura de los laterales brasileños y la alta producción de centros laterales, algo que le iba de maravilla a Jackson, o bien con los trazos diagonales de los extremos, en este caso sobre todo de Tello, que encontraban, principalmente en situaciones de transición, la zona del 9 liberada y a una boya que atraía y descargaba con enorme solvencia para que ellos lo aprovechasen. Con Aboubakar algunas de estas circunstancias han cambiado.
Vincent Aboubakar ya dejó buenas actuaciones en los minutos que jugó la temporada pasada.
En primer lugar, que Maxi Pereira y Layún sean los laterales limita muchísimo la fase de salida portista, por lo que, a priori, el envío directo sobre el 9 podría ser una solución constante. Sin embargo, Aboubakar está lejos de dominarlo como Jackson. Principalmente porque su juego aéreo en este tipo de acciones es bastante más pobre. Al camerunés le cuesta mucho imponerse si la pelota va por arriba, aunque si el balón va a media altura sabe ganar la posición, bajarla con el pecho y jugar de espaldas con criterio. No obstante, cuando recibe un pase vertical, luce mucho más si el envío es raso. Ahí es donde de verdad el Porto, en el juego de espaldas de su 9, ha conseguido un salto de calidad con respecto al curso pasado. Aboubakar tiene un buen primer toque, tanto para devolver de primeras como para orientarse y seguir jugando. Esto, evidentemente, requiere o mucha precisión de los centrales, o alguna ventaja para que los centrocampistas cuelen el envío. Quizá de ahí que haya dos nombres -al margen de un Brahimi que ya fue importante la pasada temporada- que estén teniendo protagonismo, como Ruben Neves o un André André lleno de agilidad y dinamismo para sacar algo de los pases que van a zonas interiores.
Aboubakar está muy cómodo de espaldasPor tanto, con Aboubakar como delantero centro, el Porto tiene peor recurso en la salida directa, aunque si el equipo logra asentarse en campo rival -algo que es habitual en el campeonato local-, el camerunés se convierte en una opción valiosísima. Aboubakar no es un punta que trate de alejarse de la jugada para acabar atacando el lado débil si la pelota acaba en banda, sino que se aproxima a ese costado por el que se está gestando la acción para dar un apoyo. Su fijación es abrir una línea de pase vertical: está cómodo jugando de espaldas. Una vez recibe, siempre busca un toque rápido, porque aunque tenga físico para aguantar el choque y agilidad para proteger el balón, no tiene movimientos súper limpios como para generar cosas a partir de intervenciones demasiado largas. Para los centrocampistas que están viéndole de cara -Brahimi, André André, Imbula, Héctor Herrera– que tu punta sea tan preciso devolviéndola es fantástico. Esa movilidad que tiene le hace abandonar la posición de delantero centro, por lo que el Porto -como con Jackson- tiene que rellenarla. Sin embargo, la forma de hacerlo es diferente.
Como a Jackson era fácil encontrarle con un envío largo, esto generalmente sucedía cuando el rival presionaba alto y cerraba los primeros pases. Eso provocaba que los defensas centrales fuesen atraídos hasta zonas muy alejadas, y por lo tanto los extremos tenían mucho espacio para correr hacia portería. Con Aboubakar es diferente. El camerunés ofrece su apoyo con más claridad en los ataques posicionales, y aunque, evidentemente, el extremo puede cortar y llegar a zona de remate, son los interiores -Imbula, Herrrera, André André- los que se aprovechan de la circunstancia, porque además están más cerca de la zona de finalización que en una acción de transición. Y aquí se potencia una característica clave de Aboubakar: su visión de juego. Cuando el camerunés recibe en banda o algo escorado y consigue girarse, es muy bueno metiendo el último pase. Puede mandar una pelota de gol a la zona del delantero centro que él mismo ha liberado anteriormente con su movimiento de apoyo. Habiendo hablado de su relación con el juego, evidentemente es clave -sobre todo teniendo en cuenta que su fútbol no está enfocado a una gran fijación por finalizar jugadas- tratar de comprender porqué lleva seis goles en seis partidos oficiales de la 2015/2016. La explicación también está en su movilidad.
El Porto ha perdido capacidad de remate, pero Aboubakar puede igualar las cifras de Jackson.
Si decimos que el Porto ha ganado con Aboubakar finura en el ataque posicional, también es justo puntualizar que ha perdido capacidad de remate. Dentro del área, los choques de Jackson y su calidad para obtener ventaja y finalizar son muy superiores. Sin embargo, parece que el camerunés puede competir en cifras con el delantero colombiano. Esto se explica a través de sus movimientos, y de un mayor abanico de opciones para llegar a zona de remate. Si el equipo gana línea de fondo, él es hábil para encontrar ventaja a través del engaño y la velocidad, evitando el choque -aunque él tiene fuerza, sobre todo en sus hombros- contra defensas más corpulentos. Su juego aéreo no es potente en las acciones de juego directo, pero su técnica de remate tras un centro sí es aceptable, por lo que es un recurso que le permite terminar mandando el balón a la red. Sin embargo, para acercarse a las cifras de Jackson hace falta algo más, y eso llega en las acciones de transición, donde Aboubakar, además de lanzador en algún momento puntual, ofrece la opción de ser la punta de lanza.
El delantero camerunés tiene un fantástico tacto para alejarse del conductor de la pelota y abrirle una línea de pase limpia y cómoda. Esto lo hace cayendo a bandas, pero también rompiendo dirección a portería, tanto en una acción de contragolpe, como cuando alguno de los habilidosos hombres de tres cuartos portistas manejan el balón en la corona del área, gracias a una carrera, tanto en espacios largos como en rupturas más cortas, realmente potente. Es a nivel de velocidad sostenida y verticalidad donde el Porto encuentra en su actual delantero una opción diferente a lo que venía siendo habitual con Jackson, y de ahí que su convivencia con Tello aún esté bastante verde. Aboubakar combina bien su juego de espaldas y sus movimientos verticales, de modo que muchas veces acaba siendo él el receptor del pase al espacio. Con pelota controlada tiene potencia para encarar, y es capaz de desbordar, sobre todo a partir de un cambio de ritmo, por lo que puede recibir también escorado y ser productivo. Por resumir, su volumen goleador está más relacionado con su calidad para multiplicar situaciones de remate desde su movilidad que desde su precisión en el disparo, siendo este bastante aceptable. Veremos donde está el techo del nuevo 9 de Julen Lopetegui, pero las sensaciones que está dejando en este arranque de curso son de que puede acabar convirtiéndose en la próxima gran operación de Pinto da Costa en el futuro.
danielgi610 21 septiembre, 2015
Yo a este lo quiero en el Arsenal. Por estilo parecería ideal para liderar el ataque, y es jóven
quien sabe cual sea su techo.
Me parece un híbrido perfecto entre Walcott y Giroud–> Ruptura y asociación