Arranquemos con dos hechos incuestionables. Por un lado, el proyecto del Paris Saint Germain ha cumplido su palabra. Desde 2012, el club ha realizado grandes inversiones en futbolistas de primer nivel. Con ellos, el PSG ha alcanzado los cuartos de final de Champions tres años consecutivos, lo cual demuestra un poder consolidado en Europa. Sin embargo, la propia Champions supone la cara amarga del proyecto. Por cómo se produjeron, las eliminaciones ante Chelsea y Barcelona dejaron un poso amargo en la capital francesa, una sensación de lejanía con respecto a la conquista del gran objetivo. Para aumentar la competitividad llega Di María, un futbolista fiable y experimentado del que nadie duda que aportará al PSG. La gran pregunta es si también lo cambiará.
Di María ofrece a Blanc la posibilidad de cambiar de personalidad
Recapitulemos. El PSG de Laurent Blanc ha presentado dos rasgos fundamentales en los últimos tiempos:
1-Salida de balón (sobre)elaborada. Con Verratti y Thiago Motta como elementos principales, el PSG no la perdía casi nunca en el inicio del juego. El fútbol del interior italiano resumía este apartado: Marco bajaba hasta donde hiciera falta para garantizar la seguridad del conjunto en este lance. El PSG se tomaba muchísimo tiempo en estas labores, por lo que hablamos de un ritmo de juego pausado.
2-La anarquía de Ibra. Zlatan tenía licencia para hacer lo que quisiese. Ha sido tan común ver al sueco reunirse con Motta y Verratti en el círculo central como contemplarle en el área esperando la bola. Los demás quedaban condicionados por su presencia.
La suma de estos dos puntos ha hecho del PSG un equipo de esencia asociativa, con voluntad de mando sobre los partidos a través del balón. Una evolución agradable en lo estético pero que también ha convertido al PSG en algo “raro”. Nombres como los de Thiago Silva o Cavani han visto como las características del colectivo se alejaban de las suyas propias, haciendo caer así su rendimiento. Con Di María, el PSG tiene la opción de mutar a otra cosa.
Di María extremo es un plus para defender y salir corriendo
Se puede decir que lo mejor de Di María llega con espacios. El Fideo goza en esos equipos que la roban en la divisoria y de repente encuentran los puentes para llegar arriba a toda máquina. Así la rompió en el último Madrid de Ancelotti, destrozando a Barcelona y Bayern de Múnich. Y así, quién sabe, hubiera podido ser campeón del mundo en Maracaná. Dejando claro que Di María puede adaptarse a cualquier contexto, es posible que el juego de posesión “lento” del PSG le privase del vértigo y los metros para correr.
Pero ¿y si el PSG fuera otro? ¿Y si el repliegue y contra fuera su hábitat natural? De entrada, con Di María y Cavani tenemos dos extremos casi insuperables a la hora de trabajar en defensa. En el caso del uruguayo es cierto que la banda le dificulta llegar arriba a la contra (no así como “9”), pero a otros como Lucas Moura les sienta de maravilla ese escenario de salida rápida desde muy abajo (Valencia en el recuerdo). Lo mismo para el propio Di María. Y qué decir de los Thiagos, Motta y Silva. Ambos crecen defensivamente cuanto más juntos están. Pocas noticias más positivas recibiría el PSG 2015-2016 que recuperar la versión ultradominante de Thiago Silva en el área.
Hay mimbres para repliegue y contra, pero sería un gran cambio
Por supuesto, este cambio de estilo tendría sus riesgos. Por un lado, supondría un shock inicial para la plantilla, aunque hay que resaltar que, en ocasiones, estas medidas son recibidas con agrado cuando se trata de cambiar un rumbo no del todo victorioso. Dicho esto, hay jugadores que se verían afectados sí o sí por el nuevo plan. La famosa diagonal de Matuidi, por ejemplo, pierde efectividad si su equipo no toca cerca del campo contrario. Aunque lo parezca y pueda cumplir, Blaise no es un box to box tipo Essien; lo suyo son los movimientos de pizarra. En el caso de Verratti, todo lo que sea reducir posesión le perjudica. Marco está muy lejos de ser un lanzador de contras, no tiene esa concepción del juego. Por último queda el tema de Ibrahimovic, que a sus casi 34 años no parece preparado para representar el sacrificado papel de ariete móvil y batallador. Un rol que le quedaría perfecto a Cavani, y que terminaría de cambiar la imagen del PSG hacia un conjunto tosco y áspero pero quizás más difícil de ganar que nunca. Lo que viene siendo pasar de Ibra a Di María, vaya.
@DavidLeonRon 25 agosto, 2015
Reconozco que a veces pienso que el PSG debería dar paso a un nuevo proyecto sin Ibra. Me sucede exactamente igual que Yaya Touré: entiendo que han sido claves, fundamentales, que son las estrellas… pero en Europa no ha funcionado.
De hecho, Zlatan me parece el jugador ideal (fuera del TOP-3, se entiende) para fichar y hacer crecer un proyecto de segunda línea en determinadas ligas. Fichar a Zlatan es acercarte a la gloria local de manera instantánea. Ganando ligas ha sido de lo mejor, porque se trata de un futbolista regular y fiable. En su mundo, claro.