Salvo giro repentino, la carrera deportiva de Agüero dejará un sabor agridulce. Su talento, equiparable al de cualquier otro ariete de su época, no se verá correspondido ni por sus éxitos colectivos ni por la regularidad de sus actuaciones individuales, siendo esto segundo algo para lo que no habrá excusa. Recapitulando, hubo un momento concreto que pudo cambiar esta historia, el Mundial 2014.
El Kun parecía y era importanteEl Kun llegó a dicha cita tras un curso arrasador. Su Manchester City había ganado la Premier, él había producido 41 goles en 36 partidos y, en clave albiceleste, se había ganado por fin un sitio en la Selección. No sentó a Higuaín, pero empezó a jugar a su lado. Mientras el Pipita rompía a la espalda de la defensa adversaria, los apoyos de espaldas a portería del Kun, su forma de imponerse a los centrales y de dejar la pelota de cara a Di María y Messi, eran cruciales en el que se presentaba como el movimiento ofensivo más peligroso de todo el torneo: el contragolpe argentino. Sin embargo, Agüero falló. Diversos problemas físicos le hicieron rendir por debajo de su nivel y, luego, cayó lesionado. Encima, los de Sabella recibieron bien su baja. Jugaron mejor sin él. Durísimo.
Argentina carece de juego interior cuando le toca atacar.
Ahora, el tema ha girado otra vez. Y para mal. Agüero está volviendo a decepcionar en esta Copa América, pero no queda claro que en esta ocasión deba ir a su debe. En este torneo, ser el delantero centro de Argentina está resultando muy difícil. Por un lado, el ataque adolece de lentitud. En parte, por el exceso de conducciones; cuesta encontrar jugadas brillantes donde los pases sean los protagonistas, casi todo lo excepcional que obran Messi, Di María o Pastore llega precedido de varios regates. Debido a esto, ajustar la marca sobre el «9» puro se le facilita a los centrales del contrario, siendo además el marcaje una de las virtudes más arraigadas en los defensores típicos sudamericanos. En segundo término, el uso que hace la Selección del carril del medio es vago. Si acaso, recibe Messi, que en la mayoría de las ocasiones termina abriendo a Di María hacia la izquierda o a Pastore hacia la derecha porque el sistema no crea ni espacios ni paredes en el centro.
Agüero, como ocurriese en el Mundial, no está funcionando bien, pero su responsabilidad negativa ha decrecido con respecto a entonces. El Tata le ha quitado los espacios y no ha compensado la pérdida con un ataque organizado más rico. Puede y debe aportar más, eso sin duda, pero es justo reconocer también que está siendo la víctima del cambio.
GreenTo 30 junio, 2015
No suelo comentar y no quiero irme por las ramas del futbol ficcion, pero no seria viable que la seleccion argentina juege con un modelo de juego parecido al que empleo Luis Enrique "de los regateadores"??
No se si Messi y Di Maria estaran con el nivel de inspiracion necesario, pero cambiando a Dima por Neymar, al Kun/Higuain por Suarez.
En el medio jugar con Mascherano, Biglia y Pastore. Aunque claro, de esos nombres solo Messi y el Kun "tienen gol".
Capaz estoy siendo poco realista, pero es que el modelo de juego de Argentina (aun siendo los mas serios de la copa) no me convence, y no creo que se este explotando a Messi.