Víctor Sánchez del Amo recibió su primer encargo como primer técnico en circunstancias peligrosas: tenía que salvar al Deportivo de la Coruña en tan solo ocho jornadas. El gallego nunca fue mal equipo, en el sentido de que siempre ofreció algo para ganar los partidos que jugaba, pero rara vez fue completo. Sigue sin serlo, de hecho. Pero no le ha hecho falta. Ayer, tras remontar un 2-0 al Barça campeón de Liga en el Camp Nou, certificó su supervivencia.
Víctor sí supo cómo sufrirLa trayectoria de Sánchez del Amo en el club donde más sobresalió como futbolista se ha caracterizado por haber parecido un año entero pese a haberse reducido a apenas un mes y medio. Desde el primer día se le ha visto inquieto, inventando propuestas, probándolas y no casándose con ninguna. Y que con 39 años, en plena era del Tiki-Taka, se decidiese finalmente por un plan ultra conservador y directo es lo que le ha dado la salvación.
El plan inicial fue tocar el balón y mandar con pases cortos.
El intenso periplo de Víctor arrancó en la fecha 31 con José Rodríguez en la banda derecha. Su antecesor Fernández también lo había usado ahí, pero en aquel encuentro se le dieron más libertades para irse al centro y tocar el balón. El Dépor acaparó más posesión y chutó muchísimo más que la Real en Anoeta, pero se mostró débil defendiendo contraataques y demasiado fallón en el área de Rulli. A ojos del joven entrenador, aquéllo requería de un trabajo para el que no iba a tener tiempo, así que cambió de plan sin remordimiento alguno.
Una semana después recibió al Atlético de Madrid en Riazor, y planteó el once más ofensivo que se la ha visto al Deportivo: cuatro delanteros y Medunjanin como segundo pivote para lanzar ataques directos. La prueba resultó fallida. El equipo se partió demasiado. Y no se disponía de tiempo para pulirlo. Había que buscar otra cosa. Vaya contrarreloj.
Lucas en banda derecha gustóAnte el Málaga en La Rosaleda se convenció de sí mismo por primera vez. Dibujó un 4-4-2 de inicio pero con particularidades que conviene destacar. La principal, que Juan Domínguez ocupó la banda izquierda y cerró por aquel perfil, mientras que en el lado contrario, Lucas Pérez como volante y Cavaleiro como delantero se encargaron de la profundidad. El Deportivo, tras tres jornadas con Víctor, seguía sin vencer, pero esa sociedad entre Lucas y Cavaleiro por delante de Juanfran parecía prometedora. Por eso repitió contra el Elche en Elche. Pero allí perdió 0-4. No quedaba tiempo para convencer al grupo de que el sistema era válido. El golpe fue demasiado duro. Se imponía una nueva revolución.
El espíritu de Manuel Pablo generó la crucial inercia positiva.
El encuentro clave, sin el menor atisbo de titubeo, sería la 35. Víctor Sánchez del Amo se desprendió del niño que acompañó a Míchel en Getafe, Sevilla y Atenas y se convirtió a la fe de esos viejos entrenadores que se apropian de la suerte final. Laure y Manuel Pablo taparon los laterales, mientras que los laterales que habían sido titulares a lo largo del curso, Juanfran y Luisinho, subieron al centro del campo. A su vez, se mantuvo el eje formado por Bergantiños y Borges en la medular. Esto viene a indicar que Víctor alineaba seis defensas naturales y un doble pivote de tendencia defensiva. Así empató contra el Villarreal. Y frente al Athletic. E incluyendo al hábil Salomao donde Juanfran, venció al Levante de Alcaraz por un firme 2-0 (¡la primera y única victoria!). No obstante, debe apuntarse que hubo truco: en el minuto 10 se lesionó Manuel Pablo y lo suplió Juan Domínguez. Es decir, se volvió al primer formato en el que Víctor creyó: un medio en la banda izquierda y un delantero en la derecha para ser agudo por allí.
La remontada contra el Barça en el Camp Nou, historia del Dépor.
Con cuatro empates y una victoria en siete partidos, el Deportivo llegaba al Camp Nou con la imperiosa necesidad de sumar un punto. Y lo hizo. El espíritu arraigado en ese pequeño ciclo con Manuel Pablo de lateral izquierdo, que duró dos semanas aunque se sintieran como tres meses, agarraría al equipo al césped y lo protegería del temporal bajo el manto del gran Fabricio, quizá su mejor futbolista del curso y de los que más puntos han dado a su equipo en esta Liga española. 2-0 ganaba Messi. Estrecha diferencia; teóricamente insalvable para los gallegos. Lo que prosiguió careció de análisis. Forma parte de la magia del fútbol y la historia más humilde pero a su vez intensa del Deportivo de la Coruña. En la 2015/16, el Dépor será de Primera. Y sobre todo, será.
@DomingoPrez 24 mayo, 2015
Joer, de verdad, muchas gracias por este texto. Es perfecto, como Ecos.
Ha sido muy interesante el mes y medio de Víctor. Quedarse en Primera supone más recursos, así que con una pretemporada por delante (cosa que Víctor Fernández no tuvo), se podrá ver si seguirá apostando por este Dépor conservador, o volverá a su idea inicial. Lo que está claro es que no va a ser inmovilista, y que el balón parado sumará