El Celta gozó de varias ventajas individuales que, impulsadas, podían haberle dado incluso los tres puntos. Su línea de mediapuntas, conformada, de izquierda a derecha, por Nolito, Orellana y Santi Mina, superó ampliamente en los duelos personales a Carvajal, Illarramendi y Marcelo, por poner un ejemplo. Nolito desde el regate, Orellana entre líneas y Santi Mina rompiendo a la espalda del lateral brasileño se salieron del pellejo. La inspiración celeste, sujetada por un Augusto Fernández en plan Schweinsteiger de Heynckes, fue total. Por una noche, el presupuesto no le constreñía contra el Madrid. Durante el primer tiempo, sus estrellas estaban marcando la diferencia más que las de Ancelotti. Sólo James y Chicharito le daban la réplica.
Berizzo mantuvo su sistema defensivo de marcas al hombre.
El RC Celta, sin ayudas atrásAun así, el Madrid no temió por el encuentro prácticamente en ningún minuto. Y es que en ningún instante vio comprometido el resultado. La apuesta defensiva del Celta no le permitía tener el control pero al mismo tiempo le ofrecía ocasiones casi gratuitas en bandeja de plata. En un presente táctico en el que el bien más preciado son los espacios, el sistema de Berizzo volvió a basarse en marcas individuales que perseguían a cada blanco tan lejos como hiciera falta, y ni siquiera se conformaban con ello, sino que, encima, metían el pie en cada acción, intentando la anticipación. Y cómo tácticamente el Madrid roza lo sublime y su ocupación del campo casi siempre resulta equilibrada, el Celta de los marcajes al hombre tenía a sus defensas separados y sin poder hacerse ayudas los unos a los otros. Con apenas un control orientado de un atacante blanco, uno nada más, ya encaraba el arco local en vuelo y con ventaja numérica. A ningún zaguero o medio de Berizzo se le debe culpar de nada, todos estuvieron concentrados, intensos y agresivos, y todos protagonizaron cortes muy espectaculares, pero el plan que desarrollaban era demasiado arriesgado. De muerte casi fija.
En cuando Ancelotti metió atrás a su Madrid, tomó el control.
Lo interesante del asunto es que no se sabe hasta qué punto era necesario defender así como colectivo para atacar del modo en que lo hicieron. El Celta no precisaba de recuperaciones altas para lanzar sus contraataques ni para iniciar sus ofensivas estáticas, pues su salida de balón es de las más trabajadas del campeonato tanto desde la lentitud como desde la rapidez, y su oponente, al fin y al cabo, venía de jugar pocos días atrás su choque más importante y emocionalmente duro del curso entero. El Celta con la pelota iba a tener opciones recuperase donde recuperara, y más contando con el acierto técnico del que disfrutaron la mayoría de sus hombres. No dio la sensación de que fuese necesario para hacer daño proponer una presión de tanto desgaste -el grupo llegó exhausto al minuto 60- que encima le ponía las cosas tan fáciles al rival a menos que futbolistas como James, Isco, Chicharito y Cristiano fallasen siempre, siempre, siempre. En cualquier caso, esta fue la postura de Berizzo y ocurrió ni más ni menos que lo probable. Es más, una vez Ancelotti tomó cartas en el asunto, se negó al ida y vuelta y metió a su equipo atrás para jugar a repliegue + contraataque, no fue la lógica, sino la lógica, el dominio y la seguridad, lo que su Real mantuvo a favor. Fue un partido vigorosamente cómodo para el radiante semifinalista de la Champions.
Urigallo 27 abril, 2015
Muy de acuerdo con la crónica Abel. Viendo el partido era claro que el Celta llevaba peligro (creo que los laterales del Madrid estuvieron especialmente mal ayer, sobretodo Marcelo), pero también era muy claro que el Madrid se plantaba delante de Sergio con mucha facilidad y, como dices, ese partido al Madrid le resulta cómodo…