De Sinama-Pongolle a Luciano Vietto | Ecos del Balón

De Sinama-Pongolle a Luciano Vietto


Muchos años después, Marcelino García Toral mantiene el aspecto de persona afable, tranquila y sencilla con el que salió de Villaviciosa, una encantadora localidad de la costa asturiana de apenas 15.000 habitantes. «En mi pueblo no había recinto oficial para jugar al fútbol, pero sí muchos ‘praos’, como decimos allí, y era fácil hacer un campo: se ponían dos piedras en cada portería y los niños a jugar», explica Marcelino con la normalidad que le caracteriza. Los que le conocen de cerca no dudan en confirmar de forma unánime la imagen que ofrece frente a las cámaras, resaltando su exquisito trato humano y su magnífica educación. Se podría decir que el asturiano gasta las formas y los modos de la vieja escuela. Una manera de ser, de actuar y de proceder que parecen ir vinculadas a un perfil profesional que, además de ser considerado peyorativamente como medio-bajo, no tiene nada que ver con el que en realidad le corresponde. De Sinama-Pongolle a Luciano Vietto, Marcelino ha demostrado de forma precisa el tipo de entrenador que es. Sólo hay que viajar con él para descubrirlo.

«El fútbol ha cambiado muchísimo. La metodología de trabajo es muy diferente en la mayoría de los casos. El ritmo de juego también. Los sistemas y la filosofía de juego más de lo mismo. Normalmente el fútbol cambia por tendencias ganadoras, como ha sucedido con el Barça de Pep y con la Selección. Todo se va modificando y va evolucionando para bien. Yo soy totalmente contrario a todos aquellos que dicen que está todo inventado. Si nosotros, como cuerpo técnico, nos quedamos en aquellos cuerpos técnicos que yo tenía como jugador o, mismamente, cuando nosotros empezábamos a entrenar, creo que estaríamos renunciando a ser mejores cada día». Marcelino García Toral en «Espacio Reservado».

Su carrera en los banquillos, como la de muchos otros técnicos, comenzó justo antes de colgar las botas como futbolista. Una decisión dura, complicada, que en su caso además llegó demasiado pronto por una más que desafortunada lesión de rodilla en 1994. «Ser jugador es lo más bonito. No tienes tanta responsabilidad y disfrutas más de la profesión. No tienes tantas obligaciones», comentaba con cierta nostalgia. En sus mejores años, que curiosamente fueron los primeros de su trayectoria, Marcelino fue un centrocampista muy liviano, de poco peso y notable inteligencia, que llegó a disputar la final de un Mundial Sub-20 ante Brasil junto a otros futuros entrenadores como Julen Lopetegui, Juan Carlos Unzué o José Aurelio Gay. Mareo le había visto nacer al fútbol y El Molinón le vio confirmarse en la élite en 1987, una temporada en la que su Sporting de Gijón logró una meritoria cuarta plaza que les permitiría disputar la prestigiosa Copa de la UEFA. El joven García Toral tenía entonces sólo 22 años, era titular en el equipo de su tierra y éste se daba el lujo de pasearse por Europa, pero su progresión individual se estancó sin previo aviso. En Gijón fue perdiendo poco a poco protagonismo, con lo que emprendió un viaje que le llevó por Santander o Levante, viviendo dos descensos, hasta acabar con el Elche en Segunda B. Sin planearlo, allí viviría el fin de una gran etapa y el comienzo de otra aún mejor.

En Gijón superó con creces las expectativas iniciales de la entidad«Siempre me fijaba en el funcionamiento del equipo, sobre todo a partir de los 25. En el Elche aproveché para sacarme el título de entrenador juvenil. El banquillo hay que tomarlo con prudencia. A mí me enriqueció mucho entrenar en todas las categorías», comenta el asturiano. Su debut, como no podía ser de otra manera, se produjo en el equipo de su pueblo. Dirigiendo al CD Lealtad (97/98) tomaría sus primeras decisiones, haría sus primeros cambios y celebraría sus primeras victorias, que no fueron pocas ya que esa temporada el club logró un ascenso histórico a Segunda División B. Sin embargo, éste sería un sueño que Marcelino no disfrutaría en primera persona. Su experiencia inicial no podía haber sido más satisfactoria, pero con el listón por las nubes decidió proseguir con su preparación de una forma más teórica. Quería aprender, quería formarse y, en definitiva, quería hacerse merecedor de la inesperada oportunidad que en 2003 recibió de su querido Sporting de Gijón. Después de dos cursos entrenando al filial cerrados con un amargo descenso, su nombre fue la gran y sorprendente apuesta de la junta directiva para lograr la necesaria permanencia. El equipo estaba confeccionado con ese objetivo e idea. Ni más, ni menos. Pero con Marcelino a los mandos los asturianos rozarían el ascenso, estando hasta nueve jornadas como líder de Segunda y siendo, a la postre, el segundo conjunto más goleador de la categoría. Lo había logrado con un fútbol atrevido y fresco que su joven plantilla, en la cual sólo el portero suplente superaba la treintena, asumió como propio desde muy pronto pese a las dificultades competitivas que siempre presenta la división de plata. Un buen hacer que se repitiría el segundo año, en el cual el técnico de Villaviciosa volvió a asegurar la permanencia con mucha solvencia mientras, a su vez, iba dando continuidad a una serie de canteranos entre los que se encontraba un joven Javi Fuego. Con el objetivo cumplido con nota, tocaba cambiar de aires. Tocaba viajar al Sur.

«Para mí jugar bien es que el rival no te haga ocasiones. Recuperar el balón donde eres eficaz en virtud de los futbolistas que tienes y luego hacer ataques con generación de espacios para aprovecharlos y contraataques cuando sea posible. Pero a mí me gusta atacar, circular el balón por atrás, que esa circulación sea correcta y, cuando lleguemos al último tercio, ahí sí, aceleremos. Si hay que dar diez pases, o doce o quince, se hace. Y a mí me gusta. Pero si en esa secuencia, en el ocho, en el nueve, surge el espacio para progresar, hay que hacerlo y no repetir un pase». Marcelino en «ClubPerarnau».

En Huelva (05-07) y en Santander (07-08), Marcelino García Toral lograría escribir varias de las páginas más brillantes en la larga historia de sus respectivos clubes, impulsaría la carrera de muchos de sus futbolistas, demostraría su atrevida idea de juego, acumularía numerosos éxitos individuales y se haría merecedor de tantos elogios como uno sea capaz de imaginar. De la noche a la mañana, sin que nadie le esperara ni anunciara su llegada, el asturiano se convirtió en el hombre de moda del fútbol español.

No tardó en demostrar su ideario: 4-4-2, solidez y mucho contragolpeDesde el primer momento, en el Recreativo su estilo encajó a la perfección con una plantilla que aunaba frescura arriba, calidad en el medio y veteranía atrás. Su ascenso a Primera fue incuestionable: campeón con dos puntos de diferencia, equipo más goleador y equipo menos goleado. Pero lo mejor todavía estaba por llegar. Una vez en la máxima categoría, el decano del fútbol español logró una histórica octava plaza tras dejar varias noches para el recuerdo como aquella, tan gélida como triste, en la que tomaron el Santiago Bernabéu con un contundente 0-3. «Si el rival tiene un cañón y nosotros una escopeta, hay que pensar en romperle el cañón. Eso para empezar. Sin esa premisa estamos muertos. Después, ya se trata de buscar nuestro juego y crear cuatro o cinco ocasiones, que las crearemos», solía explicar el técnico asturiano. Durante aquel partido, el Recreativo de Marcelino exhibió y resumió su estilo en 90′: con un 4-4-2 muy ordenado y trabajador cerró todas las vías creativas -que no eran muchas- del Real Madrid de Fabio Capello, propiciando que los espacios no tardaran en aparecer para que la velocidad de Sinama-Pongolle y, sobre todo, de Ikechukwu Uche destrozaran la dorada cadera de Fabio Cannavaro. Un planteamiento que, además, lograba exprimir el talento de Viqueira lanzando y la calidad en banda de Santi Cazorla, que aprovechó su cesión para hacerse un nombre. El Recre de la 2006/2007, como lo hace hoy el Málaga de Javi Gracia, funcionaba como un reloj, potenciando sus individualidades desde el trabajo colectivo. Una idea que, en su día, su mister describió así: «Me gusta el equilibrio defensivo para robar el balón y atacar. Es el estilo que mantengo desde que soy entrenador. Cuando no tenemos el balón, todos a recuperarlo. Con el balón, hay que dar criterio al juego porque es la mejor forma de llegar a la portería. Si sólo dominas la defensa, dependes de las individualidades. Incluso cuando perdemos, seguimos tocándola. Defendemos la bandera del fútbol atrevido. También por los futbolistas que tenemos. En el Recre no hay jugadores poderosos y de gran estructura física, sino chicos pequeñitos, rápidos y hábiles, sobre todo de medio campo adelante. Hay que aprovecharlo».

Considerando que se «había acabado un ciclo» y que «en unos meses se podía estropear los éxitos del pasado», Marcelino abandonó Huelva para asumir el banquillo del Racing. Había tenido ofertas del Betis, del Dépor y un acercamiento del Zaragoza, pero sería en Santander donde intentaría seguir contando por éxitos cada una de sus experiencias como entrenador. Y así fue. El año de su Racing fue histórico. En Liga se consiguió la mejor clasificación desde 1935 con una sexta plaza que conllevaba disputar competición europea por primera vez en la larguísima vida del club santanderino. Un premio mayúsculo que, además, se vio acompañado por un magnífico papel en la Copa del Rey, donde también alcanzó por primera y única vez las semifinales del torneo tras eliminar al Athletic Club en San Mamés. Santander nunca fue más feliz que con Marcelino en 2008. El Sardinero se llenó diez veces de forma consecutiva, se alcanzó el récord en el número de socios y la ciudad entera vibró cada fin de semana con un equipo que, además, sentía muy suyo. Levantado sobre una sólida defensa (Toño; Pinillos – Oriol – Garay – Ayoze), equilibrado por un potente doble pivote (Colsa & Duscher), potenciado por el recorrido de los extremos (Jorge López & Óscar Serrano) y acabado con la movilidad de sus puntas (Munitis & Smolarek), el Racing se convirtió en un gran hueso para todos sus rivales. «Trabajo el ataque igual que la defensa, pero siempre con el balón. No concibo un equipo que sólo se defienda», comentaba Marcelino. Su equipo esta vez no tenía tanta chispa y gol como en Huelva, pero a cambio edificó el tercer mejor sistema defensivo de la Liga -que no defensa, porque para él todos defienden y todos atacan-. En cambio, como en el CD Lealtad o en el Recre, Marcelino se marchó antes de lo que suele ser normal. «Lo único que quiero decir es que no soy un desagradecido», comentaba antes de argumentar «lo difícil que era superar esto» y reconocer que en su decisión había «una parte de miedo».

«En la vida tienes que tomar decisiones, muchas veces, que la situación te obliga y no es lo que quisieras. Pero se dan una serie realidades que te obligan a tomar resoluciones que con el corazón nunca lo harías. Siempre digo que tienes que vivir. Eligir una profesión para bien o para mal conlleva tomar decisiones. Siendo entrenador he pasado por todos los escalafones. Como técnico del Sporting tuve que tomar una decisión de si quería ser entrenador profesional y buscar una estabilidad económica para mi familia. El corazón me hubiera dicho que nunca abandonara Asturias, fue una decisión muy complicada. Mi hijo tenía trece años, me separaba de mis padres e íbamos a una aventura a Huelva. Económicamente, salí perjudicado de mi situación en el Sporting. En Huelva volvió a suceder lo mismo, éramos felices, pero la profesión nos obligó a tomar una decisión dura. Llegamos a Santander y hemos vuelto a estar felices. Ahora se vuelve a repetir la historia y la profesión nos obliga a tomar una decisión que con el corazón no tomaríamos. A ver si dentro de un tiempo podemos decir que acertamos. Lo sabremos por la felicidad que tenga la familia, a nivel profesional y personal». Marcelino en «El Diario Montañés» en 2008.

Después de ir progresando como técnico, encadenando éxitos y haciéndose un sitio en el fútbol patrio, a Marcelino le llegó el momento de dar un salto cualitativo. Primero lo intentó con el Zaragoza (08-10) y, tras regresar de forma puntual a Santander (10-11) para salvar al Racing del descenso, más tarde con el Sevilla (11-12), pero ambos destinos no pudieron resultar más fallidos. De lo vivido en La Romareda, donde fue destituido el segundo año tras ascenderles a la primera, el asturiano dice que firmar fue posiblemente «la peor decisión» que han tomado como cuerpo técnico. Sobre lo ocurrido en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde apenas pasó seis meses, Marcelino no es tan tajante, pero reconoce que «por decisiones que no tomaron» durante el verano fueron incapaces de «modificar la dinámica negativa» y eso les arrastró. ¿Qué sucedió en realidad? ¿Qué hay detrás de los únicos fracasos de Marcelino? ¿Qué errores pudo cometer? ¿No estaba preparado? Chema R. Bravo (Heraldo de Aragón) y Carlos Pérez (Estadio Deportivo), dos periodistas que vivieron desde muy cerca su día a día, nos ayudan a responder a estas preguntas que, más que explicar sus tropiezos, aclaran los porqués de sus éxitos.

En Zaragoza vive dos años muy diferentes, hasta que es destituidoLo primero que hay que decir es que Marcelino García Toral, como técnico, siempre ha demandado el máximo control de toda la estructura deportiva del club. Precisamente este hecho fue el desencadenante de que en el verano de 2008 firmara por el Zaragoza y no por el Valencia. En la capital aragonesa le ofrecieron lo que pedía para devolver al equipo, que se había preparado para entrar en Champions y acabó descendiendo, a la élite. «Marcelino llega por la idea de club que se le promete. Él tendría un peso principal en la configuración del proyecto. Tendría mano libre en todo: desde remodelación de la ciudad deportiva, fichajes, plan de cantera, área médica, jardinería…», nos cuenta Chema. En base a esto, durante el primer año se reforman los campos de entrenamiento, contratan endocrinos, invierten en novedosas máquinas y, además, cumplen con sus peticiones deportivas firmando a Arizmendi y Jorge López. Sin embargo, tras ascender todo cambia: «El Zaragoza enloquece en sus adentros. Llega Poschner de director general y se monta un lío terrible en los despachos durante el verano. Marcelino, por la salud del grupo, aguarda. Está a punto de dimitir a mitad de agosto. No le traían nada: ni central, ni lateral derecho ni delantero. Solo cumplen con Uche, petición suya, y Pablo Amo. […] Su proyecto se desmorona, siente injerencias, se enfrenta con los dirigentes y estos, en cuanto pueden, se lo pulen. Aun así, quizá es la única vez que he visto a una grada apoyar a un entrenador cuando lo iban a despedir». Pese a todos estos problemas, Chema logra destacar dos hechos en su paso por Zaragoza a los que da mucho valor: el trabajo con Gabi Fernández y la modernización metodológica. En el caso del ahora capitán atlético, «es Marcelino el que le hace perder varios kilos para convertirle en un jugador de presiones largas, de resistencia y capacidad de fatiga en lo defensivo». En cuanto a lo técnico, «puede asegurarse que él fue quien introdujo al Zaragoza en la modernidad de la preparación táctica y física».

En Sevilla cogió las riendas de una plantilla preparada para BielsaUn trabajo muy meticuloso de repetición constante, basado siempre en situaciones de juego con 11×11 y con mucha preparación de las jugadas de estrategia que también cautivó a los dirigentes sevillistas pese a los problemas deportivos que vivió el equipo con Marcelino. Carlos Pérez recuerda que, cuando se fue, «Monchi dejó entrever, ‘con todo el dolor’ de su corazón, que le echaba porque así lo dictaban los resultados. Estaban seguros de que destituían a un buen entrenador y, seguramente, de que él no era el culpable de la situación. De hecho, Del Nido tomó la palabra primero y dijo que prescindían de Marcelino pese a que habían podido constatar que era un técnico altamente cualificado». Si el asturiano no pudo triunfar se debió, principalmente, a dos motivos: la dinámica del club y la planificación de la plantilla. El Sevilla, durante el verano de 2012, se encontraba en una situación de transición que parecía necesaria pero que la dirección deportiva no terminaba de atreverse a realizar con todas las consecuencias. «Había exceso de fichas elevadísimas -lo que exigía ir a Champions sin haber plantel para ello- y pesos pesados, algunos acomodados y otros enfrentados con Marcelino por no ponerles como titulares. Es un problema que venía de antes y que ni Manzano, antes, ni Míchel, más tarde, tampoco supieron atajar», nos explica. Pero, por si fuera poco, la dirección no había configurado el equipo para Marcelino, sino para Marcelo Bielsa. «Se fueron contratando jugadores versátiles del gusto del ‘Loco’, como Coke, Trochowski, Cáceres o Manu del Moral», comenta Carlos Pérez, lo que junto a las lesiones de Kanouté y Negredo evitó que el asturiano sintiera como suyo el plantel. De ahí su reflexión sobre las «decisiones que no habían tomado» a comienzo de temporada. O su frase antes de ser destituido: «El presidente Del Nido y Monchi no serán culpables si toman la decisión de destituirme. No sería injusto hacerlo». Marcelino sentía que no había estado acertado eligiendo destino, llegando así a dos clubes donde, por las promesas incumplidas o por la dinámica negativa, no pudo realizar una labor que, a tenor de lo visto, requería que todos los estamentos fueran en la misma dirección.

«El Villarreal es un club que podía entenderse como pequeño en algunos aspectos y como muy grande en otros. Es muy grande en rigor, en estructura, en las relaciones… Tuvo un golpe durísimo, que fue el descenso inesperado, pero las bases no se cambiaron. Lo que era realmente prioritario no se cambió. Luego llegamos gente nueva, pero la gente que viene se introduce en una manera de hacer las cosas. Aquí desde el primer día te dicen cómo es el Villarreal y, cuando luego llegas, te encuentras que es mucho mejor de lo que incluso te habían dicho». Marcelino García Toral en «Espacio Reservado».

Tanto Marcelino García Toral como su importante cuerpo técnico, compuesto por Rubén Uría (segundo entrenador) e Ismael Fernández (preparador físico), tenían que acertar con su siguiente equipo. Ya no tendrían tantas ofertas ni, a buen seguro, éstas serían de equipos con aspiraciones Champions, pero esto nunca fue lo más importante para ellos. Para trabajar, rendir y poder triunfar, siempre en este orden, su experiencia les había demostrado que necesitaban un club que les diese plenos poderes en materia deportiva, una plantilla adaptada a su modelo de juego y un grupo humano con el que poder establecer rápidamente una sintonía. Todo esto, pese a las dudas iniciales que le hicieron firmar en enero de 2013 y no en julio de 2012, Marcelino García Toral lo ha encontrado en Villarreal; un club con una identidad, un modelo y una reputación que le convierten en ejemplo dentro del fútbol europeo.

En el Villarreal tiene todas las herramientas para seguir triunfandoBajo esta realidad, primero entregándole el equipo a Cani (con Bruno Soriano) y más tarde a Cheryshev (con Luciano Vietto), su Villarreal ha ido evolucionando como conjunto sin dejar de cumplir los objetivos marcados y acercándose, cada vez más, a su ideal de juego. Si en un principio el «Submarino» quería combinar más, asentando a sus pivotes en el piquito del área, ahora han perfeccionado y verticalizado su contragolpe, ganando todavía más ritmo y velocidad respecto al año pasado. «El contraataque es algo a lo que no se debe renunciar en el fútbol, porque creo que el porcentaje mayor de goles que se consiguen en el fútbol son a través de la estrategia y el contragolpe. Para atacar contra un equipo con diez jugadores bien posicionados y replegados tienes que tener muchas condiciones, individuales y colectivas, si no es complicado. […] Intentamos llegar el máximo número de veces posibles a la portería rival para tener más opciones de gol, ya que no tenemos grandísimos goleadores a nivel individual», explica el asturiano en «ClubPerarnau». Sus medidas reflexionas explican un éxito que no es casual y que va más allá de su eterno 4-4-2, de los nombres que lo forman y de los estados de forma puntuales. Porque el Villarreal, vaya en cuarta como antes o en quinta como ahora, es un equipo cohesionado que defiende y que ataca como un único ente, llegando a jugar tan de memoria que es muy habitual verles repetir combinaciones de forma exacta u observar cómo alguno de sus puntas, como Uche o Vietto, dan pases sin haber visto previamente al compañero. Un desempeño perfecto en el terreno de juego que, evidentemente, nace con la obsesiva repetición en los entrenamientos, crece con el juego de posición y, por supuesto, se desarrolla gracias al talento de los futbolistas. Con tiempo, margen y apoyo, Marcelino ha vuelto a mostrar en El Madrigal todas las virtudes que le definen como profesional.

El laborioso ascenso, la clasificación para la Europa League, las históricas semifinales de Copa del Rey y todos los elogios que hoy día acompañan al «Submarino» no son más que la consecuencia de ello. «Yo estoy feliz aquí. Se dan las condiciones óptimas para trabajar: unos dirigentes fantásticos, que respetan mi trabajo como profesional y persona, además de una plantilla extraordinaria, la cual nos hace disfrutar al cuerpo técnico de nuestro trabajo», explica mientras abre ligeramente la boca para esbozar una modesta sonrisa. Marcelino, que se define realista y que ve imposible entrenar a un Real Madrid o un Barcelona, reconoce que «entrenar a la Selección sería un gran colofón a una carrera como entrenador». Más tarde habla de utopía, de que es «como que te toque la lotería», pero en sus ojos y en su rostro se puede vislumbrar las emociones que siente al contemplar dicha posibilidad. Se le ve esa ilusión con la que comenzó en los clubes de su tierra, esa modestia con la que hizo historia en Huelva y Santander, esa misma tranquilidad con la que asumió los tropiezos de Zaragoza y Sevilla, y ese jovial atrevimiento que muestra cada día en El Madrigal. Ya han pasado casi 17 años desde que abandonara Villaviciosa. En este tiempo no ha perdido su gesto amable, ni su manía de no ver los penaltis ni ese impulso que le hace celebrar cada gol como si fuera el último. Lo que Marcelino García Toral sí se ha ganado en este viaje, además del cariño de todas y cada una de las aficiones que ha defendido, es el derecho a disfrutar y soñar. Justo lo que esta noche hará, una vez más, su exquisito Villarreal CF.

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29 comentarios

  • LR. 4 marzo, 2015

    Estos Quintanareportajes son fascinantes. Sé que el tema del día es Marcelino pero me encantó leer el nombre de Javi Gracia en el artículo. Llevo un par de meses soñando con que Llaneza le ate para ser el sustituto del asturiano en Villarreal, cuando toque.

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  • benelux 4 marzo, 2015

    Menuda lectura más interesante para el viaje al curro. Genial. Me encanta como Miguel consigue aunar a los que menos sabemos de fútbol (como un servidor) y aquellos que posiblemente supieran la historia de Marcelino antes de empezar el artículo. En todo caso, gracias por el trabajazo, después de leer el artículo uno se queda con ganas de que la historia continúe :)

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  • Jose Luis 4 marzo, 2015

    Es-pec-ta-cu-lar. A Marcelino lo vi en directo en Huelva dos años seguidos. El del ascenso y el siguiente. Vaya fútbol… Por aquí, que llevamos 125 años con nuestro Recre, hacía décadas que no se veía algo igual. Desde el año de Luzardo-Arzugaray y Espárrago en el banquillo no se disfrutaba por aquí tanto con el fútbol.

    Pero lo de Marcelino fue algo bestial. Y esa noche trágica de diciembre, la del 0-3 y el accidente de hinchas del Recre. Como madridista hubiese disfrutado más esa exhibición en el Camp Nou, pero es de reconocer que fue un partido de leyenda. Se dice que el mejor en 125 años. Así que imagínense lo que consiguió por aquí García Toral.

    Se puede resumir en juego rápido, pero con toque; contraataque, pero sin autobús. Es una forma muy divertida de sentarte en un campo de fútbol cercano a la ría de Huelva (un frío y humedad poco comunes) y disfrutar de 90 minutos. Sin lugar a dudas es el fútbol que más me gusta ver. Lo más cercano a mi ideal de fútbol bien jugado.

    Enhorabuena por el artículo.

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  • trocko79 4 marzo, 2015

    Muy interesante, para darle mas amplitud a la vision sobre un gran entrenador. Leyendo sus logros durante su carrera y explicando las circunstancias de sus fracasos nos podemos hacer una idea mas acertada de su trabajo. Realmente la memoria en el futbol es muy corta y mas con los entrenadores que no tienen un gran nombre, normalmente la ultima experiencia marca demasiado.

    Al leer vuestro articulo y teniendo en cuenta lo bien que lo esta haciendo en Villarreal, lo que hizo en Santander o en el Recre, me doy cuenta de lo equivocado que estaba cuando hace 3 temporadas sono para el Espanyol y teniendo tan recientes sus salidas de Sevilla y Zaragoza, no me convencia la idea. Un caso similar a lo que paso con Gracia este verano, donde a pesar de su juego generaba algo de reticencia en las diferentes aficiones de los equipos donde sonaba su nombre. Dando mas importancia a los resultados que a su metodologia de trabajo, la relacion con jugadores o como hacen jugar a su equipo.

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  • hola 4 marzo, 2015

    FENOMENAL. Recuerdo aquel 0-3 en el Bernabeu, con el Pipa en el palco viendo el partido.

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  • Kirkis 4 marzo, 2015

    Uno de mis entrenadores preferidos, sin más.

    Pienso que en Sevilla no se hizo justicia con él y que si hubieran tenido la paciencia necesaria, algo insólito en el fútbol actual, hubiera acabado triunfando en el segundo año como técnico.

    Me alegro muchísimo de su éxito en Vila-real ya que se han unido dos entes que comparten una visión de fútbol y que pueden darnos muchos años de juego bonito como el que está desarrollando ahora.

    Me encantaría verle en el Real Madrid pero sé que esto no va a ocurrir nunca dada la poca paciencia del equipo blanco así como su poco entusiasmo por entrenadores nacionales. Aún así pienso que su "sueño" de acabar como entrenador de la Selección no está tan descaminado y que cuando salga Del Bosque será uno de los principales candidatos. Para mi el principal, vamos.

    Y bueno, quería acabar diciéndole a Quintana que es todo un crack y que espero que la web siga creando contenidos de tal calidad.

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  • @migquintana 4 marzo, 2015

    @LR.

    Encajar, encaja. Y ya sabemos que Marcelino García Toral nunca ha pasado más de dos años en el mismo club, así que todo lo que comentas tendría su sentido. De todas formas, me parece que tal y como está ahora estamos disfrutando muchísimo. La Liga y la Copa que nos están dando ambos equipos es de sobresaliente.

    @benelux

    Gracias Bene! Me hacía mucha ilusión escribir de Marcelino.

    @Jose Luis

    Muy bien descrito. En realidad, es que lo de Marcelino es buen fútbol. A secas. Y no me refiero a más o menos bonito, ni a estos temas, sino a bien entendido y bien ejecutado. Domina las cuatro fases del juego, sabe combinar velocidad con toque, nunca suele tener puntos débiles muy acusados… y, bueno, todo eso lo consigue a su manera, que siempre es con ese 4-4-2 tan poco de moda y su contragolpe como gran goleador del equipo.

    @trocko79

    El tema es que Marcelino, como todos los entrenadores, que para eso son humanos, tienen sus limitaciones. Sus puntos fuertes y sus puntos débiles. No en todos los equipos va a triunfar. Ni mucho menos. Su recorrido así lo ha demostrado. Eso sí, si le dan lo que pide, tal y como lo pide, el éxito de momento es del 100%. Tal cual. ¿Que no todos los equipos se lo van a dar? Pues lógico. Y en su derecho están, por supuesto. Pero siempre que se contrata a un entrenador hay que ser consciente de lo que se le ofrece, lo que se le promete y lo que este, además, necesita.

    Así fue un poco también lo de Javi Gracia. Para mí en Osasuna demostró ser un técnico súper interesante, confirmando lo de Almería, pero quizás no era el entrenador que necesitaba un equipo tan particular como el rojillo.

    @hola

    Partido imborrable en todos los sentidos.

    A mí es que la exhibición de Uche contra Cannavaro se me quedó clavada. Casi que no quiero revisionar el partido o los highlights del nigeriano porque, a buen seguro, el tema no fue taaaaaan espectacular como mi memoria recuerda.

    Respond
  • VRubio 4 marzo, 2015

    @quintana

    Excelente artículo, tanto en contenido como en forma.

    Me ha ayudado a conocer más profundamente al personaje, el cual a mí, me llama realmente la atención. A mí me gustaría que estuviera en Villarreal (club al que admiro como a pocos), mucho tiempo. Creo que es una unión perfecta por ideas y forma de trabajar, que ayuda a elevar el nivel de nuestra liga.

    Respond
  • @migquintana 4 marzo, 2015

    A todo esto, no me quería olvidar de comentar lo mucho que fue de ayuda, como podéis comprobar en el propio texto, la colaboración de Chema R. Bravo y Carlos Pérez. Sin ellos hubiera sido imposible terminar el puzzle de la carrera de Marcelino. Como digo, con sus testimonios se entienden sus tropiezos y sus éxitos.

    @Kirkis

    Muchas gracias!

    Cuando comentaba lo de la Selección me saltaba una duda: ¿su método no es demasiado de club como para poder extrapolarlo totalmente a una selección? Seguramente que Marcelino se adaptaría, potenciaría según que cosas y matizaría otras tantas otras, pero como él mismo dice en ese gran Espacio Reservado: es un técnico muy del día a día. No sé, es una duda que me surgió. Muy parecida, por cierto, a la que me podría haber surgido con Louis van Gaal hace un año, antes de ver el gran Mundial en todos los sentidos que se cascó su Holanda… Así que… Quien sabe. ^^

    Respond
  • VRubio 4 marzo, 2015

    A mí por ideario, me parece un técnico de club pero totalmente. Es inteligente y no digo que no pudiera adaptar su metodología, pero yo no sé si le veo… ojalá…

    Respond
  • vi23 4 marzo, 2015

    Excelente, Quintana, excelente.

    Me gustaría destacar su etapa en el Racing, donde lo salvó con un Gio estelar. Por cierto, curiosa su relación con Gio (también trató de llevarlo a Sevilla) y con Uche. No sé si me pierdo algún jugador-fetiche más. No me extrañaría nada, nada que Cazorla volviese a Villarreal después del Emirates

    Respond
  • Alemán 4 marzo, 2015

    Magnífico texto sobre Marcelino, muy bueno Miguel.

    A mi lo que me llama la atención y precisamente ayer escuché en una entrevista a Julien Escudé, fue que vino a decir que le quedaba un poco grande entrenar a un equipo que lo había ganado practicamente todo como el Sevilla y que no supo manejar ese tipo de situaciones en un vestuario con tantos egos como aquel sevillista. Valoraba tremendamente su capacidad como técnico pero si que le ponía ese hándicap del manejo de aquel grupo. De hecho a mi me constan ciertos comportamientos de pesos pesados que no eran muy coherentes y beneficiarios para el grupo y que probablemente minaron la credibilidad y el "poder" del técnico respecto al grupo.

    En el resto de equipos con jugadores relativamente de un perfil menor y más jóvenes, con ganas de triunfar y de seguir creciendo, Marcelino ha demostrado su valía y su capacidad como técnico.

    Respond
  • @pablofg_21 4 marzo, 2015

    Buenísimo.

    Respond
  • morelli 4 marzo, 2015

    Brutal. Como todos los artículos de este estilo que escribes.

    Creo que el nivel táctico es tan pobre y el trabajo a nivel de selecciones tan peculiar que llega un tipo como Van Gaal y arrasa. Y Marcelino pues seguramente destacaría. Pero vamos, esto es una percepción mía que tiene poco sentido y mucha menos base.

    Respond
  • @migquintana 4 marzo, 2015

    @vi23

    También se reencontró con Toño (Recre & Racing), amen de pedir y firmar a Jorge López en el Zaragoza. Eso sí, de nadie habla tan bien en temas de potencial y demás como de Gio dos Santos. Está enamorado de él. Y mira que en Villarreal, precisamente, las actuaciones del mexicano me están dejando bastante, bastante frío.

    @Alemán

    Ese Sevilla parecía bastante inmanejable, la verdad.

    De todas formas, esto es como todo, si el club te apoya tienes las de ganar. Si no, estás perdido como cuentas. De hecho, Marcelino viene de vivir el tema Cani, una institución en Villarreal que ha terminado cedido al Atleti.

    @morelli

    ¿Incluso en selecciones favoritas? Yo creo que Louis van Gaal pudo hacer lo que hizo por dos motivos: su calidad como técnico y el perfil de sus futbolistas. No sé si eso sería posible con, por ejemplo, la España de ahora mismo. Y no por el tipo de futbolista, sino por el tema de gestión de egos, perfiles y talento. De todas formas, a mí Marcelino me parecería un gran candidato para la Selección. Sea mañana, pasado o al otro, vaya.

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  • @AlvaroSanchezz 4 marzo, 2015

    Podríamos extraer del texto (y sabiendo que el tema principal es Marcelino como entrenador en el apartado meramente futbolístico) que es necesario en el buen funcionamiento de un club una buena gestión y adecuación de la metodología de trabajo en todos los eslavones, iniciada en el el fútbol base y extendiéndose hacía el primer equipo. Y si de algo puede presumir el Villarreal es de este buen trabajo en cuanto a metodología, mejorada aún más dándole las riendas a Marcelino.

    ¿Miguel, crees que, pese a que Marcelino no suele permanecer más de dos años en un mismo club, las condiciones mencionadas pueden provocar una mayor estancia de éste en el 'Submarino'? Creo que para los aficionados del fútbol sería un gran privilegio.

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  • vi23 4 marzo, 2015

    @quintana

    Yo a Gio sí le veo un potencial brutal. Recuerdo que salió a la vez que Bojan y me parecía increíble que la gente valorase más al de Linyola

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  • herbaseca 4 marzo, 2015

    Gran artículo, que nos permite conocer mejor a uno de esos "secundarios de lujo" (de los que a veces pesan más que los protagonistas) de la Liga.

    Después de leerlo me volvió a surgir una duda un poco transversal que no sé si tiene mucho sentido. Siempre se habla de la coherencia futbolística del Villarreal ya desde los tiempos de Pellegrini, y es cierto que a muchos niveles parece haber una similitud de base en los grandes momentos del club de la última década: la etapa de Pellegrini (quizás exceptuando las temporadas con Riquelme), la primera temporada de Garrido (con Cazorla, Rossi, Senna en sus últimos años), y la etapa actual de Marcelino.

    Sin embargo veo la concepción del fútbol de Pellegrini y Marcelino bastante distante, aunque se puedan encontrar algunas líneas de conexión comunes como pueden ser el esquema 4-4-2/4-2-2-2, la movilidad de los jugadores, el fútbol combinativo y ofensivo… Pero mientras que Marcelino apuesta por la automatización y el juego de posición, como tan bien apunta el texto de Quintana, Pellegrini defiende un fútbol menos posicional y más "libre", sometiendo al jugador a la necesidad de tomar decisiones constantemente.

    No sé, parte de la duda procede de mi desconocimiento de cómo fue exactamente ese Villarreal "clásico" de la etapa de Pellegrini, y evidentemente hay un punto de encuentro, pero sí me queda la duda de si realmente el Villarreal mantiene de forma tan clara una identidad futbolística definida a lo largo de estos años (lo cual en todo caso no desmerecería el trabajo que se ha venido haciendo en el club durante todo este tiempo).

    @Álvaro Sanchez
    Mi sensación, sin conocer tanto a Marcelino, es que el supuesto límite de los dos años es más una casualidad que otra cosa. Lo que le lleva a marcharse es la sensación, por lo que él dice, de no poder ir más allá, de no poder superar lo ya hecho. Prefiere no quedarse estancado. Esto es comprensible en dos clubes como el Racing o el Recre, modestos en recursos, pero tengo la sensación de que el Villarreal tiene los medios para ofrecerle la posibilidad de seguir haciendo crecer al equipo, de optar a cotas cada vez más altas.

    La posibilidad de afianzar al equipo en puestos europeos, el atractivo de ver tan cerca la posibilidad de entrar en Champions, trabajar diariamente con futbolistas que le ofrecen tanto, la perspectiva de que pueda caer algún título… Yo creo que son motivaciones suficientes para no dejar un club en el que parece sentirse especialmente cómodo. Y por otro lado seguro que hasta final de temporada no piense mucho en estas cosas, y dependiendo de cómo se llegue hasta allí ya revisará su situación. Parece un tipo bastante centrado en el presente, la verdad.

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  • @migquintana 4 marzo, 2015

    @AlvaroSanchezz

    Marcelino siempre ha dicho, cuando se va, que es porque su equipo había tocado techo y tenía cierta preocupación de estropearlo. Entiendo que eso se debe a una decisión personal, pero también en parte a un ciclo que ve acabado. Ya sabemos que lo más complicado en el fútbol no es llegar, sino mantenerse. Y ni te cuento en un Recre o un Racing de Santander. A partir de ahí, llegue o no a sus objetivos y decida o no quedarse, creo que el Villarreal aún tiene margen de crecimiento. El tema de conseguir el primer título en la historia del club y de devolverlo a la Champions está ahí. ¿Y si lo consigue este año, que es perfectamente posible? Quién sabe, pero seguramente Marcelino también haya evolucionado en este sentido tras encontrarse lo que se encontró en Sevilla y Zaragoza. Son dos experiencias que te invitan a la reflexión…

    @vi23

    A mí es que Gio me gusta mucho. Coincido en eso contigo. Pero en el Villarreal esperaba una explosión de fútbol que no he visto. Ni el año pasado ni este, por más que no haya tenido suerte con pequeñas lesiones y demás. De hecho, aunque se diga poco, a mí es que su año en Mallorca me gustó, creí que había dado el paso y tal…

    @herbaseca

    Creo que los patrones de juego a los que se ajusta el Villarreal no son tan rectos como a veces podríamos pensar. Creo que desde arriba, sobre todo con la política de fichajes, tanto de profesionales como de canteranos, se busca un juego en el que el talento, la calidad y el desequilibrio tenga un peso importante. Esto desemboca en un buen trato de balón, en equipos con vocación ofensivos, que sean capaces de mandar… Yo, al menos, lo enfoco en ese sentido. Y creo que, de hecho, el único año en el que faltan ''a su modelo'', en estilo y decisiones, es en el que bajan a Segunda.

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  • Rodri 4 marzo, 2015

    En Zaragoza se le recuerda con mucho cariño, sobre todo por mi parte. Marcelino le dijo a Agapito en verano lo que necesitaba para quedarse en Primera, y no se lo trajeron, pero cuando le echaron y trajeron a Gay, poco cualificado como amable eufemismo, Agapito sí que hizo los fichajes pertinentes y se rascó el bolsillo a base de bien. Muchos pensábamos en lo que podía haber hecho Marcelino con Suazo, Jarosik o Edmilson desde el principio…

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  • Abel Rojas 4 marzo, 2015

    @ Kirkis

    Debo reconocer que antes de ver el trabajo de Marcelino en el Villarreal dudaba un poco sobre su capacidad para diseñar ataques ricos de verdad. El del Recre era muy imaginativo, pero me parecía bastante basado en el talento brutal de un par de jugadores. Tras ver este Villarreal de los últimos tres años… pues duda resuelta.

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  • Sergio Morano 4 marzo, 2015

    Tengo la sensación de que es el Villarreal mas directo de todos desde Riquelme. Tras Guardiola, ¿el entrenador español del momento? para mi, SI.

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  • Mark 4 marzo, 2015

    "Tras Guardiola, ¿el entrenador español del momento? para mi, SI."

    Le veo mas merito al del Malaga que al del Villareal viendo las plantillas.

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  • debleague 4 marzo, 2015

    Genio y figura señor @migquintana , una vez más.
    Es un lujo poder leer tanto sobre uno de los técnicos del momento. Y todo tan bien redactado… grande Ecos.

    Como comentáis casi todos, el fútbol que le gusta a Marcelino es el que nos enamora a todos: es fútbol ofensivo pero de mucho ritmo, no se cae en el toque-toque sin sentido sino que siempre se busca hacer gol. No cabe duda de que si sigue pudiendo trabajar tan libremente como hasta ahora, y desde la directiva se le da lo que pide… puede marcar época en Villarreal. Y esto es una enhorabuena para el fútbol español porque, ojo, este año han ganado en el Calderón, han empatado en el Bernabeu y casi ganan en el Camp Nou. Mucho ojo a estas cifras chicos. Y, por si fuera poco, pueden ser favoritos a Europa League cada año si la línea es ascendente (Atleti y Valencia deben ser siempre los tercero y cuarto si el proyecto de Simeone y el de Lim siguen así)

    Respond
  • @Alex_Fuentes98 4 marzo, 2015

    Genio y figura señor @migquintana , una vez más.
    Es un lujo poder leer tanto sobre uno de los técnicos del momento. Y todo tan bien redactado… grande Ecos.

    Como comentáis casi todos, el fútbol que le gusta a Marcelino es el que nos enamora a todos: es fútbol ofensivo pero de mucho ritmo, no se cae en el toque-toque sin sentido sino que siempre se busca hacer gol. No cabe duda de que si sigue pudiendo trabajar tan libremente como hasta ahora, y desde la directiva se le da lo que pide… puede marcar época en Villarreal. Y esto es una enhorabuena para el fútbol español porque, ojo, este año han ganado en el Calderón, han empatado en el Bernabeu y casi ganan en el Camp Nou. Mucho ojo a estas cifras chicos. Y, por si fuera poco, pueden ser favoritos a Europa League cada año si la línea es ascendente (Atleti y Valencia deben ser siempre los tercero y cuarto si el proyecto de Simeone y el de Lim siguen así)

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  • Sergio Morano 4 marzo, 2015

    Cierto Mark, un error obviar a Gracia.

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  • RRC1913 4 marzo, 2015

    Brutal el artículo. Y brutal Marcelino. Un entrenador de los buenos buenos de la liga. Y yo creo que en el Sevilla, con más tiempo, hubiese acabado triunfando.. Viendo jornada tras jornada al Racing en el campo, te das cuenta de la verdadera dimensión que alcanzó ese equipo. Era un auténtico portento defensivo. Yo nunca he visto una presión tan alta y tan bien hecha como la de ese equipo, y lo poco que sufría sin balón (por cierto, en el once tipo, habría que poner a Tchité y César Navas en vez de a Smolarek y Oriol). Y aunque no era un equipo muy goleador, hay que tener en cuenta que Tchité o Munitis no eran jugadores de 15 goles por temporada precisamente. Convirtió a Duscher en un llegador de un nivel altísimo (le sirvió para llegar al Sevilla), que nunca más volvió a alcanzar. Óscar Serrano, un buen extremo rápido y con regate pero sin nada de gol, tuvo unas cifras bastante altas. Y Jorge López, que siempre había sido un buen jugador, llegó a convertirse en dominador de muchos partidos. Al final de año el balance fue 6º en liga y semifinales de copa (a un gol de la final) con una plantilla de 13 jugadores.

    Y en la segunda etapa, cogió en enero un buen equipo (Toño, Hernique, Colsa, Gio Dos Santos o Rosenberg) que amenazaba descenso, y casi lo mete en EL haciendo número de Champions. Un lujo de entrenador en Santander. Casi tanto lujo como leeros a diario (aunque sea la primera vez que comente, pero este artículo sobre el entrenador que más me ha hecho disfrutar en Santander lo merecía).

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  • Biavcu 23 marzo, 2016

    Que grande Marcelino. Me he topado con el artículo y me ha parecido de los mejores que he visto en esta web. En Zaragoza se le recuerda con mucho cariño y a muchos nos queda la duda de que habría pasado si la directiva le hubiera traído los jugadores que se pidieron.
    Un grande sin duda

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  • Larios84 17 julio, 2016

    Un grande de los banquillos este Marcelino García Toral.

    El debe que me queda leyendo esto 16 meses es esa "leyenda negra", mal fario o la poca paciencia en clubes con más presión, leáse el Zaragoza con su inestabilidad institucional en la época que lo cogió y ascendió a Primera, la del Sevilla venido a menos tras sus éxitos. Está claro que el papel el Villarreal esta siendo muy importante, pero el contexto presión mediática, el tema de una directiva que van tan de la mano con el técnico en cuestión me hace albergar dudas, como comentan en el artículo de que jamás tendrá una oportunidad en un grande.

    Sinceramente, si Simeone decidiera hacer las maletas podría parecer un destino idóneo para Marcelino, pero ¿Quién mejorará la simbiosis equipo-afición-técnico que tiene Cholo con el Atleti? Nadie, obviamente.

    En la selección espero que aguante un poco para tener su oportunidad Marcelino, a ver que trabajo realiza esta próxima temporada con la exigencia Champions-Liga, bastante superior que el binomio EuropaLeague-Liga, si nos atenemos a los equipos de nivel medio-alto de la Liga históricamente

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