Messi, Neymar y Suárez se salieron en la puesta de escena del Barça que les tiene por identidad. Se salieron tanto que el Atlético de Madrid, la defensa más fiera de Europa, no supo descifrarlos y perdió el sentido como si le hubieran dado un golpe en la cabeza. El Barcelona de los delanteros hizo ver a uno de los mejores equipos que existen como un mal equipo de fútbol durante 30 minutos.
Simeone quería el 0-1, pero…En lo que a todas luces pareció un detalle pintado por Luis Enrique, Messi recibió siempre pegado a la línea y casi siempre siguió en ella después de hacerlo. O sea, no solo abría el campo para crear espacios, sino que le daba uso real y directo a la línea de cal, trazaba conducciones paralelas a la misma, sus regates eran hacia fuera. Esta norma tan en principio desprovista de complejidad provocó un efecto devastador: quien había preparado el partido para ganar 0-1 no había estudiado cómo defender lo que iba a hacer el jugador más talentoso del planeta.
El Atlético no sabía que hacer contra un Messi tan externo.
Simeone había puesto un lateral diestro -Gámez- en la izquierda para enfrentar su pierna buena a la diagonal de Messi, una diagonal que desembocaría en la posición de Tiago, que le estaría esperando con su alrededor -Koke por delante, Gabi a su derecha y Godín por detrás- listo para el cruce según por donde Messi intentase escaparse. Con tácticas similares el año pasado anuló a Leo como si se tratase de un Robben, un Di María o un Hazard, pero quedaban obsoletas si Messi no buscaba a Tiago. Es más, lo que hacía era alejarse de él, propiciar una tesitura de uno contra uno puro contra Gámez que segundos después era de uno contra cero, porque se lo regateaba siempre. Y entonces, en esa situación de uno contra cero, Tiago y Godín salían a la desesperada, arrastrando tras ellos a todos los que quedaban a su derecha. Y Messi, mientras tanto, tan tranquilo, analizando el juego fríamente, dándose cuenta de todo. Neymar y Luis Suárez, salivando.
Godín no pudo tomar decisiones, Luis Suárez lo hizo por él.
Neymar estuvo brillantísimoEl uruguayo administró su libertad con un punto de altruismo clave. Mientras el «10» se generaba en la banda lo antes descrito, los desmarques de Luis mantenían distraído a Godín dentro del área retrasando su posible ayuda, y cuando Messi ya había eliminado a Gámez y ya sí enfilaba hacia el gol, Suárez dibujaba movimientos que se acercaban o incluso se cruzaban con Leo, lo cual cerraba las líneas de pase hacia sí mismo y le hizo el jugador culé menos participativo -tocó dos balones menos que Bravo– pero a su vez limpiaba la zona donde se cuecen las habas tanto para el propio Messi como para Neymar, que llegaba desde el otro lado. Sin balón lo de Neymar fue más simple, pero con él estuvo perfecto. Dulce en el regate y sin perder tiempo, yendo a matar. Hay que mencionar que la administración del lado débil que hicieron Giménez y Juanfran fue un poco caótica. Les cogían la espalda hasta en el área pequeña, literalmente.
La derrota táctica colapsó al Atlético durante 30 minutos.
No se ha mencionado a más culés que a los del tridente porque así fue el juego. Ni la subida de los laterales ni los pases o movimientos de los centrocampistas tuvieron apenas peso en el partido. Eran Messi en la banda y luego Neymar y Suárez. Y aunque desde luego el Atlético tiene calidad defensiva para hacer muchísimo más contra ellos de lo que hizo anoche, el factor sorpresa del rol de Leo le llevó a no dar la talla. Como ellos lo sentían sobre el campo, casi durante media hora apagaron incluso el chip competitivo, perdiendo balones en salida rasa de balón (¡el Atleti!) y no oliendo un rebote dentro de su área. Además el 1-0 y el guirigay les abrió y permitió al Barça atacar constantemente en transición. ¿Por qué no se describe por qué recibieron tanto los delanteros? Porque recibían y ya está. Los de atrás no hacían nada en concreto para lograrlo. Era gratis y con espacios para correr de regalo.
Para cerrar el análisis de este tramo se ha de dejar constancia de que el Atlético no salía de su campo. Si bien es cierto que esto no fue una novedad, sino la continuidad de una inercia, debe destacarse, pues el Barça ha llegado a sufrir contraataques de cualquiera por flojo que fuese, y enfrente ayer tenía a Griezmann, Koke o Arda entre otros. La transición defensiva culé firmó su noche más fiable de la temporada. Iniesta y Rakitic corrieron un montón.
Cuando juntó a Koke y Arda en la izquierda, el Atleti mejoró.
Piqué, clave en balón paradoLo que demostró que el nivel del Atlético es impresionante y que, simplemente, en el fútbol todos pueden tener un mal día por un sin fin de motivos diferentes fue su reacción y orgullo. Allá por el minuto 30, Simeone cambió el 4-4-2 por un 4-1-4-1 con Koke y Arda en el perfil izquierdo del centro del campo. A efectos prácticos, en defensa se había cambiado la línea de cuatro medios por una de cinco, se ensanchó y el caudal ofensivo culé decreció; mientras que en ataque, con los dos cracks juntos, empezó a salir de la cueva y a completar varias circulaciones en campo rival. Messi, Neymar y Suárez siempre parecieron más cerca del gol que ellos, hasta cuando los rojiblancos controlaban la pelota cerca de Bravo, pero allí estaban, haciendo lo suficiente como para estar dentro del partido aun habiendo coincidido su día más flojo con toda una visita a la casa de Lionel.
En el segundo tiempo el Atlético se convirtió en kamikaze y el partido perdió muchísima calidad, porque pese a que dejaba huecos por todas partes y encima su ataque tampoco pareció gran cosa, el Barça no fue ni capaz de controlarlo ni tampoco de hacerle pagar su atrevimiento con la frecuencia que hubiese debido, quizás porque Messi, ya más suelto de la banda, perdió participación con respecto al primer periodo. Quien sí emergió fue Piqué, que se mostró algo dubitativo en el juego abierto pero que en el balón parado fue un coloso imbatible ante uno de los equipos más productivos de la historia en este menester. Hasta 10 despejes sumó él solo. En el primer día en el que el Barça diseñó una gran noche para que Messi, Neymar y Suárez fueran su introducción, su nudo y su desenlace. Uno de uno. Muy pronto, en nada, habrá más.
@CotkAcevedo 12 enero, 2015
Lo de Messi en el primer tiempo no tiene adjetivos. Mientras veía el partido me preguntaba si un extremo había desbordado de tal forma al Atlético de Madrid, conocido por ceder por fuera pero achicar bestialmente con mínimo 3 hombres. Quizá recuerdo algo de Di María el año pasado, poco más. Es que Lio ni daba tiempo para que Gamez (su marcador más cercano) le encimara y ya lo había pasado.
Ustedes creen que el Atlético de la temporada pasada sobrevivía ante el Barca de ayer? Tenía mejor defensa posicional y Filipe Luis es bastante más competitivo que Jesús Gamez. Además, no dudo en que Diego Costa hubiese ensamblado algunas transiciones que no tuvo el Atléti ayer.
En todo caso, lo de Messi ayer fue solamente culpa suya. Ni del Barcelona, que no hizo gran cosa para que pasara, ni del Atlético, que no tuvo mucho que hacer.